NICHOLAS Necesitaba urgentemente un wiski, llegue todavía procesando en la cabeza y en el cuerpo todo lo que acababa de pasar. Todavía podía sentir su piel, sus besos. Todo. Ella era mucho más de lo que me esperaba, aunque en realidad ¿qué me esperaba? El golpe de realidad me había caído encima y fue inevitable comenzar a torturarme ¿Qué carajos había hecho? Desde el día que la vi no la pude sacar de mi cabeza, pero no debí dejar que las cosas llegaran a este nivel y fue mi culpa y mi estúpida impulsividad. No entiendo porque sentí tantos celos de verla con ese imbécil si yo sé que nunca voy a poder estar con ella de alguna forma, hay demasiadas cosas en el medio. Se perfectamente que Amalia no es cualquier mujer, es la hermana de mi mejor amigo no una amante ocasional de una noche. Por