¡POV DE IKER! Si Fabi piensa amedrentarme con que le dirá a mi padre sobre las carreras clandestina a las que suelo asistir y soy partícipe de ellas, y que con eso logrará que deje lo que me apasiona está equivocado. Todavía a quien, a mí, a Iker Lanús, a quien solo unas grandes tetas y piernas podría doblegar. Aquí no tengo un coche, pero no tardaré en comprarlo, por eso empezaré a trabajar en la empresa, para así lograr obtener el dinero suficiente y comprarme el auto de carrera que tanto quiero. Estoy acomodando el reloj en mi mano cuando Fabi vuelve a ingresar, dice de cosas que logra aburrirme en un segundo. Al sentirme complacido con lo que veo en el espejo me giro, agarro mi saco y salgo de la habitación, Fabi sigue tras de mí —Iker—, bajamos las gradas y sigue zumbando a mi oíd