Fingiendo una risa y luego una sonrisa, Rayan, al igual que su supuesta esposa, se despidieron del grupo de mujeres que le habían retenido fuera de una tienda en la cual entraron para comprar algo de pan horneado. —Mi mandíbula duele de tanto sonreír y reír estúpidamente —pronunció el lobo alfa entre dientes mientras se alejaban. —Sé feliz, al menos tu sufrimiento ha venido con su recompensa —expresó Alana, golpeando cómodamente su pecho mientras negaba como si su "pareja" había dicho algo muy gracioso. —Sí, rumores en su mayoría en torno a Troy —indicó—. Nada de su padre o el alfa líder en sí. —Pero que están relacionados con él —le recordó y luego frunció sus labios pensativa—. Aunque fue extraño —expresó—. No sé si el chico lo quieren por su poder o lo odian por este mismo —comentó.