Georgia. Sentía un peso sobre mi espalda bastante incómodo, por lo que fui despertando poco a poco y dejando a un lado el sueño que estaba teniendo minutos atrás. Quería abrir los ojos, pero éstos se encontraban tan pesados e hinchados que me estaba costando la vida poder abrirlos. Un quejido salió de mis labios mientras intentaba moverme para quitar el peso sobre mí. Era una misión complicada, teniendo en cuenta que estaba boca abajo. Hice el intento de girarme, pero cuando hice la maniobra escuché un quejido lastimero y esta vez no era mío. —¿Qué mierda? —susurré para mí misma. Y como un flashback los sucesos de la noche anterior llegaron de golpe a mi memoria. Yo corriendo tras Helen. Víctor pidiéndole perdón. Yo volviendo al bar en busca de Benjamín. Papá y la mamá de Cristin
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