Inuyasha
Inuyasha
Me he pasado todo el día con ella en mi mente. Es como una droga que no puedo evitar, esa mujer es mi maldita perdición, ¡joder!, parezco un niñato sin experiencia, pero esas son una de las consecuencias que conlleva estar enganchado de ella.
Kikyo me tiene hasta la azotea con el embarazo, no me fío de ella, sé muy bien que tiene sus amantes, aunque quiera hacerse la santa frente a mí.
Tú
Llegaste a mi vida para enseñarme,
Tú
Supiste encenderme y luego apagarme,
Tú
Te hiciste indispensable para mí y... y...
La canción suena y cierro los ojos cuando sus letras llegan a mi mente, es como si fuera una descripción de todo lo que estoy viviendo y lo que viví con Kagome. Doy un trago más a la quinta botella, el fuerte sabor pasa por mi garganta y cierro los ojos al sentir quemar mi garganta.
Y
Con los ojos cerrados te seguí,
si yo busqué dolor lo conseguí,
no eres la persona
Que pensé,
Que creí,
Que pedí.
Maldición, es la verdad a toda la falsa que me pintó esa mujer, la seguí sin darme cuenta que había un fuerte muro frente a mí que me destruiría, no me importaba nada, nada que no sea ella.
Mientes,
Me haces daño y luego te arrepientes
ya no tiene caso que lo intentes
no me quedan ganas de sentir.
Llegas
Cuando estoy a punto de olvidarte
busca tu camino en otra parte
mientras busco el tiempo que perdí
y hoy estoy mejor sin ti.
Eso fue exactamente lo que hizo, me dañó y luego viene a mí a buscar mi perdón. Gracias a ella ya no quiero volver a sentir amor a otra mujer, entonces se atreve a volver luego de tantas cosas que han pasado. Fueron tres malditos años de sufrimiento, rogando sacarla y luego viene y ¡Pom!, alborota todo en mi interior. Le pego mis labios de la botella y hasta no verla sin una gota no la suelto.
Voy
De nuevo recordando lo que soy,
sabiendo lo que das y lo que doy,
el nido que buscaste para ti y... y...y...
Y
El tiempo hizo lo suyo y comprendí
las cosas no suceden porque si,
no eres la persona
Que pensé,
Que creí,
Que pedí.
Solo fui una venganza, una marioneta para completarla, su víctima ciega. Nunca fue la persona que mi mente trabajó, no fue esa persona que creí, no lo era...
Mientes,
Me haces daño y luego te arrepientes
ya no tiene caso que lo intentes
no me quedan ganas de sentir,
Llegas
Cuando estoy a punto de olvidarte
busca tu camino en otra parte
mientras busco el tiempo que perdí
Y hoy estoy mejor sin ti
Y hoy estoy mejor sin ti.
Una traidora lágrima se escapa de mis ojos, jamás pensé en sufrir por amor, y menos por una mujer que nunca me valoró, eso tal vez es lo que más me duele.
Llegas
Cuando estoy a punto de olvidarte
busca tu camino en otra parte
mientras busco el tiempo que perdí
y hoy estoy mejor sin ti,
y hoy estoy mejor sin ti,
y hoy estoy mejor sin ti.
La canción acaba y mi sexta o séptima botella también, cierro los ojos tratando de espantar todos esos momentos junto a ella. ¿Por qué simplemente no puedo olvidarla?, la pregunta me taladra sin tener una respuesta.
—Señor—mi secretaría entra a mi despacho con una sonrisa.
—¿Qué quieres?—pregunto con evidente mal humor.
—Ya me voy señor, quería informarle que su hermano llamó y me dijo que la señorita Higurashi viene por unos documentos, buenas noches—por lo menos entendió que no estoy de humor para que se ponga empalagosa.
Unos minutos después la veo entrar, tan hermosa como siempre, sin medir nada avanzo a ese lugar. Hablar con ella es tan extraño y mágico, no me interesa que ella piense que la odio, en estos momentos muero por sentir su piel. Estoy borracho porque solo de este modo me doy el lujo de poder pedirle que me deje amarla, verla tratar de irse solo hace que reaccione cerrando la puerta y besando sus labios con fervor.
Mis manos mañosas se cuelan en su cintura pegándola lo más posible a mi cuerpo. Sus labios... Como extrañaba esa sensación que provoca esos pequeños y apetecibles labios de Kagome. Ella abre los ojos y veo la duda en ellos, beso su cuello para que se olvide de todo y se entregue tanto como yo lo hago en este momento. Paseo mis manos por su espalda y la aprieto más a mí, un suave gemido se escapa de la boca de la azabache que tengo junto a mi cuerpo. Dios, como extrañaba ese dulce sonido. La cargo y gracias al cielo no caigo al suelo. Sin saber dónde voy me encuentro sentado en uno de los sillones de su despacho con ella sentada sobre mí, sus piernas descansan a mis lados.
Quito esa blusa verde pálida que me impide el paso a ese hermoso sujetador de encaje verde, muerdo mis labios, beso sus labios y bajo por su cuello haciendo un recorrido por sus pechos.
—Oh—me encanta que gima solo porque soy yo quien la excita. Quito la prenda molesta y miro esos hermosos pechos, miro el hermoso lunar que tiene en uno de ellos.
Es ella
Acerco mi boca hasta ellos y los succiono con devoción escuchando como ella gime bajo y se agarra de mis hombros, sus mejillas adquieren ese hermoso sonrojo que me encanta ver en ella. Paso mi lengua juguetona por su pezón y luego lo muerdo causando que ella se mueva encima de mi cuerpo buscando fricción en nuestras partes. Mi amigo allá abajo esta emocionado hace tiempo porque está bien despierto.
Me quito la camisa que llevo y mi pantalón, ella aprovecha y de baja la falda negra que tiene. Mi cuerpo reacciona al ver ese cuerpo solo con una linda tanga. Ella respira entrecortadamente y yo solo pienso en que quiero devorarla, tenerla solo para mí y jamás dejarla ir. Se acerca despacio midiendo sus movimientos con mis ojos, los cuales la siguen curiosos, mi amigo duele dentro de mi bóxer y ella vuelve a sentarme y sentarse luego encima de mi cuerpo. Vuelvo a mi ataque en sus pechos, porque Kagome fue bendecida con esos increíbles pechos que tiene. Rompo su tanga mientras la levanto y me quito el bóxer, me siento y la halo para que ella se siente y mi pene ubica su entrada. Gimo porque es suave, caliente y tan húmeda.
—¡Inu!—beso su cuello mientras ella se agarra fuerte de mis hombros y se mueve de arriba hacia abajo. Su espalda se arquea perfectamente, solo Dios sabe cuánto la extrañé.
Yo me coordino con ella en esos movimientos mientras la tomo por la cintura para hundirme en su interior con más facilidad. Sus ojos chocolates se encuentran con los míos y me olvido del mundo, esa conexión aparece y mi mente se nubla, mi razón hace tiempo se fue. Pierdo la cuenta de las embestidas que doy a su cuerpo, pero la siento tensarse y darme a entender que ya está por venirse.
—¡Inuyasha!—grita y se deja ir, su orgasmo me abraza mientras que yo me sigo hundiendo en ella.
—¡Kagome!—mi respiración es rápida cuando llego al clímax, su cabeza descansa en mi cuello mientras no deja de abrazarme.
—No sabes cuánto te amo Inu, eres lo más especial y bueno que me ha pasado en muchos años, desearía que puedas perdonarme, te amo—una sonrisa aparece en mis labios.
—Yo más Kag—beso sus labios y el cansancio me invade.
—Vamos ponte ropa que no aguanto la tentación—me río negando mientras salgo de su interior. Me pongo mi ropa menos los zapatos y me recuesto en el sofá, ella desnuda se cuesta sobre mí y aspirando su dulce aroma me permito por primera vez en estos tres largos años, desear un futuro junto a ella... Solo ella.