Al día siguiente, Emmett y yo entrábamos a la sala de reuniones donde ya nos estaba esperando Adrien, y este sonrió aliviado al vernos llegar juntos. —Buen día, ¿qué tal se encuentran? —saludó animado. —Pues... Elliott hizo hoy su numerito de “No me importa si lo comía antes, no pienso probar esa avena”, mientras desayunábamos —respondí con una mueca. —¡Ah! Su show favorito —comentó Adrien sonriendo. —Y sin duda el que mejor tiene ensayado —intervino Emmett, aunque no supe si su sarcasmo iba a modo de crítica o de broma. No importaba cuánto avanzábamos nosotros, ese tema siempre sería el más delicado. —Es que ese niño es una estrella, es como si tuviera el temperamento de "Alien y Depredador" al mismo tiempo. —Sacudió la cabeza riendo—. Pero claro, si... Adrien amagó con alzar sus ma