Capítulo 28. Lamento mucho haber dudado de ti cariño, lo siento de verdad. Leandro No veía las horas para volver a ver y sentir a Andrea y esperarla afuera de la universidad me hizo recordar momentos que había olvidado de mi vida, estaba nervioso no lo voy a negar, pero su recibimiento me tomó por sorpresa, y ¡que sorpresa! Tenerla en mis brazos después de estas dos semanas, era realmente lo que necesitaba, por eso no lo pensé más, la subí a mi auto y la traje a mi departamento, quería prepararle algo especial, beber un poco de vino y pasar una noche especial. Nunca pensé que llegaríamos a la hora en que la magia comienza a trabajar, y menos que Andrea sucumbiera a ella como lo hice yo, las luces de la ciudad encendiéndose la maravillaron tanto como lo hicieron conmigo la primera vez