Capitulo Dos

897 Words
El aeropuerto está colapsado de gente que va y viene, por negocios o vacaciones, los empleados no dan abasto con todo lo que tienen por hacer y los controles rigurosos a todos los que ingresan a la nación se hacen sin excepción; en medio del salón, esperando por su ruso amigo se encuentran Carlos, Amir y Víctor. Los tres jóvenes están ansiosos de marcharse del aglomerado lugar ya que el gentío comienza a tornarse molesto e irritante. — Tengo hambre — se remueve en el lugar el mexicano. —La historia de tu vida — comenta Víctor sin despegar los ojos de su móvil. Las carcajadas de Amir no se hacen esperar y se gana un buen codazo de Carlos. —Compórtense, me dan vergüenza— Víctor masculla poniéndose de pie. — ¡Él empezó!— se defiende Carlos. — ¿Yo?— ofendido le apunta con su dedo índice— ¡Tú eres el insensible tragón! — ¡No me señales con tu asqueroso dedo!— el mexicano golpea la mano de su amigo y ambos comienzan una pelea de cachetazos. Víctor rueda los ojos cansado, quiere a sus amigos pero ellos lo vuelven loco en cuestión de minutos. Mientras pasea sus ojos por la marea de gente que entra por las puertas logra divisar a los hermanos saludándolos, a mitad de camino se encuentran finalmente para reír y comentar lo que han vivido estas semanas. Por su parte, Liesse, Maribelle,  Micaela y Florencia nadan y bucean en el Arrecife Langogan, éste arrecife de coral está protegido por ordenanza de la ciudad desde hace años y cuenta con tres descomunales y bellas cataratas, la mayor de ellas es de alrededor de cincuenta metros; gracias a que los ciudadanos se comprometen día a día a cuidar de su naturaleza se les ha permitido disfrutar de ellas. —Es simplemente hermoso— Maribelle fotografía el lugar —No me canso de decirlo, pero el mejor lugar del mundo es Filipinas. —Pienso que el mundo es hermoso, solo debemos disfrutarlo — Liesse flota cerca de ella. —Lo sé, pero el solo hecho de pensar que en un par de días acaban mis vacaciones y debo volver a la rutina del estudio y el trabajo hacen que no quiera disfrutar del mundo— ríe la castaña. — ¿Qué tal las cosas con tu papá?— Florencia observa a su rubia amiga. —De maravilla, hace unos días me obsequió fotos de mi madre y vamos llevando bien la relación— explica —Aunque aún no puedo creer que me obligara a vivir con él. —Es normal, tu papá quiere recuperar el tiempos en el que se perdió todo de ti— Mica le sonríe —Tómalo con calma y disfruta. —Y hablando de disfrutar... Misael ya debe estar con los chicos. — todas ríen. La noche cae lentamente, una cena se lleva a cabo para celebrar que Luke y su hermano han vuelto y desde luego que la plática y la buena compañía nunca falta en este tipo de reuniones. Clara y Susan han preparado un banquete para sus amigos, pollo al horno y verduras asadas, las salsas para acompañar fueron obra maestra de Carlos – él mismo se ofreció a preparar su famosa y "sensual" salsa de ají–, finalizando con una riquísima y variada ensalada hecha por Florencia. —j***r, me casaría con todas ustedes para poder comer así siempre— Carlos se saborea. —No podrías con tantas — ríe Liesse. —Claro que sí bebé, tengo para servir a todas — guiña un ojo de manera egocéntrica. —Tu preocúpate por no quedarte sin novia — Luke ríe mientras abraza a Rebekka. Entre risas y chistes la noche transcurre tranquila, los hermanos cuentan lo que han visto en las ciudades que visitaron, China es uno de los países – junto a Estados Unidos y Corea– que se rehúsa totalmente a ver a los metahumanos como iguales; allí son tratados de la peor manera, esclavizados, deportados y muchas veces asesinados. En Francia y Dinamarca han logrado que los metahumanos no tengan que esconderse, pero aun así aún queda parte de la población que les teme e intenta no acercárseles; es un proceso difícil por el cual cada país debe pasar y afrontar las consecuencias que genera el aceptar o no a estos seres excepcionales, por ello existen los embajadores de metahumanos, se les pide ayuda cuando el problema supera a los gobernantes, cuando la crisis llega a ser mayor. Jamie Lynn ha ofrecido su ayuda educativa y cultural a todos aquellos países que deseen mejorar en ese aspecto, Misael y Luke se encargan de hacer lo necesario política e internacionalmente y muchas veces ha sido necesaria la intervención de Carlos y el Consejo Mundial de Embajadores – el cual está formado tanto por humanos como metahumanos de todo el mundo y con el mismo fin– para lidiar con situaciones críticas. —Aún no somos bien vistos— dice Liesse tomando la mano de Misael. —No es algo fácil, pero tampoco imposible— añade Carlos sonriendo. —Veo que comenzaron sin nosotros— Jamie entra en la sala. —Lo lamento Jamie, no podíamos esperar a que terminaran de procrear a un mini Darel — Carlos y Luke aguantan la risa. —Ja, ja, ja... — Darel ironiza al entrar —Estábamos con Lynn. —Claro— Miguel e Ismat ríen. — ¿Qué quería mi padre?— pregunta Liesse. —Vernos mañana— se dirige a Misael y Luke. Ambos hermanos asienten, entre todos los demás levantan la vajilla de la mesa y se disponen a disfrutar de un rico postre que Liss preparó llamado Turrón Alemán, y como siempre el primero en regresar es Carlos quién comienza a discutir y bromear con Francis por la primer porción.
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