ISRAEL Durante la cena con mi tío y la pequeña garrapata, pequeña no dejaba de observarme y yo moría por poseerla, pero me contuve, pues estamos en presencia de mi tío, por lo que apenas volvimos a casa, ya no pude resistir y la bese. Me adueño de su boca y la besé como si no hubiera un mañana, esos labios fueron los más deliciosos que probé jamás, tan dulces y aditivos que no podía separarme de ella. De no ser por la llamada que recibí de mi informante diciéndome que encontró un lugar donde los traficantes de personas tienen a un gran grupo de niños encerrados para venderlo y que se los llevaran al día siguiente. Jamás hubiera soltado a Sophie hasta haberla hecho mía. Por desgracia no fue así. Le pedí que buscará sus cosas para que se quedara en casa de mi tío, no podía dejarla sola,