Capítulo 4EL MARQUÉS esperó un tiempo razonable después que Daniela, escoltada por su madrastra y el Conde, desapareciera en el interior del casino. Pensaba de nuevo que nunca en su vida había oído un relato tan extraordinario. Sin dudarlo, dado que era muy perceptivo, estaba convencido de que Daniela decía la verdad. Era, pensó, una advertencia para todos los hombres, incluido él mismo, de no comprometerse demasiado con las cortesanas de París. Igual que Esmé Blanc, eran capaces de llegar a lo peor con tal de salirse con la suya. Era comprensible que, para ella, la idea de convertirse en esposa de un noble inglés hubiera sido irresistible. Sin embargo, parecía increíble que, una vez conseguido su objetivo, hubiera permitido que Lord Seabrooke se viera envuelto en un duelo. Podía haber