Capitulo04

1580 Words
Observo el paisaje por la ventana del carruaje con el emblema del ducado, ya había pasado una semana y la cita para la casa del té ya había llegado, podía ver la caja de regalo que tenía Elena en sus manos y no dejaba que nadie la tocara porque no quería que nadie la dañara o la ensuciaran. — Mi lady ¿Le gustaría dar un paseo? — pregunta con voz suave. Antes me habría negado por completo, pero ahora me parece que es buena idea. Me levanté del sillón en el que estaba, pero antes de entrar por las grandes puertas no pude evitar mirar las vendas de mis brazos no dejarían cicatriz, pero sería un poco estresante e incómodo durante la recuperación gracias a Dios no quedaría marcada. Mis doncellas estaban muertas de dolor y miedo por mis heridas hasta Ethan estuvo bastante preocupado y alterado por mis heridas. Estuve visitando a mi mamá nos quedamos en el jardín ya que ella podía salir ahora un poco más porque estaba mejorando. Pero yo sabía que así sería que ella poco a poco mostraría mejoría, pero luego de nacer los gemelos moriría por su enfermedad. Conversamos mucho tiempo y sentí muy bien estar con ella ya que había olvidado la sensación de tenerla conmigo. Después me encaminé a mi salida asignaron a un grupo de escoltas para mí compañía pero ninguno mostró felicidad de acompañarme así que no quise me acompañarán tenía recuerdos de que aquí solo habían tres personas que eran buenas personas y uno de ellos era sir Daniel Maxell y sus hijos adoptivos Carson y Agust que nunca fueron groseros conmigo y hasta el último momento me sirvieron sin quejarse y cuando Ethan murió ellos lucharon por él y por mí también murieron a mi favor les debo un mejor trato que el que les antes cuando era estúpida y dejaba un camino libre para que la perra de Elena se luciera. Aún tenía recuerdos del camino hacia el salón de entrenamiento cuando entre algunos se sorprendieron, se luego sus rostros mostraron una mueca al ver que la que llegó no era Elena, sino que era Penélope, sonrió y me encaminé hacia las tres personas que se inclinaron apenas me vieron entrar. — Mi lady — saludaron rápidamente— como se ha sentido de sus lecciones lady Edwin. — Me siento mucho mejor, gracias — sonrío— bueno yo… siento molestarlos, pero me gustaría que me acompañen a dar un paseo. — Cómo usted desee señorita — los tres aceptaron sin dudar. — Gracias — sonrió de una manera dulce y angelical que hizo que los corazones de los caballeros quedarán cautivos con tanta belleza y ternura. Al llegar al carruaje se dio cuenta de que Dave y Elena se habían llevado el mejor carruaje de la mansión y que tenía que usar era para la servidumbre de la mansión nadie de la familia usaría algo como esto. Pero ella no es parte de esa familia por ahora usará este apellido y luego me separaré del ducado. Pero tengo que hacer que mi mamá se recupere y se divorcie ella es hija de un ducado extranjeros y todavía es una hija querida de sus padres y hermanos mayores que también son poderosos ellos no están enterados de que mi mamá está enferma y que mi papá tiene una amante, pero cuando se enteren este ducado y mi padre arderán no se si después de mi muerte hubo alguna aparición de ellos igualmente de si o no los buscará, pero necesita a él ducado Dankworth para continuar con su venganza. — Mi lady me permite — pregunta los gemelos Maxell al mismo tiempo en que se miran con furia. — ¿Que? Yo lo dije primero. — No, yo lo dije primero. — Gracias— respondo aceptando las manos de ambos hermanos que aún se miraban con furia. Pero rápidamente se ofrecen a ayudarla. — Señorita, ya estamos listos la escoltaremos desde atrás — menciona sir Daniel Maxell el mayor de los guardias de caballería y uno de los más fuertes y como antes los había dicho padre adoptivo de los gemelos. — Oh, venga aquí conmigo hace mucho frío afuera y este carruaje no es muy grande pero no pasarán frío pueden acompañarme — propongo. Los tres la miraron como si le hubiera crecido una cabeza más en el cuerpo la cual la hizo enrojecerse de la vergüenza sabía que había sido arrogante y mal portada pero que ellos la mirarán así la avergonzó de mucha manera. Pudo escuchar la risa de Maryn que está vez era la que la acompañaba. — Cómo usted ordene señorita — los tres asintieron y se subieron con ella y Maryn ya que habían notado que la habían avergonzado con su reacción tan no exagerada. Para su sorpresa la cuidad estaba llena de personas a pesar del gran frío que hacía todos caminaban y en los puestos, riendo y hablando felices estás mismas perdón que luego aplaudiría para verla morir. Mientras pasaban la gente murmuraba y se preguntaba quien viajaba en un carruaje de la servidumbre sabían que eran del ducado Edwin, pero sabían que la servidumbre no viaja con guardias solo con ayudantes. Así quien iba tenía poder, pero él no suficiente para viajar. — Quiero bajar aquí — menciona mirando por la ventana. — De tenga el carruaje — grita sir Maxell al cochero. Se detuvieron y ambos caballeros se apresuraron ayudarla a bajar, pero sir Maxell los alejo con una mirada y el estiro su mano para atrapar la de ella. Y muchas de las personas curiosas esperaban con mucha curiosidad quien bajaría de un carruaje de tan poca clase. Lo primero que vieron fue una mano blanca y pequeña luego un hermoso ángel que salía de ese sucio carruaje y era tan bella que el carruaje quedó eclipsado por ella tanta belleza podría ser real desde cuándo había un ángel tan hermoso en el ducado Edwin y nadie se había dado cuenta de él. — Tan hermosa ¿Quién era ella? — Bienvenida señorita a Linios. Maryn solo asintió y yo me concentré en observar todo a mi alrededor se notaba que había personas importantes en la tienda ya que se veían muchas personas de un lado para otro igualmente seguí mirando la verdad eran que los vestidos eran hermosos, no se veían elegantes, pero si muy hermosos. Y uno de ellos llamo mi atención y lo elegí se lo di a Maryn para que lo comprara mientras ella iba seguí observando había un broche para el cabello de color rubio muy hermoso perfecto para su madre y cuando estuvo a punto de agarrarlo una mano se lo arrebato. — Esto es mío — el tono arrogante se escuchó a su espalda y reconoció la voz de Aldair Dankworth la hija del duque Dankworth amiga de Elena y su futura cuñada. Harold y Aldair Dankworth quienes eran el hijo mayor y la menor del ducado Dankworth y como su hermana estuvo ocupada organizando la fiesta de té para las niñas de las familias más prestigiosas del reino Bléiser, estuvo entretenida que olvidó buscar un vestido para la fiesta ya que el que tenía se lo había obsequiado a su amiga una niña que andaba de arriba para abajo con ella. Y el cómo su hermano mayor la estaba acompañando a comprar ropa, pero estaba aburrido de ser perseguido por esas niñas así que se alejó para ver un poco y perder el tiempo cuando se dio cuenta de que su hermana ya debería haber encontrado su vestido así que fue a buscarla y cuando vio que su hermana le quitaba el broche de la mano. Nunca había visto aquella niña tan hermosa y estaba impresionada con su belleza sabía que nunca la había visto si no nunca la había olvidado. —¿Tú quién eres? Nunca te había visto antes — pregunta con voz llena de arrogancia. — Yo soy Penélope Edwin, señorita Aldair Dankworth ya nos habíamos conocido antes —saluda de manera educada con una exquisita reverencia. — ¿Penélope Edwin? La bruja que molesta a mi amiga Elena — pregunta con la boca abierta. — ¿Bruja? —pregunta con su voz dulce y sorprendida que deja encantada a todo el que la escucha. — Si no te hagas, ya Elena me conto como la tratas, así que eres una bruja envidiosa—menciona de forma fría. — ¿Yo soy una bruja envidiosa? Señorita Dankworth creo que está equivocada de gran manera, yo no envido a mi hermana pequeña ella es la segunda dama del ducado Edwin, tanto mi madre y yo la hemos tratado bien ¿Creo que hay un malentendido? — menciona de manera muy sincera. Sabe que Dios la ama tanto que la envió solo en el tiempo donde solo le dio una cachetada pública y la insulto por su falta de educación y también trato mal a las personas que la querían, pero no hizo las otras cosas que si dañaron definitivamente su reputación—Se que al principio no estuve bien, si lo acepto no estaba contenta con saber que mi padre tenía una hija de una relación fuera del matrimonio con mi madre y si estuve molesta, pero es normal mi descontento, pero he recapacitado mi madre me ha hecho recapacitar soy una hermana mayor tengo que cuidar de mi familia por ende mi hermana menor.
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