ISRAEL Con la pregunta de Sophie de que haré, no pude dormir ella si se quedó dormida junto a la pequeña Isabella, mientras la pequeña sujeta mi mano con fuerza, durante la noche la pequeña tuvo pesadillas, porque se aferraba a mi mano y se quejaba en sueños. Tuve que acariciar su cabello para que se calmara y siguiera durmiendo, cuando ella se calmó yo al fin pude cerrar mis ojos también. Desperté porque una niña de cinco años estaba totalmente encima de mí, me usaba como cama y Sophie como almohada, pues, tiene su cabeza en mi hombro, abrí los ojos y las vi a las dos muy cómodas mientras yo no podía moverme. Tenía que despertar a Sophie porque debe volver al internado, no puede perder clases cuando recién comienza sus estudios ahí. Aunque, por otro lado, no quería que se fuera, pero