Tucker arruina la cena

1593 Words
Punto de vista de Tucker Como se esperaba, pasamos unos cinco minutos de la comida cuando mamá comenzó a regañar a Maggie por dónde había estado hoy. Maggie siguió tomando pequeños bocados de su comida pero no le respondió. —Margaret, me vas a responder. Nunca estás aquí, me dejas a cargo de toda la casa. Creo que deberías empezar a pensar en encontrar a tu compañero pronto. Puedo enseñarte a cocinar y limpiar. Eres una hermosa loba. Cualquier macho estaría feliz de ser tu compañero. También necesitas empezar a vestirte mejor, ahora que tu hermano es el Alfa. Tenemos la responsabilidad de vernos apropiados y respetables. Más aún ahora que éramos la familia Beta, así que necesitamos ir de comprar — le dijo nuestra madre. —No quiero ir de compras. Tomaré tus prendas usadas como siempre lo hago. Para mí está bien. Ha sido suficiente en los últimos cinco años y debería seguir siendo suficiente ahora. No necesito nada —respondió Maggie. Vi cómo los labios de mamá se apretaron. Sé que está enojada y a punto de arremeter contra Maggie. Maggie no se lo merece y puedo ver que está realmente estresada, así que intervine por ella. —Maggie, creo que deberías ir de compras con mamá y papá. Necesitas ropa nueva, ya que lo que llevas puesto tiene al menos cuatro años de antigüedad. También creo que es hora de que actualices tu cama. Iba a preguntarte si te gustaría mudarte a la casa de la manada conmigo. Te conseguiré lo que necesites para tu nueva habitación. Estaría encantado de tenerte de nuevo en el pasillo junto a mí —le dije. Me aseguré de incluir a papá en el plan. Mamá no haría nada a Maggie en el centro comercial, pero lo haría después de que se fueran. Maggie estaría más segura en el coche con la presencia de papá. Él sabía lo que estaba haciendo y aceptó rápidamente. Vi cómo la sonrisa de Maggie se hacía más grande y antes de que pudiera abrir la boca para aceptar mi oferta, mamá intervino de nuevo. —Sería inapropiado para ella ser una loba soltera viviendo en la casa de la manada. Debe quedarse aquí hasta que encuentre a su compañero. Aún necesito enseñarle cómo ser una compañera adecuada. Ella sigue escapando en cada oportunidad que tiene. Apenas la veo a ella, o a cualquiera de ustedes, estos días. La sonrisa de Maggie desaparece y me siento mal por ella. Cuando vivía aquí, podía protegerla más. Mamá quiere convertir esto en un problema. En lugar de lidiar con sus propios problemas, intenta controlar cada aspecto de nuestras vidas. Supongo que debo revelar el secreto. —Mamá, sé que no te gusta hablar de esto, pero tengo algunas noticias para ti y papá. Sé que sufriste una injusticia cuando eras adolescente. Sé que todavía te molesta y te afecta hasta el día de hoy. Espero que al escuchar lo que tengo que decir, ayude a aliviar parte del dolor que has tenido que soportar durante tantos años —le dije a mis padres. Vi cómo mi madre me miraba con atención y mi padre parecía preparado para recibir malas noticias. —Es una buena noticia, papá, te lo juro. Todos sabemos cómo mamá tuvo que soportar el dolor del rechazo de un desalmado. Luego se burlaron de su relación en la cara de mamá, una y otra vez, actuando como una verdadera pareja emparejada. Haciendo que mamá se sintiera peor y peor al ver su pequeño acto. Creo que mi venganza por ti y mamá corregirá la mayoría de las injusticias que ha sufrido nuestra familia. Me encargaré de la otra mitad de la moneda esta noche. Maggie y yo hemos tenido que lidiar con eso mucho a lo largo de los años. Sé que tú hiciste lo mejor que pudiste para enfrentarlo, mamá. Hiciste todo lo posible para criarnos, pero a veces, cuando bebías o dejabas que tu ira explotara, te pasaste de la raya. Has lastimado a cada persona en esta mesa —dejé de hablar al escuchar el sorprendido jadeo de mamá. Ya sabía que estaba a punto de discutir el punto conmigo. —Nunca te lastimé a ti ni a Maggie. Traté de criarte a ambos para que actuaran correctamente como miembros clasificados de la manada. Nunca haría daño deliberadamente a ninguno de ustedes —me respondió mamá con furia. Parecía sorprendida por la acusación que le hice. Me levanté y me di la vuelta, subiendo mi camiseta hasta el cuello para enseñar mi espalda. Escuché a mi padre ahogar un grito al verlo. Sabía a qué estaba mirando, había cicatrices entrecruzadas que cubrían mi espalda y mis costados. A veces, las finas piezas de cuero que mamá usaba en mí cortaban desde mi espalda hasta mi costado. Más como un látigo que cualquier otra cosa. El asombro en su rostro coincidía con el de papá. Ella no recordaba haberse descontrolado conmigo. No recordaba haberme hecho sangrar ni causarme dolor. Siempre actuaba como si nada hubiera pasado una vez que lograba calmarse. Miré a Maggie y asentí. Maggie levantó su camiseta para mostrar la mitad inferior de su espalda. Tenía el mismo tipo de heridas, pero algunas de ellas son mucho más recientes que las mías. Ahora, seguramente Maggie soporte la mayor parte de la ira de mamá. Yo había detenido hace mucho tiempo a mamá de lastimarme, pero claramente ella no ha dejado de ser viciosa. No puedo culparla del todo, aunque. El dolor del rechazo había hecho que su mente se rompiera y la había empujado al límite. —¿Por qué dirías cosas tan terribles sobre mí, Tucker? Soy tu madre. Yo nunca haría eso a ninguno de ustedes. Dile a tu padre la verdad ahora mismo —demandó mi madre. —Mamá, nunca lo recuerdas cuando nos lastimas. Te enfureces tanto que simplemente estallas. En tu enojo, te olvidas de ti misma y solo reaccionas. Sí lo hiciste, a ambos. Proyectas a nuestra familia como ideal, pero no lo es. Finges ser una buena persona, pero ni siquiera podíamos invitar a nadie a pasar la noche porque nunca sabíamos cuándo perderías el control. ¿Sabes lo vergonzoso que fue eso para nosotros? Solo tengo unos pocos amigos, y hasta donde sé, tú has impedido que Maggie tenga alguno. Te preocupas por ti misma y tus sentimientos. Dios no lo quiera si accidentalmente decíamos algo que te provocaba una de tus rabietas —le dije. Me está empezando a enfadar cómo se niega a reconocer lo que nos hizo. Como si no hubiéramos sufrido mucho a manos de ella. Estas cicatrices no aparecieron en nosotros de la noche a la mañana. Son resultado de años de abuso. Ella volvía a la normalidad más tarde, pero un día en un arranque de furia nos dijo por qué nos odiaba tanto. Estoy a punto de decirle que finalmente podré castigar a los culpables y tomar nuestra venganza legítima. Espero que mis noticias la hagan feliz. Espero que pueda dejar ir la rabia que aún tiene dentro ahora que estamos a punto de obtener una venganza contra las personas que la lastimaron. Éramos inocentes y sufrimos demasiado por algo que sucedió antes de que naciéramos. Tomé nota mental de decirle a Genesis que no puede pasar la noche aquí. Ella viene por una razón y una sola razón. El castigo de Elena comienza esta noche. No quiero que Genesis me vea teniendo una pesadilla. Creo que después de confrontar a mamá, podría estar lo suficientemente estresado como para tener una noche de malos sueños. No quiero que Genesis piense que soy débil. La elegí como mi pareja, para poder dirigir tanto la manada Silver Stream como la manada de su padre, la manada Stone Mist. No puedo permitir que se retire ahora. He trabajado duro para conseguir que todo esté en orden. —Sé exactamente por qué no nos amabas como se suponía, mamá. Maggie y yo hemos sido conscientes de por qué, incluso si nunca se lo dijiste a papá. Creo que sería beneficioso para nosotros discutir esto, todos juntos, pero no en nuestro comedor. No hay necesidad de retratar esta imagen imaginaria de una familia perfecta, mamá, porque no lo somos. Nunca lo hemos sido —le dije. Puedo ver que papá está enojado y quiere hablar, pero él sabe que esto va a empeorar rápido. También necesita tener mucho cuidado aquí. Yo soy el Alfa ahora. Lo supero en todos los sentidos. —Papá, ¿te gustaría saber por qué mamá cambió después de que yo nací? ¿Por qué su relación antes feliz se fue completamente al demonio? ¿Por qué empeoró aún más después de que Maggie nació? Tú intentaste y te esforzaste por ser lo que mamá quería y necesitaba. Pero a veces, cuando no estabas aquí para protegernos, Maggie y yo recibíamos lo peor. El abuso físico duele por un tiempo, luego te sientes mejor cuando las heridas sanan. El abuso emocional se queda contigo. Todavía puedo recordar el odio en los ojos de mamá cuando yo tenía cinco años y Maggie acababa de cumplir tres años. Mamá me había golpeado con su pequeño látigo. Todavía puedo recordar cómo cortaba mi espalda como si nada. Todavía puedo escucharla gritando: 'Nunca debería haber dado a luz a ninguno de ustedes. Tanner nunca me querrá ahora con dos cachorros bastardos de cuidar. Espero que tu padre te ame porque si Tanner alguna vez me pide que vuelva, no los llevaré conmigo'.
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