EMOCIONES

1646 Words
No podía dejar de pensar en lo húmedo y suave que se sintieron los labios del Omega, tan jodidamente perfecto, sumiso y dispuesto. Había aprendido a conocerlo, Juno era bravucón, fastidioso y egocéntrico, jamás se dejaría tocar de un alfa y la idea de que se lo permitiese a él era una clara afirmación de que se sentía confiado a su lado. Quince minutos después, salió el duque Melhore junto a Rayan y un avergonzado Juno. La sangre de sus venas hervía bajo su piel de solo ver al odioso alfa dar un beso en el dorso de su Omega. ¿Desde qué momento empezó a considerarlo su Omega? No idea, pero posiblemente se negó a sí mismo desde aquel día que lo vio discutir en la cosaria. No era nada raro, Aixhad siempre tuvo sus amoríos ya sea con omegas o betas, más ninguno sobrepaso la línea de posición social y que un Omega rebelde lo desafiará le fascinó. Su primera impresión de Juno fue; atrevido, seguido por egocéntrico y claramente hermoso. Amaba ver ese entre cejo fruncido, le gustaban esos hermosos orbes celestes que lo miraban con desafío. Mierda, estaba más que perdido. Alzo la vista al Omega junto a su supuesto hermano y la bilis se le revolvió recordando años de amistad que estaba por echar al caño. Ambos alfa se conocían de años, más que amigos hermanos y joder que tuvo que escuchar años de habladurías de Rayan, como pudo haber Sido tan imbécil, Rayan le hablo de Juno por años y todo lo que él hizo fue burlarse. Ya se imaginaba la impresión de su amigo cuando se enterase. Tampoco es como si tuviera demasiadas ganas de ocultarlo, tarde, pero temprano Rayan se enteraría y arderá LEXUS, pero Juno será su cónyuge y punto. Era jodidamente estresante ocultar sus instintos bajo una mirada quieta y vacía, aún más cuando su alfa interior estaba deseoso de orinar sobre su Omega y marcarlo como suyo. —El día de hoy es la última práctica antes de la boda de la princesa —explica el Omega —Debo ir y practicar —termina de decir. Era temprano por la mañana y Rayan no estaba de buen humor, no quería abrumar Juno con su posesividad, no obstante había momento donde le era imposible ocultarlo. —Iras después —gruñe —Es temprano y no es bien visto que un Omega ande solo. Normalmente, Juno asistía acompañado de Noa, pero al comprometerse Noa tenía que pasar tiempo con su prometido. —Yo lo puedo escoltarlo —interrumpe —Mi labor como mediador ha culminado y claro está que mi primo se quedará con su Omega —explica —Yo debo regresar al palacio. Miente, no tenía ninguna labor programada, más le era agradable tener un momento a solas con Juno. —¿No sería una molestia para usted? —Juno era contestón, más delante de Rayan se sentía cohibido y prefería mantener la fachada de un noble. —¡Por supuesto que no! —sonríe el alfa demostrando sus hoyuelos —Será un gusto. Juno devuelve la mirada y Rayan de mala gana da su aceptación, Aixhad era su amigo y confiaba en él, más había una espina atorada en su pecho y empezaba a sangrar. Aun con todo se negó a intentar indagar, Juno era libre de elegir su futura pareja y claramente solo podría rezar a Meera para que no fuese su amigo. —¿Qué hace? —frunce los labios viendo al Omega tomar lugar en el puesto más alejado a él. —Tomo puesto, ¿No ve? Y aquí está de nuevo el gruñón y contestón Omega. —Entonces finges ser un respetado Omega delante de tu hermano —asevera con celos —No le parece doble cara. —¿Disculpe? —suelta un resoplido el Omega —¿Acaso me está montando una escena de celos? —Por supuesto que no —se escuda —Solo me es inapropiado. —Inapropiado es que un noble y heredero como usted cancele sus planes solo para venir a verme. El alfa alza la mirada encontrándose con los ojos desafiantes del Omega. —Tienes mucho ego —se repone —Más pierda un poco, he venido por mi primo. —Si usted lo dice, le creo su gracia —suelta una risa —Más déjeme aclarar que mantengo distancia por mi propia bien. —¿Por su bien? —cuestiona el alfa cruzando los brazos —¿Acaso piensa que muerdo? Esto desata unas miradas casi delictivas por parte del Omega. —Digamos que tengo mala experiencia con usted, ¿Lo olvida? —le recuerda. Aixhad termina por rendirse, era mejor aceptar la derrota, no quería que el Omega le restregara en la cara que estuvo por marcarlo y sobre todo ni siquiera lo pudo reconocer luego, era vergonzoso de aceptar. El resto del camino fue silencioso, más nada cómodo, estar en un lugar cerrado junto a un Omega que huele a pecado no era muy fácil. Le picaban las manos por hurgar su piel y se le tensaba el cuerpo solo de ver al Omega relamer sus labios, se imagina la imagen lasciva de esos carnosos y suaves labios envolver su m*****o. Juno no estaba de mejor o mejor dicho, de peor exageración hormonal, se sentía tenso y era aterrador, la manera tan ardiente en la cual el alfa lo hacía sentir no era de dios, no quería moverse, se sentía tan avergonzado, aún más sabiendo lo húmedo que estaba por tan poco. Fue el primero en saltar del vehículo, se despidió sin mirarlo a los ojos y antes de entrar al último ensayo se encerró en el baño, necesitaba un momento para calmarse y pensar con mente clara. Incluso llegó a pensar que estaba pasando por un momento de calentura, si lo miraba de esa manera era más creíble, en la tierra no tenía una vida s****l activa, más virgen no era y tal vez, solo tal vez extrañaba el sexo. ¿Sexo? Mierda, era tan estúpido que no lo había reflexionado cuando fue su último celo. Talvez hace una o dos lunas equivalentes a dos semanas o… Toma la pantalla móvil y ahoga un suspiro de agobio venda la fecha enmarcada, sacude su cuerpo con estrés. Sí, su celo se acercaba y solo podía pensar en lo horrible que será, no habrá dolor, ya su luna se eclipsó, sin embargo, está claro que el primer celo de un Omega wail después de eclipsar es casi insaciable, hay alguno que incluso deben visitar a un doctor por medicamentos más fuertes que un supresor normal y desde este celo es donde los juguetes sexuales se vuelven tu mejor amigo. La mera idea le revolvía la bilis ¿Y ahora qué? No podría cancelar su participación en la boda de la princesa Vanessa, más no quería un vergonzoso accidente y claramente si le contaba algo como esto a Rayan, este se negaría a dejarlo asistir. Suspiro, inhalo y volvió a suspirar sintiéndose agobiado, se lavó el rostro y salió más calmado, la instructora ya había llegado y no tuvo más que seguir con su rutina como normalmente. Por la tarde, se escabullo dejando el palacio sin ser visto, necesitaba ir a una farmacia o como le digan en este planeta. —Disculpe —le habla a una mujer mayor —Me podría decir dónde encontrar una… No sabía cómo explicarlo. —Donde venden fármacos. La mujer lo mira extrañada y si fuera un alfa posiblemente lo hubiera tachado de acosador. —Supresores —termina de decir con la vergüenza a tope —Donde comprar supresores. —Ahhhh —se ríe la señora. —No se compra chico hermoso, se receta por un médico. La mujer fue de mucha ayuda, pero ahora, como carajo hacía, tenía que ir con un médico para poder tener supresores, eso es incluso invasivo. Bueno, la verdad es que todos suelen tener médicos familiares o personales, y aún más extraño es que no se dan supresores sino estás en celo. —Pensé que estaba imaginándolo, pero que se supone que haces —habla Aixhad —¿Por qué preguntas sobre supresores en media ciudad? Que bien, la persona que menos deseaba ver aparece de la nada. —No es de su incumbencia alteza. —se niega a responder. No es como si Aixhad no lo sospechara, es un alfa y las feromonas del Omega están algo alteradas. —Ven conmigo —lo lleva arrastras hasta un amigo que es doctor. La consulta es básica, pero suficiente para que el médico le diagnostique unos supresores más fuertes. —Gracias Alan —dice el duque —¿Puedo contar con tu discreción? —Por supuesto, más debo admitir que no es recomendable que el chico pase su celo fuera de casa —recomienda. —lo tendremos en cuenta —afirma Aixhad, Juno lo espera en el auto y claramente se ve avergonzado, juega con las pastillas en sus manos. —Gracias por tu ayuda. —Deberías empezar a tomarlas desde hoy —dicta acomodándose para manejar —Es prevención. —¿Es normal que el heredero ande por las calles sin ningún guardia? —cambia el tema rápidamente —Digo no habrá alguna cámara oculta o sí. Juno mira a su alrededor y Aixhad arranca el automóvil de último modelo. —Pierde interés, aquí todos me conocen —Afirma —La prensa tiene un acuerdo conmigo. —¿Acuerdo? —Así es, yo les doy primicia y ellos, a mi libertad, es sencillo pero útil. Era un alivio saber que esto no se volvería un escándalo después. —Me llevas a la mansión, por favor. —No. —¿No? —No, mi auto, mis reglas ¿Quiere el joven acompañarme este día? Mala idea, más no tenía realmente una opción. CONTINUARÁ…

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