–¿Papi?
–¿Qué pasa, princesa? –pregunté.
–¿Onta papi?
Miré a Michelle, lo estaba preguntando en serio, me pareció extraño porque nunca lo mencionaba, estábamos jugando con las muñecas y ya habían pasado varios dias desde que Warren estaba en el hospital, según Sarita seguía en el intensivo, esperaban a que despertará o respondiera.
–Tú papi está trabajando, vendrá otro día –respondí –. ¿Te gusta el rojo o el azul? –le pregunté al enseñarle los vestidos.
–Ojo –señaló.
Escuché mi teléfono y me apresuré a verlo, siempre estaba pendiente a cualquier mensaje de Sarita y me alegraba haberlo hecho en ese momento.
“Despertó.”
Casi sentí como mi cuerpo se sacudió de la felicidad, quería salir corriendo de la casa hacía el hospital para verlo yo misma, sentí como la vista se me nubló,
