ENLAZADO

1724 Words
Para ser su primera vez fuera de la mansión, todo parecía muy tranquilo. Como mínimo, pasarían más de dos horas antes de que los sirvientes se dieran cuenta de su ausencia. Siguió el camino principal hasta llegar a una carretera. El cielo estaba pintado de un color rosado salmón y los discos de los satélites naturales adornaban el firmamento. Era un paisaje sin igual. Se preguntó a sí mismo si algún auto o alguna nave pasaría por el lugar; sin embargo, la carretera parecía estar de adorno, pues el verdadero tráfico estaba en el cielo. Algo frustrado, caminó por media hora hasta llegar a una estación de aerómetros. Subió sin saber a dónde se dirigía, y bajó en la primera estación para no alejarse tanto de la mansión. Algo interesante es que el transporte era gratis. Pasó su código de ciudadano implantado en el su brazo derecho y la pantalla anunció su perfil, dándole la bienvenida a la Ciudadela de Madfron. Lo que sus ojos observaron era otro mundo: grandes edificios alumbrados de colores neones, coches que volaban al igual que especies de motos y todo tipo de transportes. Con emoción recorrió la ciudad, probando diferentes tipos de comidas y frutas. Las miradas frustradas de los ciudadanos le dieron a entender su aspecto poco humilde. Rasgó su ropa tratando de aparentar ser un luxendiente más. Siguió caminando hasta que escuchó un ruido que sonaba fuerte en sus oídos. ¿Me estaré volviendo loco? Se preguntó a sí mismo. Lo que sus oídos escuchaban era música, pero no cualquier música; se trataba de música electrónica proveniente de la tierra. Siguió el sonido y descubrió un edificio de al menos cuatro pisos de altura iluminado por luces de colores neón y faroles que podían deslumbrar a cualquiera que los mirase fijamente. Entró y el ambiente era alegre, personas por doquier, bailando, escuchando música y bebiendo. Incluso pensó que había regresado a la tierra. El aire estaba cargado con feromonas almizcladas y se sintió drogado. Su cuerpo se estremeció y su mente se nubló, no de una manera mala o pesada, sino de una forma libre. Se relajó gracias a la endorfina y comenzó a moverse al son de la música. Aunque nunca había podido disfrutar de su juventud en la tierra, este planeta parecía algo divino y liberal, aunque, incluso aquí, tenía que comportarse según lo permitido. Ojalá pudiera disfrutar de una libertad sin restricciones. Había un aroma exquisito en el aire, diferente, fuerte y abrumador. Era delicioso, su instinto Omega le pidió seguir ese olor, necesitaba ver el rostro del alfa que emitía una feromona tan compatible con él. ¡Estoy loco, debería correr! Su mente era un caos, necesitaba ese olor, necesitaba ser envuelto en esas feromonas, pero su parte racional le pedía que escapara antes de correr algún tipo de peligro. Si ese alfa fuera compatible con él, lo más probable es que terminara perdiendo el juicio. Sacudió su cabeza, volviendo a la razón. ¡Debo salir de este lugar! Su pequeña aventura y momento de libertad habían culminado, era momento de regresar. Ese espléndido aroma a feromonas alfas seguía afectándolo, su cuerpo comenzó a arder y su líquido natural comenzó a mojar sus pantalones. Sin la fuerza de voluntad para cortar camino hacia ese aroma, embelesado se apoyó en una pared golpeando su frente contra ella, apretando los puños y enterrando sus uñas en su piel. "¿Algo no está bien?" Se preguntó mientras el cautivador aroma se acercaba rápidamente. ¡Huye! ¡Huye! "Maldita sea cuerpo inútil, reacciona, es momento de correr." Finalmente, cuando su cuerpo obedeció a su cerebro, se vio presionado contra la pared por unas manos que lo empujaron. La respiración agitada de un hombre y el desagradable olor a alcohol invadió sus sentidos. Ese hombre estaba rodeado de aromas desagradables y era una droga andante, no era necesario preguntar, estaba claro que se trataba de un alfa extremo. El hombre posó su aliento en su cabello marrón, sobando su nuca. Juno se estremeció y su mente empezó a delirar. Era totalmente jodido sentir deseo por un hombre del cual no había visto su rostro. Juno quería que ese alfa lo tocara, lo poseyera y lo hiciera suyo, pero su lado racional aún no había perdido el razonamiento: "No eres una puta, eres Juno Clrethf. ¡No te comportes como una puta!" Las manos gruesas y ásperas del alfa acariciaron su nuca, su cuello, su mandíbula, hasta llegar a sus labios carnosos. En ese momento, Juno ya estaba borracho con las feromonas alfas; su cuerpo ya no le pertenecía y obedecería cualquier cosa que el alfa le pidiera hacer. —¡Detente, detente, por favor!— intentó apelar a la razón del alfa, pero éste sólo dejó escapar un largo suspiro antes de clavar su rostro en el cuello de Juno. El hombre aspiró todo su olor como si estuviera drogándose con él. ¿Era extraño excitarse por esto? Su agujero comenzó a lubricarse en exceso y deseaba tener algo duro entre las piernas. Mientras el alfa seguía embriagado respirando su olor, lo impregnaba con sus feromonas alfas, tratando de reclamarlo como suyo. Los alfas poseen las glándulas olfativas en su cuello y en sus manos; sin importar dónde el alfa toque su cuerpo, este deja su rastro, un olor tan delicioso que anula todo razonamiento. Todo esto sintió el protagonista al momento en que sintió la lengua caliente del alfa rozar su nuca. Su vista se nubló y cayó en los brazos del alfa, quien lo sostenía con la intención de marcarlo. A pesar de la conciencia de que esto no estaba bien, el intenso placer impedía cualquier tipo de refutación. Fue entonces cuando las palabras de Noa resonaron en su mente y sintió el impulso de alejarse del alfa. Una vez que logró escapar, su nuca hormigueaba y ardía como si estuviera ardiendo en aceite. Al caer al suelo, hiperventilaba y su cuerpo temblaba pidiendo estar de vuelta con su alfa. Pero, afortunadamente, la marca estaba incompleta y él había investigado sobre este tema anteriormente. La única manera de anular una marca incompleta es manteniéndose lo más alejado posible del alfa en cuestión, siempre y cuando la marca no siguiera siendo alimentada con las feromonas alfas; eventualmente, ésta terminaría por anularse. Pero había escuchado que era doloroso a escalas mayores. No mintieron: el cuerpo se sentía adolorido y su cabeza ardía sin poder concentrarse en nada. Su nuca palpitaba y sus feromonas, que hasta ahora estaban en plena mutación, empezaron a desbordarse. Con tantas emociones envueltas en un dolor sin precedentes, su celular empezó a vibrar sin detenerse. Con las pocas energías que poseía, lo alzó solo para ver la llamada de Noa. Contestó y lo primero que escuchó fueron quejas. ¿Dónde estás? preguntó Noa, asustado de no verlo en su habitación. —¡Ven por mí!—dijo con una voz entrecortada y sin aliento. No pasaron ni dos minutos cuando Noa apareció en el aeromóvil. Dándose cuenta de lo que estaba pasando, amargó su rostro. Era el aroma de su hermano. Era reconocible: era una mezcla de feromonas alfas mezcladas con feromonas omegas. Era imposible reconocer a quién pertenecían dichas feromonas. Pero lo que más terror le causó fue la marca de unos perfectos dientes tallados con un dibujo en la nuca de su hermano. Tenía tantas preguntas. ¿Quién lo marcó? ¿Fue sin su consentimiento? Pero viendo lo vulnerable que estaba Juno, decidió guardar silencio. Al llegar a la mansión, tuvieron suerte de que no había nadie, excepto por uno que otro sirviente que, por suerte, eran betas. Subieron a su habitación y apenas quedaron solos, Noa corrió con apuro a desprender la ropa que inundaba la habitación con feromonas alfas. Lo llevó a la tina y lo ayudó a desprender las feromonas apegadas a su cuerpo. Sin embargo, por más que se limpió, el aroma que salía de la marca era imposible de borrar. Noa lo dejó solo en la tina mientras salió desprendido en busca de algo de información. Después de media hora regresó, lo ayudó a salir de la tina y lo envolvió en las sábanas. Le dio a tomar el doble de supresores. Esto lo ayudó con el dolor, según lo que había investigado, solo había una manera para terminar de anular una marca incompleta: dejar de alimentarla con feromonas, tanto las feromonas del alfa como las del omegas. Al tomar los supresores, sus feromonas se vuelven invisibles evitando alimentar la marca del alfa. Cuando Juno recuperó la conciencia, fue cuando empezaron las preguntas de Noa. —¿Qué fue lo que te pasó? Ese alfa te obligó. —preguntó con el rostro contorsionado. Sabía perfectamente que esto era más que complicado. Sin importar qué, nadie le creería que el alfa lo obligó. La marca o lazo es algo que une al omega con su alfa. Para que una marca se complete, ambos deben ser subjetivos al otro. Si un omega o alfa rechaza las feromonas del otro, es imposible que la marca se complete con éxito. Debido a esto, hay muchos matrimonios incapaces de completar su vínculo, ya que la mayoría de los nobles contraen matrimonio solo por deber y no por amor o compatibilidad. En todo caso, esta marca era la evidencia de compatibilidad entre el alfa y su omega. Juno no rechazó las feromonas alfas, por lo tanto, la marca se hubiera formado sin ningún inconveniente, excepto que este se alejó antes de completar el vínculo. Noa examinó la situación que se avecinaba. La confirmación del regreso de Rayan era inminente a menos de cuatro horas. ¿Cómo reaccionará Rayan al ver la marca de un alfa en Juno? ¿Podrá creer que fue sin su consentimiento o pensará que Juno es solo un puto omega que sucumbió a sus instintos? No sin importar qué pasará, ni Rayan ni Marlon podrían darse por enterados de esto. Actualmente, las feromonas de Juno estaban mutando. Solo necesitaba seguir tomando supresores hasta terminar la mutación de las feromonas. El cambio en éstas evitaría que la marca se completara, incluso si el alfa que lo marcó intentara alimentarlo con feromonas. Eventualmente, la marca se anularía y en menos de un mes se borraría por completo. Entonces, su hermano podría casarse y mantener su honor en orden. Continuará…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD