Más que una gala singular

1782 Words
La misma noche Cannes, Francia Rebecca Existen días que me sumerjo en un mar de dudas, de incertidumbre por la vida que poseo, pues el enorme vació que tengo en mi corazón no puedo llenarlo con la fama, con el dinero, ni con el éxito, no es tan sencillo querer borrar el grito ahogado que cada vez me exige conocer a mis padres, pues su abandono me duele, es una herida abierta que necesito cerrar, incluso es tal mi depresión que cada vez siento que una parte de mi muere, pues necesito soltar todo lo que llevo dentro, los reclamos, las dudas, esas palabras que solo mi madre podría repetírmelas, no espero encontrar amor, más me dará tranquilidad, esa paz que necesita mi corazón para seguir adelante, además de saber que no soy un fracaso. Sí es absurdo lo que quiero, porque soy una triunfadora, me he forjado a mí misma, me levanté de las cenizas como el ave fénix, hice cosas que cualquier mujer no lo haría, pero en el camino dejé tantas cosas en el tintero, como cerrarme al amor, pues las pocas relaciones que he tenido han sido físicas, de conveniencia, más esas miradas que te descolocan, ese hormigueo que te recorre el cuerpo, esos latidos acelerados con un roce, jamás las sentí con nadie, se han quedado en los roles que interpreto en mis personajes. En fin, después de los argumentos de Frank tuve que ceder para asistir a la gala del festival, optando por un atuendo de una diva, decidí usar un vestido n***o de mi diseñador favorito Christian Dior, tiene mangas largas, marca mis pechos, la cintura es ceñida con una caída que termina en tubo, con la espalda descubierta, más para darle un toque especial a mi look uso un sombrero n***o que da ese misterio y elegancia que siempre busco, además de recoger mi cabello como último detalle, también tengo listo un bolso con otra vestimenta informal, pero antes de dejar mi habitación decido contemplarme una vez más al espejo para terminar hablando en voz alta. –Bueno Rebecca es hora de interpretar tu papel, recuerda que eres una glamorosa estrella que siempre debe dar la mejor versión de ti misma, nunca la versión mejorada, ¡No lo olvides! –me doy ánimos para terminar agarrando mi bolso. Sin más preámbulos abro la puerta de mi habitación sabiendo que esta noche los ojos del mundo del cine se posarán en mí, pues no es un evento menor, se trata de uno de los festivales más prestigiosos, así sigo unos cuantos pasos percatándome de la impaciencia de Frank, porque como siempre está fumando un habano para calmar sus nervios, por ende, denoto mi presencia rompiendo el silencio con mi voz. –Frank como escuché alguna vez, si vas a hacer algo mal, hazlo a lo grande. El castigo que recibirás será el mismo. Entonces no hagamos esperar al público– expreso para terminar con una sonrisa burlona en los labios. –¡Rebecca! No hagas de las tuyas, nada de improvisar mucho menos delante de la prensa, sobre todo deja de jugar con mis nervios, hasta creo que disfrutas enloqueciéndome, pero debes comprender que ahora no estás delante de una cámara interpretando un papel, se trata de tu vida, ¡Recuérdalo! –replica clavándome sus ojos azules en los míos, teniendo su voz exasperada. –Relájate Frank, porque es una simple gala, no es el fin del mundo, además estaba ensayando un par de líneas– improviso para bajar la temperatura del momento. –Rebecca me doy cuenta que llevas algo de equipaje ligero, pero para que te pregunto si conozco la respuesta, mejor vámonos– afirma para terminar resoplando. Unos minutos después Dado la majestuosidad del festival existe un caos fatal, al punto que el auto no logra acercarse a la entrada del recinto, pues no solo la prensa esta agolpada en las cercanías, sino también los admiradores, siendo imposible avanzar entre la multitud por más que los organizadores han hecho un cordón de seguridad para que los actores podamos movilizarnos, viendo que no hay otra forma de llegar a la entrada decido bajar, Frank es el primero en descender del vehículo para luego abrirme la puerta, más apenas tengo un pie fuera sonrió al escuchar los gritos, los aplausos de las personas, saludo con un suave movimiento de mis manos, para terminar acercándome a mis fanáticos que están emocionados, donde las luces de los flash no tardan en aparecer, incluso tengo a los reporteros con los micrófonos llenándome de preguntas. –¡Rebecca! ¿Es cierto que tienes un romance con Gary Cooper? ¿Qué nos puedes adelantar de tu película? ¿Serás la coestelar de Jeans Dean? ¿Cuándo conoceremos al hombre que ha robado tu corazón? ¿Es verdad que tienes una rivalidad con Grace Kelly? –Señores por favor, todas sus dudas serán contestadas por un comunicado que dará el estudio, no hay más comentarios– interviene Frank deslizando su brazo hasta llegar a mi hombro, para rescatarme de la prensa. Un poco más de dos horas después Tras las felicitaciones de todos los invitados por el éxito de la película, estoy en una fiesta charlando con varios productores, críticos, actores, gente relacionada con el mundo del espectáculo, sin embargo, no soporto más tanta charla banal e hipócrita, por lo tanto, es hora de escapar, porque fue demasiado por una noche, más bien necesito desconectarme de mi realidad, ser tratada como una chica sencilla, sin tener a la prensa acosándome, como tal me excuso, más la voz de Frank me detiene. –Rebecca por favor no te marches todavía, aprovechemos la ventaja que tenemos, mira que están presentes todos los mejores productores del medio, sobre todo quiero que charles con Alfred, estoy seguro que podemos trabajar con él– repite sujetándome del brazo con delicadeza. –Frank cumplí mi parte del trato, ahora encárgate de realizar tu trabajo, por algo eres mi manager, ¡Buenas noches! –declaro zafándome de su agarre, para terminar, dándole una sonrisa afable mientras me alejo. Peter Con toda la impotencia de la situación abandoné el hotel en compañía de Bárbara, más apenas llegamos al recinto donde se realizará el festival cada uno tomó un camino diferente, ella estaría dentro de las instalaciones cubriendo todos los detalles del evento, mientras yo tuve que caminar por los alrededores para saber dónde rayos encontraba una cafetería, pero lo complicado de la situación es que no hallé un local, sino tres establecimientos, todos en la misma cuadra, más la pregunta del millón era, ¿A cuál cafetería entraría Rebecca Calvin? Siempre y cuando aparezca, por dos minutos analice los lugares, ¿Qué buscaría alguien como ella? ¿Privacidad? ¿Paz? Así opte por ingresar a la cafetería menos convencional, el sitio es acogedor con un ambiente cálido, familiar, ideal para un momento de relax, ahora otras son mis dudas, ¿Cómo entablo una conversación sin parecer un acosador? ¿Cómo logro que no escape? Pues no es tan fácil como sentarme a charlar como si fuéramos amigos, es más complicado, soy un total desconocido para ella, como tal me hará las cosas imposibles, además se suma un antecedente, soy un fracaso con las mujeres, me cuesta mucho relacionarme con ellas, incluso me quede corto repitiendo que no conozco nada de Rebecca, ya que nunca me importo lo referente al mundo del cine, hasta me parece una exageración que esta gente gane fortunas por decir unas cuantas palabras delante de una cámara, mientras que las personas como yo trabajamos sin tregua por unos centavos. Sin embargo, estoy sentado en una de las mesas bebiendo mi café con impaciencia, volviendo a mirar la foto que tengo de ella, en verdad es una mujer muy hermosa, de 25 años de edad, una piel blanca como la nieve, sus ojos marrones tienen un misterio, su cabello lacio color castaño es el complemento perfecto, además que posee una buena altura, 1.70 cm. Lo cierto es que aun siento que estoy cometiendo un error, pero ya di el primer paso, como tal hagamos el intento me grita mi subconsciente, igual pienso que no lograre nada. Unos minutos más tarde La palabra impaciencia se queda corta ante lo que siento, pues estoy desesperado levantando cada dos segundos mi mirada apenas la campanilla de la entrada del lugar suena, además para completar el café no calma mis ansias, más bien aumenta mi desesperación, pero en unos segundos la eterna espera creo que termina, cuando mis ojos se posan con curiosidad en una mujer vestida con un atuendo informal, lleva puesta una blusa color blanco con sus hombros descubiertos y una falda azul holgada que cubre ligeramente sus rodillas, más usa unos anteojos ridículos, incluso apostaría que su color de cabello no es rubio, porque parece que tiene puesta una peluca, además de portar dos libros entre sus brazos, quedándome hechizado en cada movimiento suyo, hasta que se acomoda en una de las mesas, para terminar escuchando que llama a la mesera. –Buenas noches señorita, por favor tráigame una taza de café con leche y dos croissants, muchas gracias– repite confirmando mis sospechas, es Rebecca Calvin. Un rato después Quisiera poder descifrar quién es Rebecca Calvin, porque estos minutos contemplándola he percibido un aire de misterio, cada gesto suyo parece estudiado, cada expresión no es normal, hasta da la impresión que sigue interpretando un rol, pero existe algo más que me arrastra, que me reta a conocerla, no es simple curiosidad, o tal vez me deje impresionar por la actriz, igual me gusta mirarla mientras disfruta de su lectura, más espero el momento adecuado para improvisar, pero salgo de mi burbuja cuando la mesera se vuelve a acercar con otra taza de café, obligándome a tomar valor para hacer lo primero que me nace, abandono mi puesto con muchas dudas, teniendo mis manos sudorosas, el corazón bombeando a toda máquina, para terminar, acortando distancia con su mesa y aclarar mi voz. –Disculpa mi atrevimiento, pero acabo de asombrarme al mirarte que lees a Whitman, en verdad no creí que nadie disfrutara de sus poemas, por ejemplo, a mí me encanta Carpe Diem. “Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es un desierto y es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia” –expreso sin abandonar su mirada profunda. De inmediato ella abre sus ojos de par en par, bajando un poco sus anteojos para clavar su mirada en mis ojos verdes, haciéndome tragar saliva sin tener claro si cometí una imprudencia, igual guardo mis nervios esperando alguna señal de ella, dejándome en una agonía eterna.
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