—Este vestido te queda perfecto y te hace lucir hermosa y sensual pero creo que por ahora ya no lo necesitamos. — le dijo mientras recorría su espalda desnuda y llegaba al pequeño zipper el cual empezó a bajar, luego le soltó el botón que tenía detrás del cuello, para al fín deslizar el vestido lentamente por los hombros. A pesar de estar prácticamente desnuda no sintió vergüenza, amaba y confiaba en Noah a un nivel máximo, ya que todo este tiempo atrás él se había sabido ganar su confianza, con su forma de ser tan dulce y especial, sabía que su caballero estaría siempre par y para ella, por lo que dejó que él prácticamente se la comiera con la mirada. —Definitivamente eres perfecta, ¡Dios Ricitos! Eres una diosa, tu cuerpo es fantástico, eres un ángel — se acercó hasta ella y con sus ma