SABRÉ ENTENDER

2819 Words
NARRA AITOR —Lo estas mal acostumbrando amor —me regaña mi diosa. —No es una mala costumbre diosa, es un nuevo habito y vinculo que deseo crear con él. Así como lo he venido haciendo con su madre —mencioné rodeando su cintura con mis brazos pegándola a mi cuerpo y dándole un delicado beso en sus labios. Han sido las semanas más felices de mi vida. Estaba con la mujer que amaba y aunque aún no había hablado con mi familia, esperaba hacerlo pronto. Mi relación con Jia no tenía que ser un secreto, pues estaba más que orgulloso de llamarla mi mujer. —¿Y a mí en que me has mal acostumbrado? —me pregunta viéndome a los ojos. Muevo su cabello detrás de sus orejas, me inclino hacia una de ellas. —Hacerte el amor es un habito entre nosotros y estar dentro de ti en tu corazón y entre tus piernas es un vínculo. Mal acostumbrada estas a estar sin alguna de ellas ¿no? —susurré para luego darle un beso en el cuello y haciendo un camino con mi lengua hasta el lóbulo, lo tomé entre mis labios. Un gemido salió de los labios de mi diosa cuando una de mis manos viajó hasta sus glúteos y lo apretó. —Si, esto es culpa tuya. Nos estas mal acostumbrando a ti. ¿Qué pasara cuando ya no quieras estar conmigo? —dijo y nuevamente me dolía que pensara que solo la quería para pasar el rato. Tomé su rostro entre mis manos y la besé. Un beso para nada delicado era uno lleno de pasión y deseo. Agradecía que estábamos solos en mi departamento. No dije nada solo la levanté en mis brazos, sin dejar de besarla y la llevé hasta el mueble. —Tal parece que aún no te queda claro que te quiero para toda la vida —mencioné quitando cada prenda de su cuerpo con premura. —Aitor… —gimió. Sin darle tiempo a nada le di la vuelta para que se pusiera de rodillas sobre el mueble, sus manos apretaron con fuerza el respaldar del mueble. —Te quiero para toda la vida Diosa. ¿Qué no puedes darte cuenta de que soy feliz desde que llegaste a mi vida? —Entré con fuerza haciéndola gritar. Me percaté de que la sensación era mucho mas placentera y demonios que sabia el porqué. Era la primera vez que estaba con una mujer sin un látex entre nosotros y era la gloria. Me aferré a sus caderas y comencé a jugar con ella. Podía sentir sus paredes apretarme y no deseaba que este encuentro terminara tan pronto. Embestía rápido cuando la sentía llegar a su orgasmo. Me senté sobre el mueble y ella se sentó sobre mí. —¿Me sientes? —pregunté y ella asintió acercándose besar mis labios y cuello con ansiedad, sin dejar de moverse sobre mí. No podía resistirlo más, ver sus senos saltando frente a mí y mis manos sosteniendo su trasero era una imagen espectacular. Mi orgasmo se hizo presente con tal fuerza que abracé a mi diosa con fuerza y comencé a moverme yo más rápido. Podía sentir como su interior se preparaba para un nuevo orgasmo. Segundos después sus uñas se clavaron en mi pecho haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera liberándome en su interior. Ella dejó caer su peso sobre mi cuerpo tratando de recuperar el aliento. —¿Ahora si me crees que te quiero para toda la vida? Te regalé mi primera vez haciendo el amor piel con piel —ella levanto su cabeza de mi pecho y me miró con una sonrisa. —Lo siento si cada vez que lo digo te sientes mal, solo que entiéndeme. Las inseguridades y miedos siempre me harán creer o pensar que por mi edad no seré más que una compañera y tu aun tienes mucha vida por delante —me abrazó y sin verme a los ojos continuo—. Solo espero ser lo suficiente para ti siempre. —Eres más que suficiente para mí y así lo será siempre. Entiendo a la perfección lo que me dices. Es por eso por lo que deseo consentir a Tiam y Argus como si fueran míos. No son mi sangre, pero son una parte de la mujer que amo y amaré toda la vida —nos giré en el mueble y seguí besando sus labios. —A veces creo que eres un sueño y que eres producto de mi imaginación. No entiendo como un hombre como tú, a tu edad puede ser tan perfecto. —Pues, esa imaginación suya tiene muy buenos gustos —nos reímos y separamos porque debíamos a recoger a Tiam. Nos dimos una ducha y salimos de nuevo del departamento que se convertía en nuestro hogar, pues cada vez había más cosas de ella en este lugar. —Tienes razón —me dijo poniendo los botones de su camisa. —¿En qué nena? —Me estoy mal acostumbrando a ti. —No me hagas querer quitarte la ropa de nuevo, no tenemos tiempo Tiam nos espera para ir a su partido de soccer —ella asintió y una vez listos salimos del departamento. Con la pancarta que le había hecho a Tiam y a eso se refería ella cuando hace un rato me dijo que lo estaba mal acostumbrando a muchas cosas. Después de gritar y apoyar a Tiam el juego terminó. Habíamos ganados 6 a 3 con dos goles de Tiam y se debía celebrar con un helado de chocolate. Mi teléfono sonó y era mi madre, últimamente me llamaba muy seguido para indagar porque me había distanciado de ella. Le envió uno o dos mensajes cada uno o dos días. No sé, pero deseo hablar con mi padre primera sobre mi relación con Jia antes que con mi madre. Ignoré la llamada pues estaba con Jia y Tiam en este momento, le hablaría después. ¿Quieres que pasé por una farmacia? —pregunté y ella me miró frunciendo su entrecejo. —¿No tienes muchos en tu departamento? —dijo viendo hacia atrás confirmando que Tiam esta dormido. —Lo pregunto por lo que no nos cuidamos hace un rato —ella baja su mirada y aprieta sus labios. —No creo que sea necesario, cuando nació tuve una pequeña complicación. Tenía un tumor en uno de mis ovarios por lo que me lo quitaron, por su tamaño era muy peligroso. Afortunadamente fue un tumor benigno por lo que no había nada más que tratar o hacer. Me dijeron que posiblemente ya no podría quedar embarazada. Nunca me cuidé al estar con Andrew después de eso y no volví a quedar en embarazo. Por lo que creo que ya por mi edad y las palabras que me dijeron hace años no puedo tener hijos —confesó jugando con sus manos. Odio saber que su vida fue tan dura antes que yo llegará a ella. —Lo siento amor, no me lo habías contado —me disculpo al ver su carita un poco triste. —No es una conversación muy sencilla para mí porque no es algo que yo pueda cambiar o controlar. Fui madre de tres y con eso estoy más que contenta y agradecida —tomé su mano y dejé un beso en ella. Los llevé a la mansión del señor Romeo y cenamos como era ya una costumbre. Así fueron pasando un par de días hasta que se nos notificó del nacimiento de mis sobrinos. —¿No iras? —cuestionó y yo negué. —El cumpleaños de Tiam es en unos días y deseo hacer algo super especial para día. Tenemos una cita muy importante este fin de semana —le respondí a mi hermano Alan. —Sabes que a nuestra madre no le gustará para nada —comenta y asentí. —Nuestra madre tiene que entender que ya somos adultos y manejamos nuestra propia vida. Yo hablaré con ella, no te preocupes. —De tu relación con Jia, ¿Cuándo lo harás? Creo que ya has esperado mucho tiempo y si mi madre no lo sabe por ti sabes que es capaz de ocasionar la tercera guerra mundial. No le des más largas a ese asunto —me dijo y asentí. —Pienso hacerlo cuando vaya, no te preocupes —aseguré y el asintió. —Bueno, te veré el lunes —replicó. Alan iría ese fin de semana a conocer a nuestros sobrinos junto con Susy y Khoa. Nosotros iríamos a un lugar muy especial. Un compañero de la universidad me había conseguido pases especiales para entrar al campo de entrenamiento y poder ver a los jugadores del Manchester United; y a todos sus jugadores. Tiam era muy fan de ese equipo y esta seria parte de mi regalo de cumpleaños. —¿A dónde vamos? —preguntó Tiam curioso. —Es una sorpresa, enano, no comas ansias —comentó Argus a su lado. Justó cuando entrabamos al estacionamiento de dicho lugar. —¡Si, estamos donde entrena el Manchester United! —exclamó con emoción. Su cara de felicidad cuando entramos, la de todos, al verlo tan feliz y poder tener esta experiencia fue muy gratificante e inolvidable. Le había comprado una camiseta del equipo, la cual todos los jugadores firmaron para él. Mi diosa solo miraba todo con una resplandeciente sonrisa en su rostro. —¡Gracias, ¡Papá!! —gritó Tiam y por un momento mi corazón se estremeció al escucharlo mencionar esa palabra. Sin embargo, el abrazo que me dio fue mucho más abrumador. Me separé de él y le di un beso en la frente. —Para las que sea hijo —Pasamos un fin de semana como ningún otro. Por las noches siempre terminaba entre las piernas de mi diosa. Ella se había convertido en mi todo, tal como lo anhelé desde hace dos años. —¿Cuándo te iras? —me pregunta mi Diosa en mi pecho. Después de ir a dejar a los chicos a la escuela ella se vino a mi departamento y como siempre terminábamos en nuestra cama. —Ya reservé un vuelo para pasado mañana —comenté ignorando mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón. —¿Estas listo para hablar sobre lo nuestro con tus padres? —cuestionó y su pregunta me dio ansiedad por un momento. —Estoy seguro de que no será fácil de asimilar para ellos, pero eventualmente tendrán que aceptar que te amo y que quiero estar contigo —asintió. —No también creo eso, me preocupa lo que tu madre pueda pensar. Mas cuando ella sabe todo mi pasado y fue un gran apoyo los primeros meses en mi terapia. Cuando nació Khoa conocí un lado de ella que es el que me aterra en este momento —comentó y lo recuerdo, fue cuando mis padres le pidieron que se llevará a Khoa con ella. —Mi madre puede ser complicada a veces, y pueda que esto no le agrade; pero tendrá que aceptarlo tarde o temprano —dije dándole un beso en sus labios. El timbre del departamento sonó y me tensé por un momento. —Iré a ver quién es —mencioné y ella asintió cubriéndose con la cobija. Rápidamente me coloqué algo de ropa y me llenaba de ansiedad de saber quién toca a mi puerta a esta hora de la mañana. Ya que no era ni medio día aquí en Londres. Abrí la puerta y casi sufro de un colapso al ver que se trataba de mi madre y de mi traidor hermano Alan. —¿Podemos pasar? —preguntó mi madre con una sonrisa y podía sentir todo mi cuerpo hervir. Estaba furioso con Alan. ¿Cómo demonios no me aviso que venía con mi madre? Y no desde hace un rato que mi teléfono suena. Pudo habérmelo dicho antes de subirse en el puto avión. —Ya que no te dignas en ir a visitar a tu madre. Tu madre tuvo que venir a visitarte. Además, estoy segura de que tienes una relación o pareja y no me lo quieres decir. Así que, aquí estoy para que me presentes a la afortunada —dijo ella caminando hasta la sala. No pude controlar la manera en cómo salieron mis palabras, pero con el hecho de saber que mi diosa estaba aquí, se complicaba todo. —¡Ya te dije que dejes de meterte en mi vida mamá! ¡Ya no soy un niño! —exclamé con molestia. —¿Por qué es tan malo decirme si tienes o no una relación? ¿Por qué escondes a esa persona? ¿Con quién estás saliendo? —cuestionó. —Conmigo Cecilia, Aitor está teniendo una relación conmigo —escuché a mi espalda y sentía que un frio recorría todo mi cuerpo. No, así no debieron de ser las cosas. —¿A qué te refieres al decir que mi hijo está en una relación contigo? ¿Acaso te volviste loca Jia? —cuestiona mi madre y se sienta pesadamente sobre el mueble viéndonos a ambos. —Lo que escuchaste Cecilia, tu hijo y yo comenzamos hace muy poco una relación. Después de estar en años de negación y peleando internamente entre prejuicios y discrepancias de la sociedad. Me atreví a darle una oportunidad a los sentimientos que tu hijo me hace sentir —responde mi diosa. La verdad es que en ese preciso momento, estaba pensando en que hacer o decir, pero la reacción de mi madre rebasó cualquier escenario que me había imaginado. —No, no, ¡No! ¡¡No!! ¿Como puede ser posible? Aitor es un niño Jia. Eres la suegra de mi otro hijo. ¡La abuela de mi nieto! ¡¿Que mierda te pasa Jia?! —grita mi madre viniendo hacia ella y le propina una cachetada. Maldije al estar tan lejos de ellas. Caminé hasta ponerse entre nuestra madre y Jia. —No le vuelvas a pegar mamá. Amo a Jia desde hace mucho tiempo, desde que la conocí en el hospital cuando nació Khoa. Creí que solo era atracción s****l y porque ella era una mujer muy bella, pero no fue así. He pasado estos años amando a escondidas a Jia, conociendo todo de su vida, sus hijos. También me di cuenta de que es una mujer increíble, con un corazón de oro —confesé y mi madre comenzó a reírse. —No me vengas con esas mierdas Aitor, tú eres un niño que todavía no sabe lo que quiere. ¿Cómo me vas a venir a decir que amas a Jia? Todavía no eres lo suficientemente maduro como para poder estar consciente de una decisión como esta —Estaba por hablar cuando de nuevo el teléfono de mi madre sonó. Alguien la llamaba insistentemente, no era la primera vez que sonaba. Ella dudo, pero de igual manera contestó ante la insistencia. Al llevarse el celular a la oreja su semblante molesto y desafiante cambia por uno completamente preocupado. —Luz, cálmate, así no puedo entender nada de lo que me estás diciendo —menciona caminando hacia el otro lado del departamento. Mi mirada va hasta mi diosa, quien se limpia una lagrima que baja por su mejilla. —Ahorita mismo salgo para allá. —¿Qué sucede mamá? —Interroga Alan, pero esta lo ignora, al mismo tiempo que avanza a tomar la maleta, para luego caminar hasta la puerta. Ella me mira con molestia y suelta. —Esto no termina aquí —la puerta se cierra y quedamos nosotros dos solos y todo el enojo y frustración volvió a florecer. —No debiste haber salido de la habitación. ¡¡No debiste hacerlo!! ¡Mucho menos enfrentarte a mi madre así! No era el momento y tampoco manera de hacerlo. Míranos estamos a medio vestir y ella no tenía que vernos así. —Pensé que te estaba ayudando al hacerlo… —¡Pero no me ayudaste, todo lo contrario! ¡Lo jodiste todo! —justo en ese momento las palabras que acaba de decir hicieron eco en mi mente. Su cara de sorpresa ante mis gritos y palabras me perforaron el corazón. Me quise acercar ella y retrocedió. —Entiendo que en este momento estes molesto, pero no te da derecho a hablarme así. Háblame cuando estes más tranquilo, si no lo haces no te preocupes, sabré entender —caminó a buscar su cartera y sus zapatos para luego salir del departamento. Dejándome completamente aturdido por lo que acaba de pasar con mi madre y hacerle a mi mujer. Mi teléfono sonó en mi habitación y fui hasta él. —Te quiero en casa o atenté a las consecuencias, Aitor. ---------------------- Copyright © 2023 Valery Archaga Todos los derechos reservados. Obra protegida por Safe Creative bajo el número 2307154839257
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD