CAPÍTULO 11
¿Estamos perdidos?
No sé quién perdió primero, ni quién arrastró a quién a su paso.
Pero aquí estamos los dos, sumidos en algo desconocido que nos posee.
Sus labios, esos labios con los que soñé, sueño, y ¿Soñaré? Día, tarde y noche, acarician a los míos, inexpertos, en un beso abrasador que me quema de adentro hacia afuera. Y así como los animales siguen su instinto, yo le hago caso al mío. Me dejó llevar, no sé si por el grado de alcoh0l que fluye en mis venas, pero me dejo ir. Ni siquiera lo pienso.
Muevo mis labios a un ritmo lento sobre los suyos, sintiendo chispas, rayos, y golpes recorrer mi cuerpo. Llevo mis manos a su nuca, deslizando mi mano por su terso cabello negr0. Suave, como lo imaginé. Él me sorprende metiendo su lengua a mi boca inexperta, provocando un g
