Asentí, el peso de la situación realmente se derrumbó sobre mí. Sentí que estaba montando una especie de euforia alta... No quería bajar. Finalmente la había encontrado y no había vuelta atrás. La vida ya no se trataba sólo de mí. Lo supiera o no, Brooke era ahora mi prioridad número uno. Haría cualquier cosa para mantenerla a salvo y protegida. De repente, una mirada de preocupación cruzó su rostro. —Pero, Travis... bebé, ella tiene dieciséis años Asenti. —Lo sé, mamá. Escucha, hablaremos mañana. Tengo que irme y hablar con algunas personas— le dije, mirándola fijamente. Ella asintió, mirando hacia la casa y luego a mí. Señaló en mi dirección con severidad. —Me llamas mañana, señor. No hay excusas, es sábado y sé que tendrás tiempo —Sí, mamá, me tengo que ir— insistí, saltando a