Capitulo Cinco

1015 Words
—Nos alegra mucho que haya salido todo bien— Misael sonríe. —Gracias, en verdad fué toda una odisea pero ellos me ayudaron mucho— Caín observa a sus nuevos amigos. —Genial, cada vez somos más en este acomplejado grupo— ríe Amir. — ¿Cómo que acomplejado?— Luke levanta una ceja. —Verás, tenemos de todo, locos, mandones, egocéntricos, malhumorados, infantiles... — se burla el chico. —Te faltó princesas francesas y sensuales mexicanos— agrega Carlos desde su asiento. —Genial, su ego apareció— ríe Maribelle. El grupo se ha reunido en la Plaza de la Princesa Eulalia, un hermoso lugar para pasar un buen rato y estar al aire libre, ¿Qué mejor que eso para contar las locas anécdotas de Caín y los suyos? Acercándose a paso confiado un gato n***o se acerca al grupo, pasando sus esponjadas patitas por la enorme manta beige tendida sobre el césped se acomoda gustoso al lado de Liesse, la rubia encantada con el animalito lo toma en sus brazos para acunarlo y acariciar sus orejas y mentón; inmediatamente el felino ronronea conforme por las caricias recibidas y se echa aún más sobre la alemana. —Yo no creo que debas hacer eso— sonríe divertido Kostya. — ¿Por qué no?— Micaela observa al gato buscando una razón. —Porque no es sólo un gato— advierte Caín algo molesto. —Ya basta Santiago. El gato observa a Caín y mostrando sus colmillos en lo más parecido a una sonrisa burlesca y de disfrute convulsiona, comienza a transformarse en una persona, sus patitas desaparecen dando lugar a las extremidades humanas y su rostro queda preso entre las manos de la rubia que lanzando un grito de sorpresa aparta al pelirrojo muchacho lejos de ella. —Lo lamento, no quería asustarte, pero han sido las mejores caricias que me han dado en la vida — ríe Santiago. — ¡Increíble! — Carlos aplaude. — ¿Puedes cambiar a cualquier animal?— pregunta Florencia. —Exacto— asiente orgulloso para cambiar a un juguetón cachorro de tigre. — ¡No puede ser!— Carlos parece todo un niño anonadado. Santiago vuelve a su forma humana riendo, muestra sus bonitos y perfectos dientes blancos robando uno que otro suspiro de las muchachas. —También puedo decidir que parte de mi cuerpo quiero cambiar— añade dejando aparecer dos orejas felinas en su cabeza. —Fantástico, eso es bueno, más variedad al grupo — Víctor choca palmas con Ismat. —Eso no es todo— sonríe de lado Kostya poniéndose de pie. Elevando sus manos hacia el cielo se prepara el ojiverde, el cielo se torna gris y pesado cuando sus manos se mueven de un lado a otro, el aire sopla con fuerza y la tormenta avecina en caer estrepitosamente sobre los jóvenes y para sorpresa de todos los copos de nieve caen con lentitud, rayos y truenos aparecen de pronto para posteriormente ver cómo la niebla baja cubriendo el lugar pareciendo las típicas madrugadas invernales en Puerto Princesa. —Influencia sobre el clima— Rebekka abre los ojos impresionada. —Así es bonita— el castaño vuelve a su asiento. —Lee puede traspasar los sólidos y a la vez hacerse tan duro como una roca, nada lo mueve ni lo penetra— explica Caín al ver a su amigo de procedencia japonesa totalmente dormido. —Pero es algo perezoso. —Podemos notarlo, él me cae bien— de carcajea Carlos. Mientras los metahumanos compartían experiencias de vida e intercambiaban demostraciones de sus habilidades Jamie Lynn se encontraba en el Cuartel de la Plaza, cuartel del ejército español –que se encuentra al lado de la catedral de la Inmaculada Concepción, en la calle Taft y lo que los hace monumentos de Filipinas– dónde los japonés cometieron una masacre contra prisioneros americanos durante la Segunda Guerra Mundial; el hombre camina de un lado a otro sosteniendo el móvil de manera casi histérica, su mejor amigo el capitán Richardson acaba de darle información valiosa de la pronta masacre que aquejara a todo planeta, desesperado y lleno de miedo intenta comunicarse con aquellos dirigentes políticos que están a punto de comenzar la última de las guerras contra los metahumanos con la esperanza de persuadirlos. — ¡Por dios! ¡Alguien conteste!— masculla molesto. Por su parte el grupo de superdotados se dispone a comer algo entre risas y juegos, Liesse voltea hacia atrás, puede verse una de las costas más cercanas pero ello no la deja tranquila, algo pasa y aunque no quiera aceptarlo ese hecho le pone los nervios de punta y los sentidos tan alertas cómo si su vida dependiera de ello; alejándose un poco de sus amigos presta más atención a la dirección que su mente se empecina en hacerle ver, buscando una pista de lo que ocurre observa con detenimiento más allá de las aguas que muestran las playas de aquella bella nación y cunado cree haber imaginado todo puede sentir con terror arraigado en su sistema como la gran amenaza está a tan solo minutos de ellos. —Misael... — susurra presa de la sorpresa – ¡Misael! Corre tras sus amigos gritando despavorida, todos la observan extrañados y el primero en reaccionar es Carlos quién dirige su mirada detrás de la rubia para ver lo inevitable. — ¡Por la puta!— masculla — ¡Corran! Ante la orden del mexicano todos los presentes en la plaza – tanto humanos y metahumanos– corren en busca de refugio creyendo que así estarán a salvo, una explosión detona en las aguas del océano Pacífico y la onda expansiva arrasa con todo a su paso levantando inmensas olas con ella y arrastrándolas hacia las costas filipinas; tocando tierra rompe cual papel los edificios y condominios, los escombros caen por todos lados hiriendo a todo ser vivo que se encuentra en su camino, centímetros antes de que golpee de lleno al equipo Liesse crea un campo energético para protegerlos, aun así la fuerza con la que impacta los echa hacia atrás derribándolos. — ¡¿Qué ocurre?!— grita Micaela desde el suelo. — ¡No lo sé!— responde Misael. Rebekka logra ponerse de pie, manipulando los escombros de metal intenta poner una barrera entre ellos y los constantes pulsos expansivos que la explosión ha dejado pero es inútil cuando detrás de todo ello una avalancha de ceniza, humo y fuego se presenta inminente y desenfrenada, cubriéndolos – y aún con Darel absorbiendo la descomunal energía calórica – logra penetrar el escudo y apoderarse de los metahumanos lanzándolos por los aires.     
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD