En el bar donde estaba Lucí y Kenia.
—Acéptame una copa de whisky, estoy flechado con su belleza Lucí— Dijo Alexis tratando de conquistarla.
—¡Tanta insistencia! Esta bien, acepto la copa de Whisky— le respondió Lucí sin mas remedio para quitárselo de encima.
—Ayón los dejare solos— Dijo Kenia mientras se alejaba y me hacía un gesto de que se iría y que la llamara luego, ¡Ella simplemente estaba loca!.
—Me alegro que tu amiga nos haya dejado solos porque así te conozco mejor— Dijo Alexis con su segunda intención.
—Me hubiera gustado que ella se quedara— Le respondió Luci sin pelos en la lengua.
—¡Eres muy directa! Pero así me gusta, háblame de ti, cuantos años tienes?— Preguntó el con mucha curiosidad.
—Confórmate con saber que soy joven—
—¡Uy! Tienes pareja?— Hizo la pregunta que tanto le interesaba antes que todo.
—Si tuviera pareja créeme no te hubiera aceptado ni por rogarme una eternidad— le respondió con mucha seriedad.
—Eres muy interesante y eso me gusta, yo también estoy solo y me gustaría pasar ratos con alguien pero por supuesto sin compromiso y que sea secreto, sería solo para darnos cariñito— Le dijo Alexis mientras tomaba su copa de whisky.
—No soy la única directa aquí, lamento decirte que no ando buscando lo mismo que tú— le respondió Lucí riendo casi a carcajadas.
—Y por qué te ríes? Te propongo que seamos amigos con beneficios, hace mucho que no tienes pareja y yo puedo ayudarte con eso, en realidad nos ayudaríamos mutuamente— Dijo Alexis para convencerla de lo que decía.
—Nada mal pero yo no busco juegos de muchachitos, yo busco algo más serio—
—Yo podría ser tu serio secreto, para que veas que soy muy light puedes hacer tu vida con quien quieras y el día que encuentres a alguien me lo dices y ya— Dijo Alexis con mucha insistencia.
—Jaja pero que negociante eres, entonces sería solo una mera cuestión de un buen sexo?— Preguntó Lucí con naturalidad, sin mostrar ningún tipo de evidencia de que había nervios.
—Exacto, no te vas arrepentir lindura— Le respondió él mientras tomaba de la mano a Lucí salían del bar en el auto deportivo de él.
Unos minutos después llegaron a un hotel de lujo, tan pronto entraron él la tomó y pasaron la noche juntos.
Al día siguiente…
Preparé temprano el desayuno para Todos, quería desayunar junto a Peter.
—Buenos días mamá— Dijo Cristian mientras ame abrazaba y daba un beso.
—Buen día mi niño, toma asiento para que desayunes— Le respondí muy cariñosamente.
—Buenos días— Dijeron Peter y Elizabeth mientras tomaban asiento.
Unos minutos después Lucí tomó asiento en el comedor.
—Hermanita te fue muy bien anoche al parece— Le dije riendo.
—Se me pasaron las copas pero luego hablamos porque voy tarde al hospital, voy a tomar una manzana para comerla por el camino— Dijo Lucí mientras se levantaba y se iba del comedor.
—Papá, mamá hoy es la reunión en mi colegio— Dijo Cristian mientras comía su plato de frutas.
—No lo hemos olvidado mi niño, iremos juntos llevarte al colegio— Le respondí con ternura.
—Espero que Cristian no haya hecho algo malo— Dijo Elizabeth mientras tomaba su taza de café.
—No abuela, me porto muy bien y hago todas mi tareas— Le respondió Cristian con educación.
Unos minutos después salimos al colegio de Cristian, al cabo de unos veinticinco minutos llegamos a la oficina de la directora.
—Directora buenos días— Dije tan pronto entré a la oficina.
—-Buenos días señores Smith, es un gusto saludarlos— Respondió la directora mientras se ponía de pies para extendernos la mano.
—El gusto es nuestro, digamos por favor qué pasa con Cristian?— Preguntó Peter ansioso.
—En realidad no soy yo la que desea hablar con usted, si no el entrenador— justamente al pronunciar esas palabras el entrenador entró a la oficina.
—Buenos días señor y señora Smith, mi nombre es Edwin y soy el entrenador de fútbol del colegio — Dijo el mientras se ponía al lado de la directora.
—Ahora si que no entendemos, qué pasa?— pregunté con un poco de nervios.
—Seré directo, su hijo Cristian es un niño de siente años, tiene un potencial increíble para el fútbol, la academia de fútbol de alto rendimiento le gustaría reclutarlo, ahí lo educará, darán sus clases y será perfecto para el, el único detalle es que esto es en España— Concluyó diciendo el entrenador.
—Nunca he estado tan lejos de mi hijo— respondió Peter mientras se levantaba de su asiento.
—Este es el sueño de su hijo a temprana edad, créame que no se arrepentirá, además es una academia de mucho prestigio, su hijo estará bien cuidado— Dijo el entrenador.
—Amor nunca he estado lejos de Cristian pero siempre dijimos que lo apoyaríamos en lo que sea necesario y en lo que él desee. Así que me gustaría que viniera y le preguntemos que él quiere, que te parece?— Le dije estas palabras pero llena de nervios desde la cabeza hasta los pies.
—Me parece bien, se que está muy pequeño pero estaría bien cuidado ahí— Respondió Peter.
Después de unos minutos Cristian llegó a la oficina de la directora.
—Hola— Dijo Cristian tan pronto entró.
—Hijo tú madre y yo queremos preguntarte algo— le dijo Peter con sus ojos casi llenos de lágrimas.
—Papá, mamá si quiero, me gusta el fútbol y quiero ser profesional pero también jugar en las grandes canchas— Dijo Cristian dejándonos helados a ambos.
—Pues no se hable más, nosotros te dejaremos ir— le respondí con mis ojos llenos de lagrima.
—Entrenador y cuando se tendría que ir?— Preguntó Peter.
—Dentro de una semana, ustedes pueden. Ir con al llevarlo ya además pueden visitarlo cada vez que quieran—respondió el entrenador.
—Por supuesto que lo llevaremos— Respondió Peter.
—Hijo ve a tu aula, vendré por ti como siempre— Le respondí con el corazón estrujado.
Peter y yo no podíamos creer la decisión que tomamos a muy temprana edad para nuestro hijo pero queremos que haga lo que a él más le gusta y estamos dispuesto a apoyarlo en todo.