Noah miraba embobado a la hermosa morena que acaba de entrar, era simplemente perfecta, pero lo que más llamó su atención fue su color de ojos, de un azul oscuro, sólo los había visto una vez en la vida y eso había sido hacía muchos años.
Sus miradas se encontraron y algo había despertado entre ellos.
—Bueno, ya estamos todos — dijo Sander levantándose de su asiento. — Bienvenida señorita Taylor. — Sander le señaló su asiento y ella se dirigió a él para luego sentarse.
—Gracias señor Rush.
—Papá, no nos había dicho que las nuevas socias estaban más que hermosas — dijo Jack, ganándose la mirada de Millie y Elena, Noah miraba a ambas mujeres y sí, su hermano tenía razón ambas mujeres estaban muy guapas, pero la señorita Taylor era una perfección andante.
—Jack, compórtate — dijo dándole a su hijo una mirada severa.
—No dije nada malo y tampoco les he faltado el respeto. — Millie lo miraba sin parpadear. Había aprendido a mantener la mirada a un hombre y también a ser el deseo en ellos y eso tenía Jack Rush en ese momento, pero simplemente pasó de él y miró a Sander.
—Bueno, chicos quiero presentarles a Millie Taylor, Elena Davis las nuevas socias, chicas, les presento a los socios Samuel Rush, mi sobrino, a Noah y Jack Rush, mis hijos, y por supuesto yo también. Por el momento solo quisimos añadir dos socios a esta empresa, aún no sabemos si más adelante añadiremos más o sólo seremos nosotros seis. La empresa estuvo apunto de venirse abajo hace diez años — ese comentario hizo que Millie frunciera el ceño, algo que Noah notó ya que no había quitado su mirada de ella.
—¿Por qué estuvo apunto de quedar en quiebra? —Millie no podía quedarse callada.
—Esta empresa no la cree sólo señorita Taylor, mi mejor amigo Ethan Heard, pero al parecer el hombre quiso más e hizo un gran robo en la empresa — Millie estaba apunto de levantarse y gritar que eso era mentira.
—¿Dónde está ese hombre ahora? — preguntó con tono de voz sumamente frío.
—Mi amigo Ethan tuvo un accidente muy trágico con toda su familia, pero aunque nunca pudo limpiar su nombre creí en él hasta el último minuto. — Millie lo miraba sin pestañear, quería decir tanto y no podía. — Ahora, Elena aparte de tus acciones serás la encargada de las relaciones públicas, eres increíble en eso. Millie, tú serás la encargada de la imágen de nuestra empresa, de los contratos e ideas para salir adelante, déjame decirte que me sorprendiste mucho con tu curriculum, nunca habían visto a alguien tan preparado como mi hijo Noah, por eso es que trabajarás junto a él.
—¿Qué? — Millie no podía creer lo que oía y sin poder evitarlo su mirada buscó la de Noah y algo en ella se removió. —Nunca me dijeron que tenía que trabajar junto a alguien.
—¿Le molesta? — preguntó Noah mientras se cruzaba de brazos, acto que Millie imitó.
—No, porque ya el señor Rush me había dicho que en la empresa todos ayudaban a todos, lo único es que no me dijo, es que exactamente mi trabajo también lo haría otra persona. — Millie miraba a Noah sin amedrentarse, aunque esa mirada le revolvía el estómago.
—No se preocupe Millie, verá que todo irá super bien.
La reunión se extendió por una hora y media más, dónde Sander mostró las finanzas de la empresa y les enseñó cómo trabajaban.
En cuanto salieron Millie se dirigía a su oficina cuando Noah la alcanzó.
—¿Crees que tengas tiempo para que vayas a mi oficina? — ella lo miró con una ceja levantada.
—¿Se puede saber para qué? — Noah era un hombre muy analítico, sabía que algo tenía que haberle pasado a aquella mujer hermosa, para que fuera tan fría, incluso más que él.
—Claro, trabajo, ¿No es para eso que estás aquí? Te espero en quince minutos. — no espero respuesta y se marchó, Millie no pudo evitar que su mirada recorriera la espalda y las nalgas de aquel hombre, simplemente era más que perfecto a simple vista.
En cuanto Millie llegó a su oficina llamó a Bob, él era el único que podía averiguar más que ella.
—¿Cómo ha ido todo? — preguntó en cuanto contestó.
—Dicen que mi papá fue el que robó mucho dinero, además que toda su familia murió en un accidente trágico. Quiero que averigües todo respecto a eso.
—Eso es imposible, Ethan no le robaría nada a nadie.
—Sabes, Sander dijo que él confío en mi padre siempre, hasta el último momento creyó en él, pero que nunca se pudo defender.
—Maldito mentiroso. Todos deben de saber qué fue lo que pasó.
—Eso mismo pienso yo.
—¿Ya sabes por cuál Rush vas a ir? — Millie cerró sus ojos e inevitablemente la imagen de Noah llegó a ella, sabía que eso era peligroso.
—Por Jack. — dijo al saber que era lo mejor y lo más seguro.
—¿Segura?
—Muy segura. Ahora te dejo, tengo que trabajar.
—De acuerdo. —Bob cortó y Millie suspiró. Debía enfrentar su nueva vida.
En cuanto llegó a la oficina de Noah, Dakota la dejó entrar, él se encontraba de espaldas a ella hablando por celular y no habían notado la presencia de ella.
—Esta noche me parece bien — decía él a quien sea que estaba al otro lado de la línea — sabes muy bien que puedo hacerte correr más de tres veces. Y recuerda nuestro trato. — cortó y se giró al ver a Millie detrás de él no pudo evitar poner cara de asombro incluso se sonrojó, había olvidado por completo que le había ordenado a Dakota que en cuanto llegara la señorita Taylor llegara la dejara entregar.
—Lo siento, no fue mi intención. — Millie asintió.
— No sé preocupe señor Rush, solo debería tratar de tener más cuidado o si quiere tener llamadas personales, debería cerrar con llave la puerta, ¿ahora para que me hizo venir? — Noah estaba más que asombrado y Millie aunque no lo admitiria se sentía excitada