—“¡Andrews!” ¿Qué haces aquí? —Es un completo milagro volver a verte Anastasia ¿Cómo has estado en estos años? Vi el pánico en sus ojos y me causo un profundo placer, como hace mucho no lo sentía, estos años habían cambiado a Anastasia, se había hecho una mujer muy hermosa, esos ojos verde esmeraldas brillaban, su cabello rojizo era una tentación y esos labios eran una perdición y no quise mirar más a fondo o seria la bestia que no quiero que ella vea que soy —Muy bien Alfa, no tenía que molestarse usted es alguien muy importante como para estar en estos menesteres Trate de que mi voz saliera tan calmada como siempre, que ni mi rostro ni mi voz me delatara y rogaba a todos los dioses que las niñas no vengan a nuestro encuentro Se había vuelto más fría, más calculadora. Me pregunté