Lily

1070 Words
No sé cuánto tiempo dormí pero cuando desperté me dí cuenta de que era tardísimo, después de tantas noches sin poder dormir había ocasiones que me quedaba dormida y dormía cómo un bebé sin ninguna pesadilla. Una sonrisa creció en mis labios al ver a mi Klaus dormido a mi lado, con cuidado de no despertarlo me levanté de la cama y entre al cuarto de baño en donde hice mis necesidades, lave mis dientes y mi rostro. Después fuí a la cama y con cariño levanté mi pequeño pedacito de cielo. —Es hora de despertar mi amor, que en la noche no podrás dormir mi vida. Cómo aún no quiere despertar me tocó usar la armería pesada, con cuidado de no lastimarlo le hice cosquillas en su pequeña pancita logrando una carcajada de su parte. —¡Mami! ¡No! Riendo me detuve y llené de besos su hermoso rostro. —Hola mi amor, cuéntame qué soñaste en la siesta? –le pregunté mientras nos levantaba de la cama y salíamos de la habitación. Con una hermosa sonrisa en su carita me contestó. —Muy bien mami, soñé con papá. Al oír eso me puse rígida ya que no es la primera vez que me dice que ha soñado con su papá, un papá que nunca va a conocer. Por inercia me reí, una risa nerviosa. —¿Dónde está papá? Dios santo, ¿qué le puedo decir a un bebé de 3 años? Cómo pude le cambié el tema, su pequeña mente no estaba o nunca estará preparada para saber lo que en realidad pasó con su papá. —¿Sabes que es mi amor? —¿Que mami? Con suavidad lo senté en el sofá y le encendí la TV en su programa favorito. —Voy a pedir tu pizza favorita. Mi niño aplaudió emocionado, con una sonrisa me alejé de la sala de estar y fuí a la cocina, tomé el teléfono y marqué a la pizzería que frecuentamos siempre. Hice la orden de una pizza familiar con una orden de alitas picosas para mí y padre cuando llegará del trabajo. Mientras llegaba la pizza pique un poco de fruta para mí niño, su fruta favorita es la mandarina y la fresa, pero por el momento no tenía mandarina así que le pique cuatro fresas grandes. La fruta la serví en un plato pequeño de plástico color azul y en un vaso le serví agua natural. Junto a mi niño me senté y con él miré la TV. Exactamente 30 minutos después la pizza llegó y a los 10 minutos llegó mi padre, mi padre es médico y trabaja en el hospital general aquí en Nueva Jersey. A mi bebé Klaus lo senté en su sillita y le serví en su plato una rebanada de pizza y un poco de spaghetti que había hecho, a mi padre también le serví dos rebanadas, un poco de spaghetti, algunas alitas picosas y al final un poco de lechuga fresca, unas rebanadas de pepinillo y zanahoria. Y lo mismo que le serví a mi padre me serví yo. De bebidas tomamos agua de jamaica que había preparado en la mañana para el almuerzo. Sabía que lo que estábamos comiendo no era lo más sanó pero una vez al mes no nos haría daño. Después de almorzar limpie todo, lo que quedó de la pizza y lo guarde en el refrigerador, lo demás lo tiré a la basura. Con una sonrisa miré a mi padre y a mi hijo, ambos jugaban con los autos de mi niño, y por supuesto que Klaus era el cochecito del policía. 1 hora aproximadamente mi padre regresó al hospital, yo y mi pequeño nos quedamos en casa. Ya que el día de hoy era mi día de descanso y ya en la mañana entraría a trabajar. Horrible lo se, pero sí no trabajo no tendría para nuestros gustitos, y cómo navidad ya estaba a la vuelta de la esquina tenía que comprar algunos regalos que me faltaban. A las 5:20 de la tarde nos fuimos a la habitación, a Klaus lo dejé en mi cama con una película en la TV, en el baño le abrí el agua a la bañera y cuando estuvo lo suficiente con agua para bañar a un pequeño de 3 años cerré el grifo y después le puse en la bañera un poco de espuma y sus juguetes de agua. Al terminar la bañera fuí con mi hijo. —Klaus cariño vamos a darte una ducha. Unos 15 minutos después saqué a mi niño de la bañera, lo sequé y lo vestí muy guapo para cuando llegará Lily, su niñera. Después de terminar con Klaus me dí una ducha rápida y después me vestí, me peiné y me maquillé un poco. No esperamos mucho cuando él timbre de la puerta sonó, antes de abrirla miré por el mirador y ya después de asegurarme de que sí era Lilly abrí la puerta. —Gracias a Dios has llegado Lily –hable con una sonrisa. —Lo lamento sí llegué tarde, es que afuera hay tráfico. —No te preocupes Lily. La chica se rió cuando Klaus corrió hacía ella y Lily abrazó a mi hijo, ella le llenó el rostro de besos y me reí un poco al oír a Klaus reír. —Ya me voy, regresaré en unas horas –Le digo a la niñera y de despedida le dí un beso en la frente a mi hijo. —Por supuesto Annika, yo cuidaré a Klaus con mi vida. Con una última mirada a mi hijo y a Lily salí de mi modesta casa, con rapidez subí al coche, con seguro cerré las puertas, me puse el cinturón de seguridad y al final puse el coche en marcha. Por 20 minutos aproximadamente conduje al centro comercial, ahí me compré un vaso de café con sabor a vainilla mi favorito y con tranquilidad hice las compras, entré y salí de varías tiendas, un poco cansada por caminar por todo el centro comercial me senté en un banquito frente a la fuente, con un poco de disimuló miré a mi alrededor y fue ahí que miré a una pareja de chicos tomados de la mano. Después del secuestro nunca me sentí capaz de tener una pareja, me da miedo de que me pueda lastimar y hacerle daño a mi hijo.
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