El príncipe Yun había pasado con rapidez hacia la recámara de reuniones, que quedaba en el segundo nivel, pero antes se detuvo por el área de cocina. El grupo de cocineras se sorprendió al verlo encaminarse hacia ellas. —Hola —saludó con un dejo de nerviosismo. —Alteza, Yun —saludó la cocinera de más edad y todas reverenciaban—, qué honor tenerlo por acá Oímos sobre su recuperación, nos sentimos felices de tenerlo de vuelta ¿A qué se debe esa sorpresa? Usted no frecuenta la cocina. Algunas se rieron mientras cubrían sus bocas con discreción. Yun se quedó un tanto petrificado, porque era cierto, él nunca se acercaba a los lugares de la servidumbre, a diferencia de su hermano Jin, o de Shun que tenía la obligación de supervisar todo el palacio por orden de su padre. —Pues... gracias por