La misma tarde
Cannes
Peter
¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué todos creen que pueden acudir a mí? Soy un corresponsal, un periodista de trayectoria reconocida, no me dedico a chismes de farándula, ni de banalidades, porque primero fue Bárbara dándome un ultimátum y ahora esté idiota de d**k con su maldito favor, pero lo peor es que no tengo idea como salir de este apuro, ya que si me presento a la rueda de prensa como un reportero voy a perder a Rebecca, me va a terminar odiando por haberla engañado y no quiero alejarme de ella, mucho menos romperle el corazón, entonces lo más lógico es seguir negándome, claro que no es tan fácil, pues d**k es capaz de llamar a Daniel con tal de salvar su pellejo, el imbécil siempre busca salir airoso sin importarle nada ni nadie, solo complicándome más la vida. Sin embargo, tal vez pueda encontrar una salida, de lo contrario terminaré de caer en el fondo de las desgracias, seguiré en la quiebra, agregándole que en esta ocasión tendré el corazón roto en mil pedacitos y odiándome por haber sido el mayor imbécil, me repite mi interior sin dejar de mirar la cara de desesperación de d**k.
–Está bien d**k, dame la lista de preguntas que quieres que le realice a la actriz, ¿Cómo se llama la mujer? ¿A dónde será la rueda de prensa? Y por último ¿A qué hora será? –accedo con una cara de malestar estirando la mano.
–¡De verdad Peter! No estabas escuchándome, se trata de Rebecca Calvin, la actriz más aclamada del momento, es una diva del cine, una celebridad comparada con la realeza, un misterio sin resolver. ¿En qué planeta vives? ¿Cuándo fue la última vez que fuiste al cine? –reclama para terminar cuestionándome indignado.
Sí supiera d**k que esa celebridad es mi novia, se moriría de la envidia, además no entiendo, ¿Por qué tanto afán por entrevistarla?, o mejor dicho sí, Rebecca es una belleza enigmática, una mujer única, que pocos conocen en realidad, pero que debe quedarse en ese misterio.
–Dick vivo en el mismo planeta que tú vives, solo que yo no me dedico a frivolidades, lo mío es el periodismo serio, no ando escudriñando la vida ajena, y para que estés al tanto, la última vez que fui al cine vi Quo Vadis, fue hace como cuatro años atrás, así que no estoy tan desconectado del mundo como crees– argumento con firmeza.
–Esperemos que puedas conseguir alguna primicia, porque Rebecca Calvin nunca hace ruedas de prensa, hasta me parece extraño que vaya a hacerlo, porque siempre da comunicados por parte de su manager, el idiota de Frank Forthons. Ese hombre vive complicándome el trabajo, parece el dueño de su vida– explica dejándome con el rostro pensativo.
–Dick si quieres que te haga el favor dejemos la charla, dame el horario y el lugar de la rueda de prensa, de lo contrario no podré ayudarte, ¿Te parece?
Una hora más tarde
Todavía no estoy seguro si funcionará lo que tengo en mente, porque quise cambiarme el look, más no había forma de cambiar mi apariencia, ni usando anteojos, ni con otro peinado, mucho menos con otro tipo de ropa, la verdad es que hasta un ciego podría reconocerme a mil metros de distancia, entonces no me quedo otra solución que pedirle a Paul que se vista como un reportero, aunque él no tiene la más mínima experiencia, por lo tanto no creo que consiga nada, ni siquiera que pueda hacer una maldita pregunta en la rueda de prensa, igual como medida extrema le dejé un mensaje a Bárbara en su hotel esperando que se lo puedan entregar, como tal estamos en camino al recinto del festival en un taxi con todos los nervios de punta, incluso sigo pensando que estoy jugando con fuego, hasta que escucho la voz de mi amigo.
–Peter cómo te gusta complicarte la vida, la solución más fácil era mandar todo al diablo, presentarte en la rueda de prensa e intentar charlar con tu chica, al principio se pondría furiosa, pero a la larga te perdonaría.
–Paul no conoces a Avalon, ¡A Rebecca! Porque cada paso que doy es una batalla ganada, por esa razón sí siguiera tus consejos, te garantizo que jamás la volvería a ver, y esa no es la opción, no quiero perderla.
–¡El amor! El amor nos hace tontos, C’ est la vie (Así es la vida) –sentencia con una gran sonrisa.
Unos minutos más
Hemos arribado al recinto de la rueda de prensa, pero todo es un caos por la conmoción por la llegada de Rebecca en cualquier momento, a tal punto que los reporteros están esperando en la entrada del salón con su credencial en mano para poder ingresar, mientras mis nervios van aumentando cada vez más, aunque en un segundo dan luz verde para el acceso teniendo que darle las recomendaciones del caso a Paul.
–Amigo por lo menos tendrás opción a tres preguntas, de las cuales intenta conocer más de ella, pues Rebecca hará todo para responder solo lo necesario, la idea es sacar ventaja.
–Peter sabes que no sirvo para esto de ser reportero, lo mío son los pinceles, el lienzo, el arte, lo que me gusta y lo que conozco, incluso pienso que no lograré nada– explica dejándome frustrado.
–Tienes razón Paul, no debí pedirte este favor. Será mejor que me encargue de la situación y que suceda lo que tenga que suceder– repito con mi voz envuelta en preocupación y él me da una palmada en el hombro.
–The Daily Mirror estamos por empezar, ¿Ingresas o no? –dice uno de los organizadores desde la puerta.
–Ahora voy. Nos vemos Paul, deséame suerte– respondo y él me da una sonrisa afable.
Con toda la impotencia del mundo doy unos cuantos pasos a la entrada, donde contemplo a los organizadores revisando el sonido, los micrófonos, mientras voy buscando un lugar donde acomodarme sabiendo que no hay vuelta atrás, incluso las conversaciones indistintas de los colegas parecen un eco a lo lejos, pero en un segundo dan la señal que comenzará la entrevista a Rebecca, teniendo que agarrar mi libreta y poniéndome los anteojos.
–Buenas tardes señores, les agradezco su presencia aquí con tan poca antelación, aunque para mí también fue una sorpresa esta rueda de prensa, conocen como es Rebecca, una mujer impredecible y misteriosa, pero sin más preámbulos los dejaré con ella, permiso– expresa un sujeto.
Pero este tipo de unos 50 años de edad, ojos azules, mirada intimidante, piel bronceada, con barba, cabello lleno de canas, parece que fuera el manager de Rebecca, incluso me dejo una sensación extraña de mala vibra solo con conocerlo, igual en este instante me recorre un sudor frío en el cuerpo, tengo las manos sudadas, además de tener los latidos acelerados de mi corazón viendo que llegó al final mi cuento de hadas.
Rebecca
Mentiría si dijera que estos pocos días no han significado nada junto a Peter, porque con él estoy conociendo otra mujer en mí, pues no solo me tiene ilusionada, sino que comienza a adueñarse de mi corazón, que por momentos me sigue dando miedo estrellarme, haber perdido el control de mis emociones, pero estoy aprendiendo a disfrutar de esas pequeñas cosas que hacen importante la vida, desde un tierno beso hasta una charla sincera, lo cierto es que cada día necesito de sus ojos verdes que me tientan con esa mirada profunda, de sus abrazos que me hacen sentir segura, de su aliento en mi rostro que me derrite, dejando que el destino me sacuda, arriesgándome por este sentimiento que cada día crece entre nosotros. Inclusive por primera vez decidí tomarme un tiempo para mí, unas vacaciones como lo dijo Frank, ya que no me bastan las horas que tenemos, pues quisiera que sean eternas las noches y no escapar cada mañana de sus brazos como una fugitiva del amor, claro que estamos yendo muy despacio en nuestra relación, más es tan difícil no perder la cabeza, la coherencia, diría que estoy a nada de dejarme arrastrar por la pasión, pero quiero más que una noche de placer, quiero algo más profundo.
En fin, como parte del cambio en mi vida decidí hacer una rueda de prensa, como lo hacen la mayoría de actores en el Festival, pues creo que el público merece conocer un poco más de la actriz, que soy más de lo que pueden ver en la pantalla grande, inclusive será una experiencia interesante, como tal llegué al salón de conferencias acompañada de Frank, que en todo momento no dejaba de darme indicaciones, pues es hora de dar inicio a la rueda de prensa teniendo que volver a escucharlo.
–Rebecca recuerda que debes llevar el control de las preguntas de los reporteros, no permitas caer en su juego, porque habrá imbéciles que querrán fastidiarte, sobre todo mantén la charla a nivel profesional, ¿De acuerdo? –aconseja con su voz inquieta.
–Frank te agradezco tus consejos, pero soy capaz de lidiar con la prensa, además serán unas simples preguntas, por último, la idea es agradecer por el apoyo del público a mi carrera, por el recibimiento que me han dado en Cannes, y para promocionar las próximas películas, ¿Puedes confiar en mí? –digo con mucha tranquilidad.
–Lo estoy haciendo Rebecca dejando que te encargues sola de la prensa, más es inevitable aconsejarte, pues ellos querrán saber hasta que desayunas sin exagerarte– afirma haciéndome sonreír por sus comentarios.
–Frank si no queda otra les contestaré que desayuno un café con leche y dos croissants. ¡Relájate amigo! Comencemos con la rueda, porque no quiero hacer esperar más a los reporteros– expreso para terminar dándole una sonrisa afable.
Así mis pies avanzan despacio al salón teniendo en mi cabeza las palabras de Frank como un eco, porque por más que le quise restar importancia a la rueda de prensa, sé que puedo perder el control de la misma, habrá imbéciles que intenten conocer mucho más que mi vida profesional, pero espero sobrevivir me repite mi interior mientras doy un último respiro, para ingresar al lugar donde las luces de los flashes de las cámaras se posan en mí cegándome un segundo.
Peter
Parezco que estoy en el borde de un precipicio sabiendo que en segundos terminaré de romperme, de caer en el fondo, porque por más que quiera agarrarme con uñas y dientes a aun milagro, no hay forma de escapar de mi suerte, al punto de imaginar la cara de reproche, de las palabras que pueda repetirme Rebecca, sintiendo que es una agonía estar aquí esperando literalmente quebrarme en mil pedazos, pero no significa que no intentaré buscar su perdón, hare lo imposible por tener cinco minutos para que me escuche, tal vez no basten, más es lo que me queda.
Lo cierto es que en un segundo soy arrancado de mi burbuja al contemplar el ingreso de Rebecca al salón, ella está más hermosa que nunca vestida tan informal, lleva puesta una blusa blanca suelta que hace juego con unos pantalones anchos color beige, pero mis colegas enloquecen levantándose de sus asientos sin dejar de fotografiarla, pero en un instante soy sorprendido cuando me toman del brazo obligándome a girar.
–¡Peter enloqueciste!, No puedes estar aquí, ¿En qué estabas pensando? –susurra mi exesposa con sus ojos abiertos de par en par.
–¡Bárbara! Me alegra verte, pero no fue culpa mía estar aquí, el idiota de d**k llamó a Daniel– respondo aliviado en un susurro.
–Peter, yo me encargo de la situación, ¡Vete ahora! ¡Apúrate antes que ella se dé cuenta de tu presencia aquí! –exige obligándome a levantarme de mi sitio para escabullirme.
Unos minutos más
Rebecca
Creo que fue una exageración la preocupación de Frank, porque dentro de todo, los reporteros han sido bastante amables, no han salido con alguna estupidez, incluso he tratado de llevar la entrevista en un ambiente relajado, igual sigo escuchando sus preguntas.
–Rebecca por favor danos más pormenores de tu nueva película, ¿De qué se tratará? O ¿Quién será tu coestelar? –dice uno de los reporteros.
–Chicos todavía no tengo nada concreto, pero quisiera hacer una película diferente a las que he hecho, pues quiero romper un poco los esquemas, tal vez ser la villana– respondo con sinceridad.
–Rebecca ¿Cuánto tiempo te quedarás en Cannes? ¿Regresarás a Londres? ¿Es cierto que te tomarás un año sabático? ¿Tienes un romance con James Taylor?
–Déjenme contestarles, no hay romance con James, más bien sigue saliendo con Grace, me quedare en Cannes hasta el final del Festival y sí, me tomaré un tiempo para mí, pero no significa que abandonaré mi carrera. Les agradezco su presencia aquí. ¡Buenas tardes!
–¡Rebecca! ¡Rebecca! ¿Por qué nunca hablas de ti? ¿Te has enamorado? –siguen las preguntas.
–Buenas tardes nuevamente, permiso– reitero abandonando mi puesto, hasta que escucho unas preguntas que me incomodan deteniéndome.
–Soy Bárbara Miller, del Daily Mirror. Rebecca, ¿Qué opinan tus padres de tu carrera? ¿Son verdad los rumores de que estás distanciada de tu familia? –averigua una reportera, cabello rubio, ojos azules, de mirada intimidante dejándome sin saber que responder.