CAPÍTULO 22

943 Words
SOPHIE Respire tranquila cuando salimos de la casa con la comida y el ya no estaba enojado conmigo, caminamos juntos a la casa de Ilias, cuando llegamos dejamos todo en la cocina y yo fui a saludar a Ilias, mientras Israel ponía la mesa. —Hola, Sophie, ¿dime que te hizo el energúmeno de mí sonrío para que escapara de él? —pregunto inmediatamente Ilias —El no me hizo nada, solo quería ir a la exposición de ciencias —respondí —Bueno, cuando me recupere iré contigo, a Israel no le gusta salir mucho, pero a mí sí —responde Ilias y yo lo abracé —Gracias, no me gusta estar encerrada —confesé —Ustedes no saldrán solos, pondré nuevos guardias y espero no lo evadas tan fácil como a los otros —Interviene Israel, quien vino a ayudar a su tío para llegar a la mesa. —Como ordene señor —Se burla Ilias y yo no pude evitar reírme —¿Qué es tan gracioso? —me pregunto Israel molesto —De nada —respondí y caminé a la mesa. —Yo puedo solo, estoy adolorido, no inválido —Escuché a Ilias protestar —Está bien, como quieras, camina solo —Israel se sentó frente a mí y unos segundos después Ilias llego a la mesa y se sentó —Sophie, cocino, iba a pedir algo, pero ella ya valía cocinado — le comenta Israel —Qué bueno, moría por probar nuevamente su comida —Ilias Cenamos en silencio y pues yo me perdí mirando a Israel a detalles, el estaba frente a mí, así que no pude evitar darme cuenta de que su cabello y barba están más cortos. Israel es muy guapo, su cabello es n***o, y sus ojos también son tan oscuros como la noche, su mirada intensa y sus labios carnosos son muy provocativos, tiene un rostro creado por los mismísimos dioses y esa barba lo hace ver aún más guapo, sus brazos son fuertes, tiene muchos músculos y es alto, creo que el es dos veces mi tamaño. —¿Qué tanto me miras? —Israel, interrumpe mis pensamientos —Nada, yo no miro nada —respondí nerviosa. —Entonces termina de comer, mi tío tiene que descansar, su enfermera no tardará en llegar —Israel —Ya te dije que puedo quedarme solo —Ilias —Y tu médico dijo que no, así que deja de insistir, la enfermera se quedara contigo hasta que te recuperes —sentenció Israel y siguió comiendo con tanta elegancia, hasta cenando se ve superguapo. Seguir cenando en silencio y al finalizar llegó la enfermera de Ilias, el parecía niño chiquito haciendo berrinche porque decía que podía estar solo, pero Israel lo ignoro y lo ayudo a llegar a su habitación, aunque el se negara. Después de dejar a Ilias en su habitación nos despedimos, e Israel le dio algunas indicaciones a la enfermera, liego salimos de la casa y nos subimos a su auto, pues el lo dejó aquí cuando trajo a Ilias y ahora nos iremos en el, pues Israel debe trabajar a primera hora. El camino a casa fue tranquilo aunque corto, pero no deje de mirar a Israel ni un minuto, es muy guapo, no entiendo por qué no tienen novia, aunque para mí es micho mejor que no la tenga. Llegamos rápidamente a la casa y entramos juntos, lo que me sorprendió fue que Israel me arrincona contra la pared de la cocina. —No tienes ni idea lo que causas con solo mirarme —no pude ni reaccionar cuando Israel se apodera de mi boca con desesperación. Debo confesar que tuve la intención de no corresponderle, pero cuando su lengua comenzó a jugar en mi boca no pude evitarlo, sentía que ese beso se volvía cada vez más intenso. Sus manos acariciaban mi cuerpo y bajaron hasta apretar mi trasero, sentí algo muy grande y duro cerca de mi vientre y me asusté un poco, pero no detuve el beso. Lo que causó que nos separaremos fue su celular que comenzó a sonar y el contestó muy molesto, mientras yo trataba de controlar mi respiración. —¿Qué demonios quiere ahora? —Israel —¿Dónde? —pregunta Israel nuevamente —Voy para allá —Fue lo último que dijo —¿Qué pasa? —pregunte aún sonrojada por lo que acaba de pasar entre los dos —Es por un caso, me iré y no sé a qué hora voy a regresar, te llevaré a casa de mi tío y déjate unos guardias con ustedes, ve por tus cosas para que vayas al colegio mañana —Israel Yo asentí y subí a buscar algo de ropa y mi pijama, además de las cosas de la secundaria, baje y el estaba hablando por teléfono, más bien gritando, así que tuve que esperar, luego de que finalizara la llamada nos subimos a su auto y me llevó hasta la casa de Ilias donde ya había dos guardias cuidando la casa. —¿No vas a hacer algo peligroso? — pregunté en la puerta de la casa de Ilias —Todo en mi trabajo es peligroso, garrapatita, tú descansa, además tenemos algo pendiente —el se volvió a apoderar de mis labios y me dio un beso que me dejó sin aliento, para luego darme una nalgada —Descansa y obedece en todo —yo no sabía si debía estar enojada con el o reírme, simplemente asentí y entre a la casa donde ya Ilias me miraba con cara de reproche, creo que vio cuando el me beso y ahora que le digo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD