La tarde gris aún se hacía presente en Ciudad Prohibida, pero para el príncipe Jin Qing y las tropas de su padre Heng, la batalla había terminado de manera satisfactoria, dentro de lo que podía caber tal concepto, ya que muchas vidas se habían perdido, dejando a su paso niños huérfanos, viudas e incluso una familia completa aniquilada; eso sin mencionar que su amiga Lin y muchos otros habían desaparecido y no se tenía información sobre el paradero de ellos. Aquellos enemigos eran numerosos, pero las tropas de la Ciudad Prohibida habían sometido al bando enemigo, a pesar de que les llevaba ventaja en número. Las personas desde los refugios murmuraban atemorizados, sobre el hecho de si aún Ciudad Prohibida podría seguir siendo el hogar seguro en el que habían vivido alguna vez, antes de que