SANTIAGO (ACTUALIDAD) Era duro ver a Nicole a punto de irse con alguien más a la cama. Lo ideal era que me hubiera quedado en la habitación, viendo Netflix, y haber cenado una hamburguesa del servicio a la habitación. Sin embargo, mis pies se negaban a irse de ahí. Me negaba a ver esa mujer desde lejos, con medio mundo dormido, sin poder ser descubierto. Solo esperaba que cuando ella estuviera con él realmente pensara en mí. Vi como se levantaron de su lugar y salieron del restaurante. También vi cómo iban platicando de regreso al hotel, en medio de la calle. Mis piernas temblaban detrás de ellos, porque no sabía si iba a cometer una locura y terminaría apartándola de él. “No tienes derecho a hacer eso, no seas imbécil,” me dije a mí mismo, pero ahí estaba de imbécil sacando otro ciga