Likan.
Anda con un conjunto de ropa interior roja caminando por todos lados mientras limpia todo el enchastre que hicimos, obviamente la ayudé corriendo las cosas y hasta llevé las sábanas usadas al lavadero, pero cuando me dijo que ella seguía me metí al baño, y aunque no es de encaje ni mucho menos es un fuego mi mujer, es ropa interior deportiva que le sienta bien, me la imagino entrenándola con ese conjunto, pero que no haríamos ni dos series de pesas que ya lo mandaría a la mierda agarrándola para mí solo.
—Li. —desde el baño la miro.
—Woouuu. —me enjuago la boca y sonrío de lado haciendo que se ponga roja.
—Tenemos un problema.
—Sí. —la recorro lentamente—. Lo veo.
—Hablo en serio Likan.
—Bien. —siento a mi amigo agrandarse sin mi autorización—. Dime que pasa.
—No hay agua.
