Capitulo 17

4181 Words
--¿Estás consciente de lo que hiciste?-- Minying permanecía con la mirada fija en algún punto de la enfermería, Héctor estaba sentado en la camilla al frente hablándole. Despertó hace menos de una hora donde Héctor prácticamente obligó a contarle sobre la muerte de Jaemin y Minying incapaz de negarlo confesó haberlo matado en la noche. --Mataste a un soltado.--…--Dijo Héctor un poco más alto para que Minying le mirara pero este parecía más entretenido en la esquina que en sus palabras. Llevaba así desde la mañana y desde que despertó era aún peor, ido por completo de su ecosistema.-- --Lo hice.--…--Parpadea con fuerza un par de veces creyendo ver un tipo de mancha extraña en la esquina, luego debajo de la camilla donde estaba sentado su esposo. Le dolía el cuerpo y la espalda aún más mientras pasaba el tiempo.-- --Tenemos a la prensa encima por tus malditos impulsos. Lo mataste sólo por celos.-- --Aún cuando el y yo estábamos frente a frente yo seguía pensando que todo lo que me contaste fue un tipo de historia para excusar tu infidelidad, le corté un dedo porque así hacemos siempre que no quieren confesar los crímenes ¿O no?--…--Mira de reojo a Héctor.--…--Si cortaba el segundo y el no me decía nada asociado a lo que me habías dicho podía dar por hecho que me habías mentido, pero el confesó.--…--Suelta una risita débil.--…--Y lo dejé. ÉL pudo correr ¿Sabes? pudo escapar, pudo gritar por ayuda mientras yo estaba procesando la verdad. Pero no, el soldadito tuvo que agarrar el puñal que lancé y atacarme por la espalda. Él se lo busco; él tenía un dedo menos y yo un hueco en la espalda, era él o era yo. No iba a dejar con vida al tipo que prácticamente violó a mi esposo y me desfiguro la espalda.-- Alza la mirada hacia su esposo que no se inmuta. El pelinegro tampoco espera alguna buena reacción por parte de su esposo y menos que lo comprenda pero… teniendo en cuenta las circunstancias esperaba menos alteración. --Le disparaste y lo apuñalaste lo mataste como si… --Hemos asesinado por razones que podrían considerarse estúpidas, vivimos en ello; asesinando a los que pueden ser hombres buenos pero que simplemente están en el bando incorrecto, hombres que sólo obedecen órdenes al igual que nosotros. Héctor, has matado solo porque te han dado la espalda en medio de una conversación. Hemos tirado del gatillo sin saber si los que están en el otro terreno tienen familiares que los esperan en casa. No harás que me arrepienta de haber matado a Jaemin que bastante daño hizo.-- Héctor permaneció en silencio sin poder decir nada. La verdad era que la vida de Jaemin no le importaba porque había hecho cosas desastrosas aquí en vida, a su matrimonio; lo único estable que había tenido en su vida fue destruido por su culpa porque aún si Minying le fue infiel, Jaemin estaba detrás de todo lo que ocurría. --Jaemin era hijo de un empresario muy… poderoso.--…--Minying estaba mirando las paredes con su ceño fruncido, cosa que era realmente extraño debido a que estas eran completamente blancas y sin ninguna mancha.--…--¿Me estás prestando atención, Kim Minying?-- --Si.--…--Lo escuchaba a la perfección pero estaba viendo manchas negras por todos lados, pequeñas visiones del entorno se distorsionan levemente cada vez que las quería ver pero desaparecían.-- Héctor continuó no muy seguro. --Llamaron desde el punto de concentración, fue una corta llamada que avisaba la intromisión de autos no autorizados a la montaña. El padre de Jaemin no se iba a quedar de brazos cruzados y menos después de que la policía no haya logrado dar con el asesino, o sea, contigo.--…--Minying asiente jugando con sus dedos pero de pronto estos se vieron con huequitos oscuros y sangrantes. Él vio sus manos con susto parpadeando varias veces hasta que la fea visión se fue.--…--Sabes que está base es menos protegida que la que teníamos antes en la playa. Están en camino, los soldados sospechan que Jaemin tuvo sus encontronazos contigo y el señor Lim Jaebeom de seguro conoce de los rumores.-- --Sácalos de aquí.-- --¿Qué dices?--…--Frunce el ceño haciéndose un poco hacia adelante.-- --Toma las furgonetas y saca a todos los soldados de aquí.-- --¿Estás proponiendo que nos vayamos?-- --Estoy proponiendo y ordenando que se vayan antes de que esos desgraciados lleguen. No conozco a ese supuesto empresario pero para que lo menciones así debe ser peligroso; estos soldados están siendo entrenados para defender el país, no para defenderme a mi y menos salir lastimados por mis acciones. Voy a resolver esto.-- Héctor se coloca de pie con la cabeza ladeada. --En las condiciones que estás no podrás hacer mucho sólo, no aguantarás.--…--Sin haber sido consciente levanta un poco la voz.-- --Aguantare.--…--Coloca sus manos a cada lado para bajarse de la camilla con un movimiento torpe. Héctor lo agarra de los brazos internamente preocupado cuando conectan miradas y no ve más que sequía, desorientado casi como si no lo reconociera.--…--S-soy un hombre que ha entrenado por años siendo soldado, teniente coronel ascendido a coronel y Marín. Hace falta más que unos sicarios para detenerme, no les voy a dar el gusto de matarme.--…--Sonríe apenas recobrando la compostura no dejando que Héctor lo tocase.--…--Agarra las furgonetas y salgan de aquí.-- --No voy a dejarte.-- --Ya que últimamente te preocupas demasiado por los soldados sigue así y vela por su seguridad, son nuestra responsabilidad después de todo. Yo no importo ahora. Me ocupare.-- Camina y sale de la enfermería, Héctor lo sigue sin decir nada hasta el cuarto de armería aún sin estar de acuerdo con irse. --No sabemos cuantos van a venir, Minying.-- --Tengo lo necesario aquí.--…--Se frota los ojos con brusquedad por no poder ver con claridad. Tal vez no sea la visión y sea su cabeza la que le anda jugando una mala pasada por haber perdido tanta sangre, pasado la noche en las afueras donde el frío era destructivo y sin atención médica. Estaba teniendo alucinaciones.--…--Ahh que ese Jaemin no deja de joder aún estando muerto.--…--Agarra un francotirador para echarle una revisión rápida.-- --Yo no maté a Chimmae.--…--La atención de Minying pasa del arma en sus manos al rostro del castaño.-- --No matas a quien quieres por más traicionado que te sientas, yo no tenía ningún afecto por el tipo que jodio mi matrimonio.-- --Tu también formaste parte del desastre.--…--Se cruza de brazos.-- Minying sonríe cargando el francotirador y pasa a revisar las pistolas. --En esta pesadilla Jaemin fue el prólogo, yo el desenlace… toca esperar lo que depara el final.-- --Kim Minying... --Hay que divorciarnos.--...--Suelta de repente el coronel menor respirando hondo no permitiéndose hipar de llanto.--...--No más Kim para mí. Me disculpo contigo por arrastrarte conmigo a esta "mariconada del matrimonio" como le llamas.--...--Sonríe apenas tardando pocos segundos en admirar el rostro tan hermoso que tiene Héctor, iba a extrañar tenerlo así de cerca pero iba a extrañar aún más besarlo y que ahora, estos besos tan sólo los recordaría como lo que fue y no volverá a ser.-- Con las armas en sus brazos sale de la habitación tarareando una canción y sacudiendo la cabeza cuando siente que el suelo se vuelve en contra suya haciéndolo sentir mareado. Divorcio... Divorcio... Separación definitiva. Minying y el separándose para siempre. Al coronel mayor le picaban los pies por moverse de nuevo a la oficina, sus manos hormigueaban debido a las ganas que tenía de tender el cuerpo de su esposo en sus piernas y acariciar su rostro demacrado mientras le decía que deje de elegir por el, esperar la ayuda pero no podía hacer ninguna de esas cosas. Su orgullo era realmente fuerte de quebrantar y a estas horas nadie vendría a atender a Jaemin antes de que los hombres de Lim llegaran. Héctor salió de aquel cuarto y fue hacia el comedor citando a los soldados para salir de aquella base. . Cuándo Héctor alistó a todos los soldados para salir de la base Minying yacía en su oficina mirando la ventana con paciencia. Su rostro se distorsionaba con cada respiración o mínimo movimiento, ya no sentía la parte baja de la cadera y en pequeñas notas mentales se decía a si mismo que saldría bien, iba a resolver esto sin involucrar a nadie más porque si se metió en esto así mismo saldría. Quería echarse a llorar pero ya no tenía lágrimas para hacerlo y los fugaces reflejos negros paseándose por toda la habitación lo mantenían asustado apretando los brazares de la silla cada vez que las veía, cada vez más cerca, y la tentación de cerrar los ojos era realmente dulce en este momento amargo cargado de dolor pero decide no sucumbir ante ella. Tiene miedo de cerrar los ojos y no poder abrirlos a consciencia y voluntad. --¿Se puede saber adónde estamos yendo?--…--Min veía partir furgonetas desde la parte trasera de la base cogiendo un camino diferente al principal.--…--Park Chimmae.-- El nombrado se da la vuelta para encarar al piel pálida de mejillas rojizas y ceño fruncido. --Con Minying.--…--Miente.-- --¿Dónde está?--…--Su expresión se suaviza al escuchar el nombre de su hermano.-- --Hay… problemas.-- --¿Qué clase de problemas?-- --El tal Jaemin ha resultado ser hijo de un tipo importante y vienen a la base en busca del asesino.-- --¿Por ello se van? Hay algo que no me estas diciendo. Conozco bien como a Héctor le gusta llevar estas situaciones y huir no es una opción.-- *--Jiu no puede enterarse--* La voz de Héctor sigue repitiéndose en su cabeza cada vez que quiere soltar la verdad; Minying estaba prácticamente muriéndose en su oficina mientras todos están confundidos, abordando aquellos furgonetas para salir por el camino largo y que no sean interceptados por los tipos que vienen a hacer su trabajo, decirle que Minying no lo estará esperando al otro lado de la montaña y se quedará aquí. --Héctor no quiso comentarme nada más, debemos irnos. Minying nos espera.--…--Lo agarra del brazo guiándolo hacía su camioneta. Esta es la base de Minying y Héctor por lo que Chimmae no tiene voz ni voto en sus decisiones. Si Héctor no quiere que Jiu se entere del estado de Minying pues no ha de enterarse.-- O por lo menos no hasta que estén lo bastante lejos. A Jisung ni se le pasaba por la mente como era la verdadera situación actual pero algo muy dentro de su pecho le pedía que se moviera de aquella camioneta antes de que arrancara pero no lo hizo y se quedó ahí sentado sin aportar nada al tétrico silencio que era acompañado con lejanos golpecitos de los neumáticos estirando la nieve alejándolos de la base militar. (…) ¿Minutos? ¿Una hora tal vez? El tiempo parecía haber perdido poder en él después de mantener la misma posición desde que todos abandonaron su puesto militar y él, seguía ahí esperando con firmeza la entrada de sus enemigos por el portón principal abierto y disponible para su entrada, sin vigilantes, todo acondicionado para que entraran sin problema. Eran sus invitados pero no venían por motivos cordiales, ellos venían a matarlo porque aún si las autoridades no hayan dado con el presunto asesino los tipos poderosos simplemente daban una orden y asesinaban; podrían haber diez sospechosos y ordenaría matarlos a todos por si acaso. No importaba si eras un tipo importante con títulos decorando tu apellido porque si te metías con los criminales todo eso es irrelevante. Su sentido del oído se agudizó cuando escucharon motores cerca, camionetas llenas de hombres fuertes, altos y fornidos con sus rostros reflejando la maldad, sus manos llenas de pistolas de diferentes tamaños que fueron bajando en guardia. Minying los contó rápidamente; eran veintitrés hombres en total armados hasta los dientes que se veían realmente saludables y nada parecido a él, quien parecía a punto de poner sus pies en el más allá. Uno de los hombres le hizo señas al resto apuntando hacia la base con la punta de su pistola y ellos se fueron acercando, fue la alerta para que Minying se levantara rápidamente de su silla y saliera de la oficina hasta la parte trasera. Todas las puertas estaban abiertas para sus invitados, pero vacías para su misión; la cual era encontrar al esposo del coronel Kim Héctor y si se topaban con soldados los matarían. Aunque parece que no tendrán que matar a ningún soldado, no lo hay, sólo un coronel herido que conoce cada rincón de esa base como la palma de su mano y está seguro de que no moriría este día. Minying se quedó al lado de la puerta con el rifle en sus manos sin siquiera respirar centrando su atención en los sonidos que escuchara y no en lo feo que se vuelve todo a su alrededor bañados en sombras que desaparecían debido a su atención. Uno de los hombres entra con su pistola alzada apuntando hacia el pasillo vacío e iluminado. Minying le golpea la nuca con su rifle y este cae desplomado en el suelo. Saca uno de sus cuchillos haciendo un corte profundo en su brazo y la sangre no tarda en aparecer, agarra el cuerpo y con un esfuerzo sobrehumano lo arrastra hacia las escaleras manchando sus manos de sangre vertiéndola por los escalones con la forma de las mismas. No le queda tiempo ni de pensar en lo rápido que ha hecho todo, se devuelve bajando hacia la oficina de nuevo dejando la puerta abierta y se esconde detrás de la misma. Fueron más o menos tres minutos los que pasaron antes de que un grupo de cuatro hombres llegaran al pasillo y divisaran el cuerpo del primer caído, las manchas de sangre. --Está arriba, vamos a subir no debe estar lejos.--…--Y por supuesto que no lo estaba porque apenas su atención se centró en los escalones olvidaron por completo que un coronel tiene una oficina dando por hecho que su compañero herido lo encontró y este escapó hacia arriba después de herirlo.-- El coronel sacó una de sus pistolas con silenciador disparando en una pierna de cada uno, ellos cayeron agarrando la zona herida con sus manos y aún si tenían la intención de gritar y pedir ayuda Minying no dio tregua poniéndolos a dormir con golpes certeros en sus rostros. Se apoyó de la pared respirando profundo tres veces y las lágrimas de frustración llegaron al sentirse tan adolorido y débil a punto de ser rodeado y asesinado pero no lo podía permitir. Es que si tan sólo no le palpitara la espalda de dolor y todo no le diera vueltas… las cosas serían más fáciles. Arrastró como pudo los cuerpos en direcciones diferentes; a uno lo dejó en la puerta de su oficina, al otro en la entrada del pasillo, otro un poco más a la entrada y otro en las escaleras que conectaban con el primer piso. Se encerró en el cuarto del conserje que tenía un ventanal de vidrios oscuros perfectamente capaces de cubrir su anatomía y la punta del rifle. Miró por la lentilla concentrándose enormemente en su objetivo quienes eran tres hombres alrededor de las camionetas, armados como los demás y esperando cualquier alteración para atacar. El pelinegro disparó preciso a los hombres en sus piernas y ellos cayeron gritando sin saber que era lo que había pasado. Tenía ocho hombres menos en total, le faltaban quince más. La puerta se abrió dejando a la vista a un hombre vestido completamente de n***o con gafas oscuras y barba a medio crecer que no dudó en apuntarlo con el arma. --¡LO ENCONTRÉ!--…--Grita.-- Minying alza las manos con sus armas rendido buscando alguna salida en este momento porque solo era cuestión de tiempo para que todos aquellos matones estén ahí sacándolo a patadas del cuarto para fusilarlo en el patio. El cuarto es pequeño y con estantes grandes a cada lado por lo que tenía una buena idea. Dejó caer sus armas y se fue encima del hombre, el empujón desde la cadera y se mordió la lengua para no gritar cuando este golpeo su espalda; iba a dispararle desde ahí si no actuaba rápido por lo que sin perder más tiempo lo empujó en uno de los estantes, sacando uno de los tantos cuchillos encajando este justo en medio de su pecho. La sangre brotó como agua de manantial mientras se retorcía y caía de rodillas. Minying había planeado su defensa para no matar a estos tipos porque a final de cuentas sabe que estos desgraciados sólo siguen órdenes del padre de Jaemin por lo que les daría escarmiento, más no muerte, matar no era su hobbie favorito después de todo y su plan habría salido bien si este metiche no lo hubiera encontrado. Ya no quería echarle más sal a la yaga pero hay que entender que no todo sale como se planea. He aquí el primer muerto. Lo mira dejar de moverse en el suelo, todo su sistema alterándose porque todos los enfrentamientos que ha tenido en su vida cómo militar Héctor siempre estaba a su lado frotándole la espalda después de haber matado, Minying no se sentía miserable después de que su esposo le dijera que esto era necesario para conseguir la victoria. Pero Héctor no estaba aquí besando sus mejillas diciéndole que todo iba a estar bien, cambiando el tema para que olvidara el hecho de que arrancaba vidas en cada operativo, Héctor no estaba aquí abrazándolo haciendo que todo pareciera normal y correcto. Minying estaba solo ahora. Pisadas apresuradas subiendo las escaleras trajeron a la realidad a Minying. --Maldita mierda.--…--Sisea antes de agarrar sus armas y salir del cuarto corriendo porque ahora si le tocaba improvisar contra catorce hombres furiosos.-- (…) Kim Héctor había dicho siempre que la lealtad debía tenerse presente para un coronel, para un teniente, un militar y era lo primero que se le inculca a un soldado desde el primer día de alistamiento. Si bien era verdad que Minying lo había traicionado como pareja y Héctor no, pero entonces porque Héctor… --Listo, ya todos están esperando en las furgonetas. Vámonos antes de que Jisung se de cuenta que Minying no está.--…--Dice Chimmae cerrando la puerta del copiloto de la camioneta de Kim.-- --No vamos a ir.--…--Dice con su vista clavada en el parabrisas.-- ¿Por qué Héctor lo estaba traicionando como coronel? Ya había pasado bastante rato desde que llegaron. --Me estás jodiendo.--…--Suelta una risita apenas audible. Kim ni se inmuta.--…--¿De verdad lo vas a dejar allá luchando solo?--…--Héctor asiente.--…--Ah, vale.--…--Se queda en silencio por unos segundos antes de hablar otra vez.--…--Pensé que este día nunca llegaría.-- --¿De que hablas?-- --El día en que todo terminaría dándote igual, hasta tu esposo.-- --El quiso hacer esto por su cuenta.-- --Oh sí claro, ¿Y tu desde cuando le haces caso? Y estando en el estado en el que está ¿De verdad piensas que va a salir vivo?--…--No, sinceramente Kim presentía que la única persona que le importaba en esta vida no iba a …--…--Podrías estar justo ahora matándome, descargar tu rabia e ir a ayudar a tu coronel, tu esposo.--…--Le gustaría pero Chimmae no le tenía miedo a la muerte. Cuando eran más jóvenes arriesgó su pellejo más de una vez por salvarlo así que creía estar en deuda de por vida con este capitán desgraciado.--…--Mmm ya te pareces a mi.-- --Jamás. No te atrevas a compararme contigo.--…--Sus nudillos encima del volante se volvieron blancos por la rabia.--…--No soy tan mierda como tú.-- --Tienes razón nadie podría ser como yo.--…--Sonríe amplio y descarado.--…--Sabes qué, no eres como yo… eres peor ¿Sabes por qué? Porque yo no siento nada, no hay arrepentimiento, no hay culpa, no hay esa estupidez del amor pero tu estas siendo arrogante, sientes y no actúas. Pero vale, esa es cosa tuya, has lo que te salga de los huevos.--…--Alza sus manos rendido con una sonrisa ladina.--…--Espero que tu arrogancia venga con tinta incluida para que no sea un problema firmar el acta de disfunción de tu esposo.--…--Baja de la camioneta cerrando la puerta sin cuidado.-- Kim miró sus manos agarrando el volante y no pudo moverse ¿Qué le estaba pasando? ¿Estaba mal no ir ayudar a Minying? Podría estar en aprietos, está herido luchando sabrá Dios con cuantos hombres. Las cosas pudieron haber sido diferentes si Héctor fuera menos resentido pero tal vez ese era su peor defecto. ¿Qué haría si Minying no volvía? Si cuando las autoridades llegaran encontraban su cuerpo sin vida ahí... --¡Hey!.--…--Miró hacia la izquierda a Jiu quien yacía con sus brazos cruzados sobre su pecho.--…--¿Se puede saber donde carajos está mi hermano? Porque aquí no está.--…--Héctor se bajó de la camioneta y caminó lejos de Jiu pero este lo siguió.--…--¡Te estoy hablando! ¿Dónde está mi hermano?-- Héctor se gira. --En la base.-- Min da un paso hacia atrás viendo a Héctor como si le hubiese crecido otra cabeza. --¿Está allá solo?-- --Si.-- --¿P-pero como es que…? --Tu hermano mató al hijo de un empresario importante, despiadado y narcotraficante poderoso del país. Minying fue quien asesinó a Jaemin ayer por la noche, él quiso resolver las cosas por su cuenta.-- Jiu parece no poder creer lo que le dice Héctor, lo trajeron hasta acá a base de mentiras mientras su hermano estaba allá solo defendiendo una base y su vida. Jeon se giró para seguir su camino hacia los soldados pero se topó con uno en especial que tenía los ojos muy abiertos. --Soldado Lee.--…--Daniel había escuchado sin querer lo que el coronel le decía al señor Jisung.-- Daniel había ido a buscarlo ya que el capitán le pidió que lo ayudara a dar con el piel pálida pero no se imaginó escuchar que el coronel Minying fue quien asesinó a Jaemin. *Por eso se debe su herida en la espalda* se dice Daniel. Una camioneta se estación en medio de la carretera a unos cinco metros de donde yacen los soldados dentro de sus furgonetas. --¡Minying!--…--Gira Jiu corriendo rápidamente hasta este quien se baja de la camioneta con la cabeza a gachas, su uniforme lleno de sangre.-- Le agarra antes de que caiga de bruces en el asfalto. Héctor observa todo desde su lugar con satisfacción porque Minying había regresado después de todo. --¿Qué te ha pasado?-- --L-lo logré.--…--Dice apenas con sus ojos cristalizados.--…--Pero tuve, t-tuve que matar a la mayoría. No pude hacer nada más.-- --Ya, ya, no pasa nada, ahora estás conmigo.--…--Jiu pasa sus dedos por el cabello azabache de su hermano menor reseco lleno de tierra y un poco de sangre.-- --E-estoy cansado.-- --¿Te han herido?--…--Pregunta como precaución porque se veía realmente mal.-- --Mi espalda…--…--Cierra sus ojos dormitando.-- Jisung pudo dar con la herida en la espalda de su adorado hermano e hizo un esfuerzo sobre humano para no llorar. Besó su frente soltando un suspiro. --Todo va a estar bien hermanito sólo es un rasguño eh.--…--Una lágrima resbaló por su mejilla sin poder evitarlo.--...--No es nada, ¿vez que eres un dramático? n-ni se te ocurra dormirte.-- El mayor de los hermanos se coloca de pie cargando a su hermano en forma de princesa obligándose a no dejarse arrastrar por la tristeza ni preocupación porque tiene que estar bien para Minying. --Dámelo.--…--Héctor llegó trotando hacia ellos pidiendo llevar a Minying pero Jisung le expresó su negación a través de su mirada cargada de odio.--…--Jisung… --Me llevo a mi hermano.--…--Se da la vuelta yendo hacia la camioneta donde su hermano llegó.-- --¡Puedo ir con usted!--…--Se acerca Jisung cojeando sin importarle mucho como el coronel lo mira de mala manera. Ya no le importa porque a final de cuentas ya no es un soldado debido a su lesión en el tobillo.--…--Sé un poco de medicina y puedo ayudar.--…--Jiu sólo asiente sin mucha importancia.-- Lo último que vio Minying antes de cerrar los ojos fue la anatomía de su esposo parado en medio de una calle rodeada de nieve.
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