Capítulo 2

2613 Words
Recorro las pocas calles que hay entre el gimnasio y mi departamento frente al río Hudson de la ciudad de nueva York. Doy la vuelta en la esquina y frente a mi edificio esta estacionado un Mercedes Maybach que reconozco. Resoplo y sigo mi camino fingiendo no verle. Abro el portal y tengo suerte de que elevador esta abajo y entro rápido. llego al quinto piso del edificio, entro a mi departamento dejando en la entrada mi bolso del Gim. Mi departamento es de concepto abierto, decorado con colores claros y grandes ventanas dominan el salón que dan al río Hudson. Camino por el pasillo a la habitación, pero el timbre de la puerta me detiene y me devuelvo para abrir y encontrarme a Nikolai con una mirada de pocos amigos. Pasa sin esperar que lo invite —Me puedes decir porque te expones en la calle tan temprano—le oigo decir—¿Sabes lo peligrosos que es la ciudad para una mujer? —Primero—digo tirando la puerta y caminando hasta el salón—¿Cuándo regresaste? Segundo. Gracias por llamar, fue todo un detalle—nótese mi sarcasmo—Tercero. No soy una damisela en apuros. Eh vivido en esta ciudad lo suficiente para saber lo seguro e inseguro que es —Amatista—dice entre dientes. Es enserio, hace un par de semanas que no lo veo y no se de él y ¿es así como empezamos? —Vas a responder a mi pregunta—digo avanzando hasta estar cerca —Acabo de llegar—lo miro sorprendida—Necesitaba hablar contigo. No hagas planes para esta noche—resoplo incrédula por su demanda. Su mirada me recorre y antes de que me dé cuenta me atrae hasta él y me besa. Dos semanas si sentir esto. El corazón se me acelera y es jodido que esto lo ocasione Nikolai. Mientras su boca saque la mía, nos lleva hasta el sofá más cercano. Sin Embargo, por más frustrante que me parezca no tengo tiempo para esto —Nikolai—digo cuando su boca baja por mi cuello y llega al valle de mis pechos—Necesito prepararme para el trabajo—le digo—además, estoy toda sudada—le recuerdo. —A mí me gustas sudada—dice subiendo hasta mi oreja y mordisqueando el lóbulo—Sobre todo cuando me pides que no pare—su mirada encuentra la mía y allí esta esa sonrisa que pocas veces veo. Me remuevo y salgo de bajo de él —Ve a prepararte Katyonak. Yo te llevo al trabajo—dice cuando voy camino hasta mi habitación —Puedes dejar de llamarme por ese estúpido apodo—gruño. Aunque siendo sincera me gusta, pero él nunca lo sabrá —No— responde sencillamente—Te extrañe Katyonak—Y cuando dice esas cosas hace que una parte de mi sienta que es cierto y no solo lo dice por decirlo —Yo también te extrañe Nik—digo usando una abreviatura que poco uso con él y parece sorprendido. Niego divertida antes de meterme a la habitación. Me deshago rápidamente de la ropa y me voy al baño donde me meto a la ducha. Mi no relación con Nikolai es todo un desastre. Algunas veces su manera fría me desespera, otras veces sus acciones me sorprenden como cuando me llevo a cenar al mirador Top of the Rock reservándolo sólo para nosotros y celebrar que había sido escogida como imagen oficial de la marca Scott. Soy modelo profesional y soy de Nueva Jersey, desde que vi por primera vez la quinta avenida a los once años supe que quería estar en una de sus vallas publicitaria. Mi madre es amante de las artes y una vez al mes veníamos a ver algún musical u obra de teatro en Broadway. Antes de esto mi vida transcurrió en Nueva Jersey. Mis padres buscaban adoptar un bebé, sin embargo, la conexión que mi madre sintió hacia mí fue instantánea, desde ese día ella lucho por mí. Tanto mi madre como mi padre me dieron el hogar y oportunidades que jamás pensé en tener. Mi padre es mí mayor apoyo y lo adoro con todo lo que soy. La familia no se define por la sangre que compartan, sino por el amor incondicional que los une entre sí.   Salgo de la ducha y me seco rápido antes de buscar algo para ponerme. Unos vaqueros blancos, top rosa, una chaqueta negra y sandalias del mismo color, para mi rostro solo aplicó un poco de maquillaje y mi cabello lo dejo suelto. No necesito mucho maquillaje ya que al llegar al trabajo tienen que remover y maquillarme de forma adecuada para las sesiones de fotos de hoy. Una vez lista salgo para encentrar a Nikolai sentado en el sofá y cuando me ve caminar hasta la cocina su mirada me recorre de pies a cabeza. —¿Cómo has estado? —dice casual poniéndose de pie y llegando a la barra de la cocina. —Trabajando a toda máquina—informo mientras saco papaya, mango y maca para hacerme un batido energético. Ante la mirada de Nikolai enciendo la nutribullet —Vas a decirme ¿Por qué estás aquí? —preguntó antes de vaciar mi bebida en un vaso con boquilla para tomarlo camino al trabajo como todas las mañanas —Sé que no te gusto nada que Nina me acompañara—resoplo —La mujer con la que has tenido sexo alguna vez te acompaña de viaje—digo con ironía —Sabes que somos exclusivos—dice como si fuera una gran noticia y ente momento solo quiero arrogarle mi bebida, pero me contengo —No sabes el peso que me quitas—me mofo y el hace una mueca —Vamos Katyonak. Te llevo al trabajo y esta noche vengo por ti Salimos de mi departamento y cuando estaciona afuera de la empresa Nikolai me mira de una manera que no logró descifrar. Es como si quisiera decirme algo, pero se abstiene y en vez de decirme lo que le sucede me da un beso duro que me deja sin respiración —A las siete paso por ti—asiento antes de salir del coche y entrar a mi lugar de trabajo. Cuando llego al piso correspondiente aún estoy recuperando el aliento. Nikolai es un enigma, sin embargo, no puedo negar que me enamore de ese tonto troglodita. —Vamos Amatista. Tenemos muchas cosas que hacer hoy—Tamia, la diseñadora me apremia y camino rápido por el atelier donde me encuentro a Ian hablando con George el otro diseñador. Ian es el hijo de uno de los dueños de la empresa y es el hermano de mi ex Matteo. Matteo Ùzcategui es el abogado de la empresa y tiene su firma unos pisos más abajo de la empresa, ya que el edificio pertenece a la familia Scott. Cuando lo conocí quede prendada de él y pensé que éramos felices, pero un buen día me di cuenta que este me era infiel con Ailyn la antigua imagen de la compañía, ellos se rieron de mí y ese desgraciado me rompió el corazón, aunque todo término entre ambos, Tanto los padres de este como su hermano siempre se han portado bien conmigo y eso lo aprecio —Es bueno verte Amatista—me saluda Ian después de despedirse de George y acercarse a mí —¿Cómo estás? ¿Qué tal Malena? —Digo refiriéndome a su esposa y este sonríe feliz —Estamos muy bien. Ella trabajando mucho estos días—Malena era una abogada corporativa que trabajaba en la firma de Matteo. De hecho, gracias a eso fue que se conocieron, se enamoraron y ahora están felizmente casados —¿Qué tal te sientes siendo imagen de la próxima colección? —Feliz y muy nerviosa—me río—Pero muy emocionada por presentar esta colección y soñando con la semana de la moda en septiembre —Bueno. Te dejo. Tengo mucho trabajo, y debo reunirme con Marcos. El cabrón está feliz porque su relación con Vicki se arregló y el tío ya no es un problema —No podría estar más feliz por ellos—digo antes de que se vaya. Mi amiga Vicki y Marcos uno de mis jefes al fin se habían arreglado después de muchos malos entendidos ocasionados por su padre, al menos mi amiga es feliz me digo mientras me voy hasta mi loker y me preparo para mi día. Mi día es de locos. Así que apenas llego a mi departamento de doy una ducha y así prepararme para mi cena con Nikolai esta noche. Me paro frente a mi armario y miro mis opciones. Conociendo a mi ruso sé que sus gustos son algo finos para mi gusto. No estoy en contra del lujo, yo misma he llevado una vida cómoda desde que mis padres me adoptaron y posterior me la he dado yo misma con mi trabajo. Sin embargo, odio los restaurantes que poner frente a ti un sin fin de cubiertos y diferentes copas como si en realidad fuéramos a utilizarlos todos. Lo que me trae el bonito recuerdo de sentarme a la mesa en casa de mis padres y comer el insuperable sancocho dominicano que este hace, o el mejor plato haitiano; cerdo frito acompañado con plátano frito y ensalada que mi madre hace. Sonrió al recordar la cara de mi abuelo que al verme por primera vez. Solo pudo decirle a mi madre eso de mija "una blanquita". En ese momento no lo entendí, pero mi madre no se tomó bien la broma de su padre. Mi familia era de inmigrantes que soñaban con un mejor futuro. Mi abuela paterna había llegado de dominicana y se había casado con un americano, mi abuela siempre me hace reír con sus ocurrencias y su vitalidad para sacarme a la pista de baile, al igual que mis primos. Mi madre es de descendencia haitiana. Son dos seres humanos que me han dado amor sin importar de qué color es nuestra piel. Mi madre es psicóloga y mi padre Neurocirujano y son dos personas muy respetadas dentro de nuestra comunidad en Nueva Jersey. Como me gustaría que Nikolai los conociera, sin duda se llevaría una gran sorpresa al ver nuestra mezcla cultural a la hora de reunirnos y cenar. Niego alejando esos pensamientos y me centro en mi atuendo para la cena, al final escojo un vestido de encaje rosa palo por debajo de las rodillas elegante y unos zapatos de aguja negros que hacen juego con mi pequeño bolso de mano, me recojo el cabello en un moño desordenado y después de maquillarme estoy lista en tiempo récord. A las siete en punto el timbre de mi puerta suena y al abrir me encuentro por segunda vez en el día con Nikolai. Lleva un elegante traje azul marino de tres piezas y me escanea desnudándome con la mirada —Te ves...—Dice buscando las palabras—Katyonak. Eres la visión perfecta para todo ojo humano —pongo los ojos en blanco antes de acercarme y darle un suave beso en los labios —Gracias—digo y este me tiende el brazo para que lo tome y así lo hago después de asegurar mi puerta. Como lo había supuesto, Nikolai nos lleva al Per Se. Un restaurante elegante que sirve comida francesa. Nikolai es una persona poco habladora pero esta noche esta extremadamente callado y tengo miedo de que quiera decirme que ya no nos veremos más. Tomamos asiento y miramos la carta en silencio y noto que se remueve incómodo y ¿Nervioso? Después de mirar la carta me inclino por Coq au vin un plato originalmente hecho con gallo, pero pido la versión con pato y para tomar un Cabernet Sauvignon. Cuando Nikolai pide, no puedo evitar sonreír divertida por su elección. Ratatouille acompañada con cheval blanc. Él me mira sin comprender, y no lo diré porque quedaría al descubierto que de vez en cuando Disney es entretenido. La cena transcurre en silencio y cuando ya no puedo más dejo a un lado mi copa de vino y clavo mis ojos en él —Me trajiste a este lugar para finalizar nuestra No relación—digo haciendo comillas en lo último. Él deja su tenedor y me mira unos segundos antes de articular —Te traje aquí para pedirte que te cases conmigo—me quedo muda. Mierda, es de verdad ¿escuche bien? O tendré que pedirle en la próxima reunión familiar al tío Josué el nombre de su doctor y así colocarme un aparato de audición —¿Es en serio? —Logro articular —Escucha Amatista. Esto sería un acuerdo—La pequeña sensación de felicidad que había sentido se había ido a la mierda después de sus palabras —Explícate—digo en voz baja y tomo de mi copa —Mi padre quiere que me asiente. Que me case—comienza—Y si no lo hago perderé todo por lo que he trabajado durante años—asiento comprendiendo un poco lo que pretende—Por eso me atreví a recurrir a ti. Sé que eres de fiar. Sería un acuerdo beneficioso para ambos —No sé en qué sería beneficioso—mi voz desborda ironía —Te pagaría dos millones de dólares al finalizar los dos años del contrato—Dos años casada con Nikolai ¿De verdad? Saca de la chaqueta de su traje una caja negra y la abre colocándola frente a mí, mostrándome el anillo de compromiso. Un Rubí corte oval clásico con ajuste de dientes de platino, flanqueado a cada lado por un diamante. Es sencillo, elegante y no puedo negarlo. Es hermoso—¿Qué me dices? ¿te casarías conmigo? Sería la esposa de Nikolai, viviría con él y compartiríamos más tiempo juntos. De verdad puedo hacer que Nikolai se enamore de mi como lo estoy yo. El que no arriesga no gana dice el dicho, pero si pierdo sé que sufriré y si no lo hago, él se casara con alguien más y también lo habré perdido ¡mierda! Respiro profundamente y asiento lentamente. Nikolai sonríe genuinamente y siento que estoy vendiendo mi alma al diablo, pero necesito hacer esto. Nikolai desliza el anillo en mi dedo y besa mi mano. Y por un momento quiero creer que su propuesta nace del amor y no de la necesidad de una esposa. Después de aceptar me habla más de lo que le está pasando —Viviríamos el departamento que poseo frente a Central Park—asiento no muy feliz—Podríamos casarnos en un par de semanas —¡Tan pronto! —Exclamó —Es necesario para mí que sea pronto, organizamos algo en los juzgados y listo—Obvio Amatista no es una boda real, que esperabas —Quieres invitar a tus padres—Bufo sin poder evitarlo. Si mis padres se enteran de que me case y así de la noche a la mañana me matan, así que la decisión está tomada —Prefiero mantener a mis padres fuera de este trató—digo lo más casual que puedo. —Me gustaría que leas el contrato prenupcial que tengo preparado—por supuesto que habría un contrato Amatista, el hombre debe cuidar su plata. Como diría mi abuelo paterno Moisés, por la plata baila el mono—Pero dejando eso a un lado—dice sacándome de mis pensamientos—Quiero brindar por la señora Kozlov—dice alzando su copa y brindamos 
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