¡POV DE FABI! Ante la forma de dirigirme a Amaya que para mí no es nada grosero ya que solo le digo la verdad, Iker salta —¿Por qué la tratas así? —, Amaya se levanta y solicita a Iker que no interfiera, se gira en mi dirección y se disculpa afirmando que no volverá a pasar —No. No tienes porque disculparte—, sale de entre el escritorio y se acerca, coloca ambas manos en los hombros de ella y se queda detrás —Aquí el único responsable soy yo, yo le pedí que me acompañará a desayunar. Ella no quería y le ordené que lo haga, así que, si vas a regañar a alguien, que sea a mí—, tengo la mirada conectada a ella, cuando Iker posa sus manos sobre los hombros de ella, mi mirada rueda ahí. Ajustando los dientes paso por el costado de ellos y me siento —Quiero que salgan de mi oficina—, ambos se