CAPÍTULO 23

1243 Words
ISRAEL Durante la cena con mi tío y la pequeña garrapata, pequeña no dejaba de observarme y yo moría por poseerla, pero me contuve, pues estamos en presencia de mi tío, por lo que apenas volvimos a casa, ya no pude resistir y la bese. Me adueño de su boca y la besé como si no hubiera un mañana, esos labios fueron los más deliciosos que probé jamás, tan dulces y aditivos que no podía separarme de ella. De no ser por la llamada que recibí de mi informante diciéndome que encontró un lugar donde los traficantes de personas tienen a un gran grupo de niños encerrados para venderlo y que se los llevaran al día siguiente. Jamás hubiera soltado a Sophie hasta haberla hecho mía. Por desgracia no fue así. Le pedí que buscará sus cosas para que se quedara en casa de mi tío, no podía dejarla sola, mucho menos ahora que puse a los hombres que la cuidaban a trabajar en la oficina. Así que mientras ella buscaba sus cosas yo realice una llamada pidiéndonos par de hombres, afortunadamente había una patrulla cerca y la enviaron a casa de mi tío. Cuando la deje en casa de mi tío ella toda tierna preguntó si haría algo peligroso, todo en este trabajo es peligroso. Si ella supiera las cosas de las que soy capaz de seguro, nunca me hubiera correspondido los besos que le di. Porque antes de irme le di otro beso y una nalgada para qué entrará ya a casa de mi tío, luego subí a mi auto y conduje hasta uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, donde me encontré con Torres. Sí, pedí refuerzos y como el idiota de Evans, dijo que gran parte de mis oficiales debían ser suspendidos al fallar su prueba psicológica, no tengo muchos recursos, por eso acudí al idiota de Torres. —¿Cómo conseguiste esta información? —indagó el idiota de Torres como si se lo fuera a decir qué iluso. —No es tu asunto, el asunto son los niños, no sabemos si la pequeña desaparecida está ahí, de igual manera los rescataremos y si no está entre ellos la seguiré buscando — respondí mientras miraba bien a mí al rededor, debía asegurar el lugar. —Bien, mis hombres están ya rodeando el lugar —informa Torres, como siempre so me fuera a dar garantía de algo, si son como el son unos inútiles de primera. —Preferiría que estuvieran todos mos oficiales, pero ni modo, esto es lo que hay —exprese con molestia. Afortunadamente, Evans volvió a su casa por unos días, vendrá luego a continuar sus evaluaciones psicológicas con los detectives, pues ya termino con los oficiales, espero que Taylor lo siga pronto y me dejen trabajar en paz. —Supongo que tus hombres ya estudiaron el perímetro —recalque lo obvio —No quieras hacerme ver como un inútil ni a mis hombres, ya el perímetro está asegurado y la mejor forma de entrar es por la parte trasera, que es donde hay la menor cantidad de guardias —Torres se ofendió —Ya no seas tan sentimental, ¿cuántos guardias hay vigilando la parte de atrás? — pregunté mientras sacaba mi arma —Hay solo tres —Informa Torres —¿Seguro?, esos niños son muy valiosos como para que tengan tan poca seguridad —cuestione su respuesta, pues tras tanto tiempo siendo detective he aprendido que cuando se trata de niños nunca hay menos de cinco guardias. —Si ya mis hombres revisaron dos veces—responde Torres. —Bien, comencemos a movernos —Dicho esto, comenzamos a posicionarnos, Torres y yo nos fuimos con uno de sus hombres a la parte de atrás, mientras que otros tres subieron al edificio del frente. Cuando los francotiradores estaban ubicados en el edificio del frente y otro en el de al lado, comenzó la acción. Torres uno de sus hombres y yo entramos disparando, rápidamente derribados a los tres que estaban en la parte de atrás, pero el problema comenzó cuando los hombres de Torres se adelantaron entrar por la parte del frente. Por supuesto, todas las ratas que estaban adentro comenzaron a salir por detrás y se formó una bananera tan grande que tuvimos que escondernos detrás de una pared. —Maldición Torres, tus hombres son unos ineptos iguales que tú. ¿Por qué no esperaron los órdenes de entrar? —cuestione molesto y con ganas de matar a todos esos inútiles, maldigo la hora en que Evans y Taylor ordenaron la suspensión de la mayoría de mis hombres. —Cállate, algo debí de haber pasado, ellos son los mejores —responde Torres en medio de las balas —Sí, salgo vivo de aquí, yo mismo me encargaré que los envíen de regreso a la academia —respondí mientras buscaba mi celular para enviarle un mensaje a Taylor, ya que el apoyo al idiota de Evans para suspender a mis hombres ahora que venga a ayudarme Le envié un mensaje a Taylor y dijo que llegarían en 15 minutos que resistiéramos, si claro como no es a él que le están lloviendo balas, después de esta no vuelvo a trabajar con Torres y sus hombres nunca más en mi vida. Cada minuto pasaba esto, se llenaba más de hombres de esos criminales, así que no quedó de otra que salir de nuestro escondido y cubrirnos en otro lugar. —Yo te cubro la espalda —me informa Torres como si eso me diera algún tipo de tranquilidad. Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la otra pared para cubrirme, pero el idiota de Torres no espero mi señal para correr él también, así que comenzar a disparar sin cubrirme por completo y antes de darme cuenta sentí que algo penetrante mi abdomen. Una bala me alcanzó antes de caer al suelo, Torres me arrastro detrás de la pared y yo solo quería estrangular a ese idiota. —Si no estuviera herido te mato con mis propias manos —confesé molesto, ahora estoy sangrando y las balas no se detiene, el hombre de Torres que nos acompaña está escondido al otro lado del lugar llorando como Niñita y Taylor aún no llega. —No es mi culpa, mis hombres están acostumbrados a trabajar conmigo y no necesitamos hablar, simplemente no movemos —Torres trata de ayudarme a parar el sangrado en mi abdomen —Ahora entiendo por qué tardas tanto en resolver un caso, tus hombres no sirven —di mi más sincera opinión. —Cállate o te dejaré morir aquí —amenaza el imbécil de Torres, como si me diera miedo el idiota —Sé que no moriré aquí, no moriré hasta que cumpla una promesa —le informe un poco más débil —¿Lo dices por tus padres?, ¿aun los buscas? —Si Torres supiera la verdad, no intentaría salvarme la vida —Sí, voy a vengar la muerte de mi hermana y no moriré hasta que eso pase —respondí ya débil, debo callarme, la perdida de sangre puede hacer que revele cosas que no debo. —Han pasado demasiados años, no creo que los encuentres —comenta Torres y no me importa, mis padres ya están muertos y no hay nada que pueda cambiar eso, yo no moriré hasta que no encuentre a ese médico y lo haga pagar por el daño que causó el malnacido.
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