ISRAEL Estar herido y sin poder moverme con facilidad, me frustra muchísimo y más en compañía del inútil de Taylor, con cada minuto perdía más sangre por más que intentaba detenerla. Pasaron los quince minutos que dijo Taylor y aún no aparece, no puede ser que sea igual de inútil que Torres, será que nadie puede hacer las cosas bien. Veía borroso, pero no tanto, tome mi arma y apunte en la misma dirección que Torres y apreté el gatillo, así un hombre que venía detrás de él calló al suelo y Torres creo que se hizo en los pantalones, se lo mere por inepto. —Si no salgo de aquí, te visitaré cada noche y no te dejaré dormir, seré tu maldita pesadilla —le advertí a Torres y este se río. —Ja, ja, ja, no creo que quieras volver de la muerte solo para perturbar a mí, pero tranquilo saldremos