Capitulo 2

1045 Words
Los días pasaban hasta que se cumplió un mes donde Minying ejercía de Marín. Él y Héctor hablaban cada día por teléfono ya que a diferencia de las fuerzas armadas en la marina el teléfono se podía utilizar una vez al día durante diez minutos. Obviamente eso no era suficiente para ellos pero tenían que aceptar las reglas. Minying estaba feliz ya que ir a la marina era su sueño desde que era un pequeño niño, en cambio Héctor... mmmm bueno, él lo extrañaba demasiado y estaba a punto de volverse loco por extrañarlo tanto. Su Minying estaba tan lejos, pero tenía que aguantar, él es fuerte y ya esto estaba planeado desde que se casaron. Minying se esforzaría por asegurar un buen cargo en las fuerzas armadas y se alistaría a mitad de año en la marina. Minying le contó a Héctor que el servicio ahí era grandioso pero que al principio los mareos en el barco eran insoportables. Lo bueno era que se acostumbró con el pasar de los días, su cuerpo se fue adaptando a estar día y noche metido allí. No le gustaban los trompetazos a plenas cinco de la mañana... era horrible. Otra cosa era que tuvo que cortarse el cabello completamente por lo cual ahora le estaba empezando a crecer en su tono natural que era n***o oscuro. Adiós cabello rosa y eso que a Héctor le gustaba, Minying era muy comible con ese tono. Fueron pasando los meses y ahora solo faltaba uno para que Minying saliera de su servicio, Héctor estaba ansioso por la salida de su esposo; poder estrecharlo en sus brazos, sentir su cuerpo debajo del suyo y besarlo como si nunca más pudieran besarse de nuevo. Deseaba tanto verlo. Las cosas en las fuerzas armadas marchan bien con soldados fuertes y débiles, cosa normal en este ambiente pero obviamente siempre hay un sobresaliente en cualquier ámbito y este año le tocó al soldado Jaemin, pues es prácticamente excelente en todas las áreas de entrenamiento; rápido, ágil, atento, precavido, obediente y Héctor debe reconocer que está impresionado con ese soldado por su destreza a la hora de ejecutar sus peleas y entrenamientos. Era sumamente bueno con las armas pero no era muy certero del todo lo que significaba un problema a la hora de un enfrentamiento puesto a que si no logra darle al objetivo puede ser una desventaja para el . Lim le parecía un gran soldado y en pocas palabras... era el mejor de estos nuevos soldados que habían ingresado a la base este año. Pero Héctor no era estúpido, por supuesto que no. Se había declarado como gay aunque sólo le ha gustado un hombre en su vida ¿Cómo le explica a la gente que se consideraba hetero pero aún así término casado con un hombre? Kim es malo para explicar cosas que sólo él las entiende. Ya a estas alturas del partido no le importa que piensen que sea gay, hetero, bisexual. Ya no le prestaba atención. Pero por supuesto que estar cinco años conviviendo con un hombre que te ama te lleva a conocer conocerlas miradas brillantes que prácticamente te gritan "te deseo", "te amo", "follame ahora" (ese brillo no abandonaba los ojos de Minying y a Héctor le encantaba) y si en el pasado algún hombre lo deseó no lo notó. Ahora tenía experiencia descifrando el comportamiento de un hombre sin necesidad de palabras... tan sólo bastaba unas miradas para conocer un poco de sus deseos. Héctor sabía que le gustaba al soldado Lim; el muchacho lo observaba más de la cuenta, bajaba la cabeza sumisamente apenas abría la boca, intentaba sonreír cuando pasaba por su lado. Sin embargo a Héctor le causaba un poco de gracia, ah, con su mal carácter sólo había llegado a sentirse deseado por el demente de su esposo, si, Minying era un demente por haberse enamorado de un hombre tan jodido como el, pero estaba bien... estaba bien. Jaemin, por otro lado, estaba tratando de impresionar a su coronel y le estaba dando resultado pero no de la manera que quería y eso le cabreaba. Lo más que había llegado a ganar fueron palmadas en su hombro por parte del coronel cada vez que obtenía un logro, nada más. Okay, desde que era un niño su padre lo enseñó a como cargar un arma y a defenderse por lo que los entrenamientos eran pasables ya que tenía una buena condición física para soportarlo. El interés por su coronel cada vez era mayor y nada decente. De veces, se acercaba a la puerta de su habitación y lo escuchaba hablar muy amoroso, de seguro que era con su esposo y aquello le hacía hervir la sangre porque el coronel Kim era demasiado frio e inexpresivo conforme a emociones, sin embargo solo podía escuchar su risa mientras hablaba por teléfono con su esposo. Su risa era hermosa pero no le gustaba que fuera dada a otro que no fuera el. Desde que era un niño siempre se le fue complacido en todo lo que quisiera, un si nunca fue exigente ni encaprichado con casi nada esta vez fue la excepción porque era la primera vez que se sentía tan atraído por alguien y eso debía ser amor. Debía serlo. Jaemin aprovechó que era la hora del almuerzo por lo cual el coronel Kim no estaba en su oficina y muy en su interior agradecía que está base no se abasteciera con cámaras de seguridad en los pasillos ya que no había nada que temer. Con mucha cautela entró a la oficina de su coronel y comenzó a registrar por todos sus documentos y cajones para trata de dar con algún dato de aquel Minying. ¡Bingo! En una carpeta de color marrón yacen varias hojas y se notaban que no era algo de trabajo para la base, más bien eran mas cosas personales de Kim. Kim Minying estaba en la marina costera y terminaría con su alistado normal dentro de dos meses. En la marina no se podía tener teléfonos y solo podían llamar desde el teléfono del barco ya que era el único permitido, pero estaba permitido hacerles envíos por lo cual a Jaemin se le vino una grandiosa idea a la cabeza.
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