CAPÍTULO 33

1337 Words
ISRAEL Con la pregunta de Sophie de que haré, no pude dormir ella si se quedó dormida junto a la pequeña Isabella, mientras la pequeña sujeta mi mano con fuerza, durante la noche la pequeña tuvo pesadillas, porque se aferraba a mi mano y se quejaba en sueños. Tuve que acariciar su cabello para que se calmara y siguiera durmiendo, cuando ella se calmó yo al fin pude cerrar mis ojos también. Desperté porque una niña de cinco años estaba totalmente encima de mí, me usaba como cama y Sophie como almohada, pues, tiene su cabeza en mi hombro, abrí los ojos y las vi a las dos muy cómodas mientras yo no podía moverme. Tenía que despertar a Sophie porque debe volver al internado, no puede perder clases cuando recién comienza sus estudios ahí. Aunque, por otro lado, no quería que se fuera, pero no puedo ser egoísta, ella debe terminar la secundaria y liego decidir su futuro. —Sophie, garrapatita, abres tus ojos, tienes que despertar —no hice mucho ruido para no despertar a la niña encima de mí. Sophie se movía con pesar, pero abrió los ojos, cuando nos observó a Isabella y a mí sonrió y nos dio un beso a cada uno, la verdad a mí solo mi dio un pico, peor no la deje alejarse y la bese con deseo y unas ganas inmensas de devorarla por completo. —Buenos días — hablé, apenas nos separamos —Buenos días, voy a ducharme y a preparar el desayuno, debo volver al internado —Sophie sale rápidamente de la cama y entra al baño. Yo por mi parte con cuidado traté de dejar a la pequeña en la cama sin que se despertara, pero falle ella abrió los ojos y me sonrió, para colmo se abrazó a mi cuello. —Buenos días, ángel —salida Isabella con una hermosa sonrisa —Buenos días, no me llames así, soy Israel —es raro que me digan ángel, hasta ahora me han llamado de mil formas, pero ángel jamás. —Pero, tú eres el ángel que llego a salvarme —Isabella confundida —Isabella, si alguien te llega a preguntar por mí debes decir que no me conoces y jamás mencionar lo de la cabaña, ¿entiendes? —debo prepararla para que no me delate —Si voy guardar el secreto, no dire nada si tú y Sophie siguen cuidándome —pequeña chantajista y aprovechada —Mira, no puedes vivir conmigo porque no soy tu padre, pero iras al mismo internado a donde asiste Sophie, ella te cuidara ahí y cuando logre solucionar algunas cosas veremos que hacer contigo —explique lo mejor que pude —Es que yo quiero vivir contigo —Isabella a punto de llorar —Lo harás, pero debo arreglar muchas cosas antes, no quieres que termine en la cárcel por tenerte aquí sin ser de tu familia o ¿sí? —le pregunté a Isabella y esta se quedó pensando por un momento y luego decidió —Bueno, pero podre venir a visitarte —Isabella me hace ojito y no puedo resistirme —Veremos que hacer, por ahora te quedaras conmigo hasta que reciba los papeles que me permitirán enviarte a estudiar al internado —la niña escuchaba todo lo que yo le decía con atención Se veía muy inteligente y madura para su edad y entendió todo lo que le dije, cuando Sophie salió del baño se la llevo a la otra habitación a bañarla y colocarle sus cremas para los golpes y heridas y también para seguir hablando con ella de lo que puede o no decir. Yo también entre a la ducha, e intenté relajarme, pero Sophie se irá y yo me quedaré unos días aquí solo con una niña de cinco años que demonios se supone que haga, sé que volverán Taylor y Evans, volverán reclutar y seguir investigando los asesinatos de los últimos años. Ya no sé qué hacer, entre Sophie e Isabella me están complicando todo y para colmo no encuentro aún a la tía de Sophie y su esposo, por lo que ella sigue en riesgo y ya me estoy arriesgando mucho con Isabella en mi casa. Debo apresurar los documentos para enviarla al internado y así poder terminar con esto lo antes posible, solo falta el médico, para acabar con esta venganza, pero ese infeliz y su familia se escondieron muy bien, sé que eventualmente los encontraré, pero quiero hacerlo antes de que me descubran. Porque sé que eso sucederá eventualmente, pues no voy a poder seguir ocultando quién soy por mucho tiempo y si alguien encuentra a Isabella en mi casa soy hombre muerto, no tendré como explicar que sus padres están desaparecidos ni como es que ella está conmigo. En que momento todo seme complico tanto, antes todo era más sencillo, no hablaba con nadie más que mi tío y nadie pisaba mi casa, ahora hay dos personas invadiendo mi casa y eso puede causar que me descubran. Cuando termine de ducharme me arregle y baje a la cocina donde Sophie e Isabella estaban desayunando, yo me senté y Sophie sirvió mi desayuno, le agradecí con la mirada y los tres desayunamos en silencio hasta que Sophie dijo lo que no quería escuchar. —Ya me tengo que ir o no llegaré a mis clases —me indica Sophie —Los oficiales están afuera —respondí controlando mi molestia, ya sabía que se iría y llame a los oficiales, por eso, no puedo retenerla, me lo repito, siempre ella es libre de escoger lo que quiere. —Deje en la nevera comida preparada, para ti y para Isabella, solo debes calentarla, pediré permiso para dormir fuera del internado, pero tú debes autorizar mi salida, por lo menos hasta que Isabella vaya al internado —explica Sophie y creo que es lo mejor, yo no podría prepararle de comer a la niña, únicamente pediría comida rápida y eso no es bueno para una niña que debe recuperarse. —Llamaré a la directora esta tarde para autorizar tu salida —respondí y ella me regaló una pequeña sonrisa Al terminar nuestro desayuno, Sophie e Isabella subieron a la habitación por las cosas de Sophie y luego bajaron juntas a despedirse. —Isabella recuerda lo que te dije, cuídate y cuida de Israel —le indica Sophie y yo la miro con incredulidad, como se supone que una niña de cinco años me va a cuidar a mí —Sí, yo lo voy a cuidar — miré a la pequeña pulga que se supone que me va a cuidar y luego a la garrapata y ahora resulta que el que necesita que lo cuiden soy yo. —Y tú no seas tan gruñón, es solo una bebe —Sophie me da un beso en la boca y luego nos abrazamos por un momento, no quiero que ella se vaya de mi vida. —No prometo nada, sabes que no soy muy paciente —respondí con ella aún entre mis brazos —haz un esfuerzo —me da un rápido beso, luego otro a Isabella y sale por la puerta de la casa Yo volteé a ver a la niña que me mira con una gran sonrisa y juega con sus dos trenzas y no sé qué hacer ahora. —¿Qué quieres hacer? —le pregunté a la pulga —¿Podemos ver una película de princesas? —pregunta Isabella y yo quiero que la tierra se abra y me trague —Ya que, voy por mi laptop —suspire mientras la niña salta de un lado al otro feliz. Fui a mi despacho por mi laptop, pues no tengo televisión aquí, subí a la habitación con la pulga y comencé a buscar películas de princesas, cuando la pulga rubia escogió la que quería le di reproducir y tuve que ir por algunas chucherías para ella, espero que el tiempo pase y poder enviarla rápido al internado no podré tolerar más esto.
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