El GRAN ALFA —Es increíble que sobrevivimos. —el capitán, se santigua varias veces, aún no cree lo que sucedió, todavía espera a despertarse en su cama, con su esposa o su amante, que le dirá: “tranquilo fue solo una pesadilla.” Pero el rostro que observa es del detective Das, quien le quita una mano de la boca, se la puso para evitar que gritara, y la otra con la que lo sostuvo para que dejara de luchar. Se limpia el sudor presionando fuerte y la cara le queda roja, con un suspiro le comunica: —Capitán, al parecer ya acabo todo, por favor tranquilícese, es probable que seamos los únicos sobrevivientes. Debimos de haberle hecho caso a las instrucciones de mi amigo, el guerrero de blanco, él nos sugirió que nos marcháramos. El capitán contempló el campo de batalla, el miedo y la tristeza