Aldair
Nunca había visto aquella niña tan hermosa y estaba celosa ni siquiera quería ese broche que le parecía feo, solamente no quería que esa niña lo obtuviera. Tampoco quería saber que estaba tan feliz después de intimidar a su amiga de la manera que lo hace así que la vengaría— claro que lo has hecho, hace unas semanas atrás tu empleada le tiro te caliente que casi la quema.
— Yo no la he seguido maltratado mi hermana puede dar fe de ellos o Elena que bueno que estés aquí — saluda con una sonrisa — Elena, tu amiga piensa que sigo siendo mala contigo, además porque dice que yo mandé a qué te tirarán té caliente encima cuando fue tu dama que accidentalmente se tropezó y me callo el té caliente ¿Cómo es posible a verte quemado si estabas con el hermano mayor cerca de padre y la segunda dama y yo en la última fila de ella?
— Yo…yo— tartamudea como si Penélope la estuviera intimidado.
— No la incomodes bruja, tus mientes —grita con mucha furia y su rostro rojo — todos sabemos que tú acosas a Elena.
— Yo no…tu... —habla con tartamudeo mientras se apega más a Aldair.
— Ya encontré lo que estaba buscando, prima deberíamos volver— saluda entrando rápidamente en la conversación.
— No, primero desenmascare a esta instigadora.
— Prima deberíamos irnos, seguro el primo ya está esperando en el carruaje — menciona mirando con atención a Penélope.
— Bueno, seguro mi hermana se ha vuelto a equivocar seguro se confundió todavía es pequeña, se explicó mal igualmente señorita Dankworth si le gusto tanto el broche te lo regalo — le regaló una sonrisa muy linda.
¿Qué se creía ella, que no tenía dinero suficiente para comprar aquella baratija?
El enojo pudo más que la razón, Aldair quiso sacudir a Penélope con fuerza y lo que hizo y con lo que terminó fue empujarla con fuerza tirándola al piso y quitándole la capa que dejaba al descubierto sus vendajes que se lastimaron en la sacudida y caída.
— Mi señorita Penélope — grita Maryn corriendo rápidamente ayudar a Penélope que está aturdida en el piso y sus vendajes se mancharon de sangre.
— Estoy bien Maryn, no te preocupes, fue un gusto conocerla lady Aldair, lady Lucia y hermana menor espero que aclares el mal entendido con tus amigas — hace una delicada reverencia, pero rápidamente es cubierta por unos niños y un hombre que la protege y se marcha siendo ayudada por su dama y custodiada por sus evidentes guardias.
“¿Qué le había pasado, alguien la lastimo?”
Ese pensamiento no le había gustado para nada ¿Quién se atrevió a tanto? Por más que la observaba tenía la corazonada de que la había visto antes, pero no recordaba dónde. Miro como era protegida por sus tres guardias y su doncella.
Penélope, fue sacada con cuidado y las tres niñas no pudieron decir nada solo vieron a la niña salía de la tienda.
Harold se había grabado la imagen de Penélope en su mente sin querer, sus ojos serían difíciles de borrar.
Luego de aquel incidente Penélope fue llevada a un centro médico para que sus vendas fueran cambiadas para evitar alguna infección. En todo el proceso los gemelos Maxell iban con un aura oscura, desde que salieron de la tienda y hospital como era posible que no hubieran ayudado a tiempo a su señorita y ahora está más lastimada, aunque mienta diciendo que está bien.
Penélope, se dio cuenta de que todo ellos estaban un poco decaídos debido al accidente con su futura cuñada. Así que se detuvo y entro a una tienda de postres y té para comer algo y tardar más tiempo para ir a la mansión Edwin ya que quiere saber que se evento Elena contra ella.
Pidió.
Mangar Blanco: Es un postre de origen medieval se prepara con leche de almendras, almidón de arroz, azúcar y a veces se le echa pechuga de pollo también puede ser acompañado con una porción de salsa de frutos rojos que da un delicioso contraste a la deliciosa textura del postre.
Colineta: consistía en un fino bizcocho de almendra y yema de huevo, que se horneaba en dos moldes de distintas dimensiones y una vez enfriados se cortaba por la mitad se regaba con almíbar y se rellenaba con huevos de moles. Luego se cerraba y se cubría con merengue y fruta confitada.
Huevos de moles: similar al tocinillo, los huevos de mole se elaboran a base de yema de huevo y almíbar, obteniendo una textura parecida a una natilla, pero más espesa. Solían servirse en copas coronadas con un poco de merengue, y en esos casos se le llamaba “monte nevado”. Si la preparación se espesa un poco más se usaba para rellenar bizcochos, recibía el nombre de “bienmesabe”.
Pastel de frutas de la media noche: este pastel se usaba hace mucho para las noches de Navidad y la duodécima noche de enero, donde las familias extranjeras compartían el manjar con sus familiares y amigos durante 12 días desde Navidad, ese postre tenía un significado muy especial. Este era el postre que más le gustaba a su madre y por eso quería llevárselo, por específicamente a ella sabía que llevaba un poco de ron, pero como había investigado los libros de la biblioteca, ahora que había vuelto a la vida a su antigua vida había descubierto que ciertas semillas, de este pastel tenían efectos bastante curativos sobre todo para el embarazo de su madre a pesar de que algunos ingredientes eran alcohol podría ser útil así que se lo llevaría.
Los postres fueron llevados hacia la mesa, donde Penélope ya esperaba se quedó mirando a su doncella y a sus tres guerreros escoltas y se preguntó por qué no se sentaba con ella. Pero recordó que ella no les había dicho que tenían que sentarse, pero aun así pudo observar, como todos observaban los postres en la mesa tuvo un destello de cómo era ella, cuando era una niña no compartía nada y tenía la manía de comer los postres más deliciosos que podría comprar, comía mirando de pies a sus empleados dejando ver sus caras llenas de deseo por los postres que ella ya no quería y que eran votados a la basura después de. Dios qué tonta fue en esos tiempos, pero ya no sería así, si esta vez fuese mucho mejor porque esta vez ella sería la protagonista de su propia historia y no dejaría que por ningún motivo que Elena se saliera con la suya.