Mamá estaba un punto más allá de ansiosa por la llegada de Erick y la entendía porque yo estaba igual que ella. Sentía que mi hermano llegaría a cambiar el estado anímico de mamá y que lograría distraerla. Habíamos cocinado juntas y por ahora estábamos esperando que mi hermano llegara a casa. Me sentía un poco culpable, porque había ideado un plan un poco cruel. Le había mencionado a Cristina que este fin de semana sería un poco aburrido y esperaba que hubiese entendido mi indirecta como “Ve a mi casa”, para que se viera con mi hermano de una manera “inesperada”. En el fondo también esperaba que Erick no fuese tan imbécil y notara que la pancita de mi amiga se encontraba levemente abultada. Cristina toda la vida ha sido delgada, por lo que el embarazo comenzaba a notársele levemente