Jadeante, Troy se sentó de golpe en su cama y observó a su alrededor en busca del monstruo de sus pesadillas.
Con su corazón latiendo acelerado, casi como si quisiera escapar por su garganta, el lobo omega observó cada rincón de su habitación hasta que estuvo completamente seguro de que su padre, no se encontraba en ningún lado.
Ahora que sabía de la verdadera personalidad de su padre, se lamentaba un poco haber accedido cuando este había pedido una llave de su casa con la excusa de que así su madre podría ir a ayudarle con la limpieza o cualquier cosa.
Era bastante obvio ahora, que en realidad su padre era quien quería tener el acceso de su casa para seguir teniendo control sobre él a pesar de haberse mudado.
—Jodida mierda —se lamentó, pasando sus manos por su rostro.
El cansancio p
