SÁNCHEZ —Me parece que me estoy volviendo loca. —Por qué lo dice mi damisela en peligro. —Es que, don Tarazona, aquí me parece que en este lugar quedaba la mansión de mi suegro y ahora tan solo veo un lago. —Señorita, por favor, no me llame por mi identidad secreta, yo soy Superzona, el único y sin igual superhéroe invencible, el orgullo de la ciudad de Pasto. Pero pueden haber sucedido varias cosas; usted está perdida producto de algún rayo de mi archienemiga Clara Ríos, que a última hora inundó estos parajes. —Súper, en ese caso ella es muy poderosa, estamos en una montaña, no me explico la razón de por qué el agua no se desliza colina abajo—, Mariana bajó del vehículo, colocándose una mano en la frente para que se le tapara el sol. —Esto es otra cosa, me parece que hace unos metros