Al oír esto, el corazón de Ana se aceleró. Había tratado de mantener en secreto su relación con Alfa durante tanto tiempo, pero ahora todo estaba a punto de estallar. Se maldijo a sí misma por haber permitido que Estela se enterara de todo. Sabía que no podría mantener la situación bajo control por mucho tiempo. Estela era tan perspicaz, que con solo verlo supo quién era realmente Mientras Ana intentaba poner en orden sus pensamientos, Domenica decidió ir a hablar con Estela. Sabía que era la única manera de detener sus amenazas de irse con la verdad. Se dirigió hacia la habitación de Estela, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. Al llegar, Domenica encontró a Estela sentada en la cama, con los brazos cruzados y una expresión de desaprobación en su rostro. Domenica se ace