Capítulo 11

748 Words
  De repente, su visión comenzó a nublarse.   "Maldita sea, creo que me han drogado".   En ese momento, Natalie recordó la copa de vino que le había entregado alguien del grupo que le pidió cantar.   Este hombre debe tener un gusto extremadamente peculiar.   ¡Aún cuando ella se desvivió por tener una fea apariencia, se atrevió a drogarla!   Natalie se tambaleó y casi perdió el equilibrio, por lo cual, instintivamente quiso aferrarse a algo.   Siendo Tobias quien estaba frente a ella, se abrazó a él repentinamente y se tranquilizó un poco al sentir su aroma de menta, frío y limpio.   Cuando levantó la vista, se encontró de frente con el rostro del hombre.   "No, no te voy a abrazar. Tú eres una mala persona", gruñó Natalie para luego soltarlo, y caer al suelo.   Ante sus palabras, frunció ligeramente el ceño, pero pronto pudo notar que ella estaba drogada.   Sin embargo, aunque no le gustara la mujer que tenía delante, no era una opción dejarla tirada en la calle luego de haber sido drogada.   Así, mientras pensaba en cómo ayudarla, vio que había un hotel al lado del bar, el Hotel Prettaunt.   Por lo tanto, recogió a Natalie, quien continuaba aturdida, y se dirigió al lugar de hospedaje.   Cuando la joven recepcionista lo vio entrar para reservar una habitación, la euforia brilló en sus ojos.   "¡Qué chico tan guapo! La suerte me acompaña como para encontrarme con una joya tan rara", murmuró.   Al mirar a Natalie siendo abrazada por aquel bello chico, sintió celos y odio hacia ella.   "¿En qué clase de mundo vivimos? ¿Acaso este chico tan guapo es novio de la chica bestia?", se preguntó confundida.   "Por favor, ¿podría reservar una habitación? Sé que necesitas alguna identificación, pero mi asistente le enviará el carnet más tarde".   El hotel necesitaba verificar su identidad antes de que pudiera reservar una habitación, pero era imposible que Tobias lo registre a su nombre; lo único que ocasionaría sería una gran polémica.   Su petición iba, sin duda, en contra de las normas, pero a la joven recepcionista le resultaba difícil resistirse ante su atractivo aspecto físico y sus imponentes modales, así que procedió a arreglar una habitación rápidamente para él.   Tras recibir la tarjeta de la habitación, llamó rápidamente a Benjamin.   "Sr. Whitlock, estoy en el bar con Lee".   "Está bien, puedes acompañarlo ahora que tuve que retirarme. Estoy en el Hotel Prettaunt y quería pedirte que me envíes tu carnet de identidad después, lo necesito para reservar una habitación aquí".   Una vez colgado el teléfono se dirigió al ascensor cargando a Natalie, y al estar adentro juntos, ella no paraba de girar en sus brazos.   Cuando él abrió la puerta de la habitación, quiso arrojarla sobre la cama.   Mas, ella se aferró a él como si fuera un koala.   "Natalie, suéltame", dijo Tobias con calma.   "No, no quiero. Tu cuerpo huele tan rico". Natalie puso sus brazos alrededor del cuello del hombre.   "¿Acaso eres un ángel? ¡Dios, eres tan guapo!", añadió ella encantada.   Mientras miraba el apuesto rostro que tenía delante, una ráfaga de pasión volvió a invadir a Natalie.   "Mmm, hace mucho calor", murmuró.   El hombre se dio cuenta de que el cuerpo de Natalie estaba anormalmente caliente.   "Tus labios se ven deliciosos, ¿me dejas probarlos?", dijo ella junto a una pequeña risa coqueta.   La chica que tenía en sus brazos estaba a punto de besar sus labios, pero cuando vio una enorme boca roja como el trasero de un mono acercarse, frunció el ceño, e involuntariamente, él extendió su brazo para apartarla.   Como resultado, ella se lanzó hacia adelante, y mientras luchaban, Tobias resbaló y ambos cayeron sobre la cama.   El hombre quedó completamente tumbado en la cama, mientras que Natalie estaba sentada sobre su cintura.   "¡Estoy montando a caballo! ¡Qué emoción!", sonrió Natalie alegremente, para luego palmear fuerte la cintura del chico.   Los ojos de Tobias se tornaron serios.   "Maldita sea esta mujer...".   "¡Bájate!", le ordenó con rigor.   No obstante, la respuesta de Natalie vino acompañada de un gemido; "¡Hace tanto calor!".   Acto seguido, frotó su cabeza contra Tobias, lo cual la hizo sentir mucho más cómoda.   Con la mujer tan cerca a él, su respiración se volvió repentinamente más agitada.   Sintió que no era normal que se interesara por una mujer vestida de forma tan extravagante, incluso descabellada.   Con todo, se dio la vuelta y atrapó a Natalie bajo su cuerpo.
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