CAPÍTULO 34 ELIJAH DONOVICK La examino cómo lo haría un detective a un potente sospechoso a un delito. Toda ella grita culpable con creces. Olivia no sabe qué hacer ni decir, se queda pálida y si estuviésemos en otro contexto, la estaría ayudando a tomar una bocanada de aire que la sacara de su estado de shock. Ella me ve con nerviosismo, cómo si estuviese inventando una historia imaginario en su cabeza para escapar de la pregunta que le he hecho. Ambos sabemos la respuesta a la perfección. Culpable. Antes de que pueda darme cuenta ella se ahoga con la comida, todo sucede muy rápido, retirando su mano para beber agua en grandes cantidades, como si estuviese deshidratada. No hago más que observarla. Estoy furioso, reticente y… contento. Furioso porque sospecho que la mujer frente a