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Esposo provisional

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love after marriage
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Blurb

Obligado a casarme con ella, con mi jefa, aunque debería de llamarlo como un chantaje en toda su regla. Era una maestra para mentir y fingir, podría pasar de villana a víctima en cuestión de segundos; su inigualable belleza era opacada por su mal carácter, al menos para mi. Me creía su esclavo y no me llamaba por mi nombre.

Solía gritar a voces:

—¡Chico! — a lo que yo corría a ver qué quería.

La historia de como un abogado recién graduado terminó siendo el secretario en una editorial, era un tanto aburrida. Necesitaba dinero y no encontraba trabajo mas que de pasante, sin paga. Así terminé aquí.

Ahora, la historia de cómo terminé cayendo en sus chantajes para casarme con ella, esa si que era más interesante.

Me tenía en sus manos y haría lo que fuera para no perder su editorial, así fuese casarse con su secretario, convertirme en su esposo casi a la fuerza.

Pero esto solo era provisional, con un año de casados bastaría para que ella conservara la editorial y yo pudiera entrar a uno de los más grandes y prestigiosos bufetes del país. Ese era mi único beneficio, a costa de fingir ser su esposo y hacerlo bien, nuestro futuro peligraba si su familia se enteraba de que todo era una falsa.

Obra registrada, todos los derechos de autor reservados. Número de registro:2204020846299

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¡¿Su novio?!
Nunca imaginé que a mis veinticinco años seria secretario de una mujer como ella, y cuando me refiero a eso, no es que me esté quejando de mi trabajo, no tiene nada de malo ser secretario, lo malo de mi trabajo es mi jefa, solamente ella . ¡A ver! Tiene que quedar claro, es una hermosa mujer, pero todo lo que tiene de belleza, lo tiene de déspota, arrogante y tirana, resaltando sus cualidades de manipulación, son perfectas; he sido testigo. ¡Abusa de mi! No me trata como persona, ser humano o su empleado, mucho menos como amigos. Creo que después de todos estos meses ni sabe mi nombre, es vergonzoso. Por cierto, soy Asher Brennan, pero mi jefa me llama “Chico”. —¡Chico!— a pesar de que estaba a pocos metros de ella, toda la oficina sabía cuando ella me llamaba, alzaban la vista y me miraban como al perro que llama al amo. Si, era hasta ahora, la dueña de la mejor editorial del sur del país, estábamos ubicados aquí, pero teníamos oficinas en numerosos países. A la caza de libros, como ella solía llamarle. Se encargaba de leer minuciosamente cualquier libro que le llamara la atención, pues no éramos famosos por publicar cualquier cosa. El libro que ella ojeara, algo tenía de bueno y el libro que nuestra editorial eligiera, indudablemente, alcanzaba la fama. Pero ella… era tan… ¡Tan! Su padre era el reconocido escritor del genero del suspenso , Malik Arthur, de origen inglés, ya retirado, por lo que ella desde pequeña creció en ese ambiente, siendo ahora una profesional en su área. Pero, ¿tenia que ser tan arrogante? ¿Ser tan bueno en su trabajo implicaba ser así? Yo llevaba siete largos, míseros, tortuosos y lamentables meses siendo su secretario. Todos me contaban los días. —Dígame, señora. —Señorita. — me corrigió, arrastrando los dientes. — ¿Cuántos años tienes? Siéntate. — siempre que me ofrecía asiento, significaba problemas, regaños, algo que yo había hecho mal y quizás un posible despido. Todos decían que yo seguía allí porque ella le daba pereza buscarse a alguien mas o encontrar a alguien tan tolerante como yo, también se lo achacaban a “mi cara bonita”. Necesitaba el trabajo. Había terminado mi carrera de la universidad, graduado en derecho, y debía el crédito que me habían dado. Me propuse trabajar un año aquí para adelantar el p**o y así luego poder buscar tranquilamente un trabajo en mi área, no pude rechazarlo cuando vi la oferta de empleo y el sueldo. Solo faltaban cinco meses, no me quedaba tanto por pagar, aunque eso dependía de qué forma lo veía, solía ser optimista, la realidad era otra; vivía al mínimo y ahorraba todo, quería saldar esa cuenta cuanto antes, buscar mi empleo ideal y ser un poco más feliz. Aquella mañana tenia la trenza del lado derecho, lo que significaba que se la había hecho con prisa y enojada, pues ella era zurda. —Tengo veinticinco años, señorita Arthur. —Bien, chico, creo que eres lo suficientemente adulto como para saber decirle que no a alguien. Me hiciste una cita con una tal Rosmeilyn, su libro es horrible, es una grosera y no acepta bien las críticas. — y por no aceptar bien las críticas, se refería a que insultó su libro en todo el sentido de la palabra. De eso estaba seguro. —Usted me ordenó tomar a uno de la lista de espera, porque tenia esa hora libre y no la quería pasar en la oficina. Solo elegí uno al azar, lo siento. —Esta bien, solo que sepas que tu elección fue de lo mas lamentable. Puedes retirarte. — tomé la tablet que tenia sobre mis piernas y me puse de pie. — Espera. ¿Qué tengo para las siguientes horas?— preguntó, mirando la pantalla de su celular, ya se lo había dicho dos veces en lo que iba del día. —En quince minutos una llamada con su padre. —No me lo pases cuando llame. — hizo un gesto de mal humor. —Una almuerzo con su madre. —¡Dios! ¿No lo cancelaste? — agitó sus manos sin poder creérselo. —No me lo pidió. A las dos su hermano estará aquí, viene a traerle personalmente una copia del libro de su esposa. —Chico, ¿Por qué no me notificas estas cosas? —A todas usted dijo “Está bien”. — ahora resultaba yo ser el culpable. —Pues no, no está bien. La llamada de mi padre es para presionarme a que me case o le dará el control de la editorial a mi hermano, el cabeza hueca de Ryan. No puedo dejar que eso pase, dice que estoy muy enfrascada en esto y necesito una vida. Amenaza con quitármelo todo. Absurdo. Mi madre solo quiere almorzar para presentarme a algunos hijos de sus amigas, programar citas con ellos, compartir números y ofrecerme al que mas le agrade. Mi hermano, pues ya lo ves, ¿Cómo cree que su esposa puede escribir un libro? Ahora me presionará para leerlo, tendré que hacerlo delante de él y mis ojos comenzaran a sangrar, eso si logro contener mi boca. — ¿Desde cuando era tan quejica con sus cosas personales? Estaba claro que su vida familiar iba muy mal, pero peor iba su vida amorosa si tenia que llegar al punto de que su madre le buscara pareja o que su padre la presionara para que contrajera matrimonio. —La próxima vez se lo pregunto varias veces y le pido confirmación. —Estaría bien. No me pases la llamada de mi padre, irás conmigo al almuerzo y de ese modo mi madre no tendrá mas alternativas que dejarme ir rápido, pues si le cancelo, vendría aquí a hacerme un escándalo y estoy segura que en ese almuerzo habrá un hombre. No estoy de humor para ello y no puedo darme el lujo de ser grosera. —Si, señorita Arthur. —Pero antes de eso, asegúrate de peinar tu cabello, está muy alborotado. —Claro, disculpe. Volví para seguir realizando mi labor, la llamada del señor Arthur entró y yo le comuniqué de que su hija no se encontraba en la oficina. Fue un poco desagradable mentirle a su padre. Salimos veinte minutos antes de la hora del almuerzo con su madre, no sin antes yo mojar y moldear mi cabello. —Quiero que te lo cortes un poco, el pelo. No trabajo con un adolescente. Se te alborota mucho, llama la atención de tu rostro, estas en una oficina, no es un parque de Skate. —Mañana mismo lo corto. — como ordene. Le abrí la puerta para que entrara al restaurante, ella me había ordenado dejar mis cosas en el coche, tablet, agenda, notas, su maletín. Todo. —¡Madre!— hasta yo podía notar en su voz el tono de hipocresía hacia su madre. — Este es…—¡No sabia mi nombre! —Soy Asher Brennan. — me apresuré a decir. Había hablado con la señora Arthur en ciertas ocasiones por teléfono, era la primera vez que la veía en persona. —Lo he invitado a almorzar con nosotras. —Ah.— parecía un poco confundida— ¡Que casualidad! Yo también he traído a un invitado. — echándose a un lado, había hombre sentado detrás de ella. — Este es Adan, el hijo de mi amiga, del que te hablé, tenía interés en conocerte y aquí está. — Adan se incorporó y nos saludó a los dos. Llevaba un elegante traje a la medida, resaltando todos los músculos de sus brazos, un reloj costoso en la muñeca del que yo tenía una réplica barata y la camisa un poco desabotonada, dejando ver unos pocos pelos en su pecho, que atractivo, si pensaba que llamaría la atención de ese modo de mi jefa, estaba equivocado, para llamar la atención de ella tenias que ser un libro y ser de lectura amena, cosa que para ella era muy escaso. — Tomemos asiento, por favor. Muero de hambre. Segundos después de sentarnos, antes incluso que el mesero se acercara, la señorita Arthur tomó mi mano que reposaba sobre mi pierna, entrelazó nuestros dedos y los colocó visiblemente sobre la mesa. ¿Estaba loca, borracha o no era ella? Tenía mi mano sujetada, una sonrisa en la cara y su mano libre sobre mi pierna izquierda. ¿Qué tipo de broma cruel era esta? Quise retirar mi mano, ella no me dejó y yo no quise forcejear con ella, aquellos dos nos prestaban atención. Toda la atención. —He venido con él para presentártelo, mamá. — cualquiera podría decir que ese era su tono feliz, pero solo era su tono fingiendo estar feliz, voz cantarina, enorme sonrisa y ojos brillantes. Fingía y se le daba muy bien, demasiado. A veces me asustaba la naturalidad con que lo hacía.— Este es mi novio. Lo traje para que sepas que es real y no me lo estoy inventando. Asher y yo estamos saliendo. Cuando me removí en la silla, ella apretó mi mano con fuerza y pellizcó mi pierna, obligándome a quedarme quieto, mi labio superior tembló con nerviosismo. Su rostro se fue aproximando al mío, seguía apretando mi pierna. Iba a besarme en los labios y yo giré la cara, dejando el beso sobre mi mejilla. —Esto me llena de felicidad, Charlotte. Solo hace falta que se casen para que puedas conservar la editorial. — dijo como si nada la señora Arthur —Claro que si, mamá. Esta noche él y yo hablaremos sobre la boda, tenemos muchos planes. — la palabra hizo eco en mi cabeza. ¿Boda? ¿Nosotros? ¿Pareja? ¿Mi jefa? Todo me dio vueltas y sentí mi cuerpo caer de la silla, creo que me estaba desmayando. — Obra registrada, todos los derechos de autor reservados. Número de registro:2204020846299

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