CAPÍTULO 13
Me dirijo a mi habitación en un pequeño escape luego del alboroto creado por los demás. Inhaló y exhalo tratando calmar a mi loba sin resultado alguno. El celo está cercano y sus ganas de aparearse con el lobo de mi compañero son terribles. Entro al baño echándome algo de agua en el rostro cuando siento una presencia detrás de mí. Su aroma me cautiva cuando soy acorralada contra la dura pared, Stefan me besa con delicadeza, como si pudiera romperme y en unos instantes el beso se torna deseoso y necesitado, lujurioso. Tomo su nuca empujándolo hacía mí para profundizar, su lengua juega con la mía con maestría y sensualidad. Me siento húmeda y con necesidad de ser atendida.
—Amor —jadea a mi oído—, no hagas algo de lo que luego te arrepientas.
—No me arrepentiré de nada.
—Ali
