CAPÍTULO 15 —Alice —musita Claire asustada, puedo incluso escuchar su corazón latir desbocado—. No me quedan flechas con tranquilizantes —ojeo mi aljaba encontrándome con flechas de plata. —Yo tampoco —de repente una flecha se clava en el hombro del guardia, al caer muestra al causante de su caída. Caroline. Sus manos tiemblan cuando suelta el arco al piso. —¿Qué? —Tiene el tranquilizante —balbucea—, no se preocupen. —Al parecer a los integrantes de esta manada les gusta meterse mucho en asuntos que no son de su incumbencia —dice Claire sorprendida—. Gracias por eso. Vemos a un par de chicos a los cuales nos dedicamos a entrenar y decidimos que se quedarán aquí para despertar a los vigilantes dándoles el antídoto del tranquilizante en caso de alguna emergencia. Los chicos aceptan s