Capitulo 3: Mi versión de las cosas

2429 Words
TOMAS ALLEN Son las 4 p.m., llevo un tiempo en la entrada esperando a que ella aparezca. Necesito hablar con ella. La última vez que la vi, fue hace 6 años. Mi nombre es Tomas Allen y de seguro están pensando en que soy el desgraciado más grande del mundo. Y tienen razón. Verán, mis padres son políticos, así que desde siempre he estado acostumbrado a hacer lo que quiero y nadie se puede meter conmigo, porque mi familia tiene mucha influencia. Debo admitir que en mi adolescencia fui un total cabrón y que me porte como una mierda con todo el mundo. Principalmente con ella. Con el paso de los años y muchas sesiones de terapia - aunque me duela el orgullo admitir- logré comprender todo el daño que le cause. He pasado noches de insomnio desde aquel día, pensando en como remediar el pasado. — Se lo que estás pensando hacer Tomas, y de una vez te advierto que no te acerques a ella. Suficiente daño le has hecho y no permitiré que lo arruines todo de nuevo. Hoy pude notar cuanto le afectas aún— La voz pertenecía al profesor Richard Lewis — Sólo quiero hablar.— Contesté — No, no te estoy preguntando. Te estoy exigiendo que la dejes en paz. Ya suficientes problemas a tenido en su vida por tu culpa. Además, me lo debes. — Si claro— Bufé. Carajo, con él tío Richard sobre mí todo el tiempo será imposible acercarme. Ya algo se me ocurrirá. Necesito saber que es lo último que recuerda del accidente. ______________ Seguro les sorprende saber que el profesor de "ética" tiene un sobrino tan poco "ético". El es hermano de mi madre, cuando las cosas con Antonella se salieron de control, tuvieron que mandarme con el tío Richard. El personalmente fue a Seattle por mi. Para ser mas exacto, mi madre lo obligo a que fuera mi sombra en el colegio y si yo no me comportaba, entonces me traería consigo a Michigan. Se que tienen muchas dudas sobre que es lo que sucedió al respecto. Bien, desde mi punto de vista trataré de contarles como fueron las cosas. Aunque ahora me mata la vergüenza por las cosas que hice. Era un chico estúpido...Bastante, de hecho. Flashback Yo era un bravucón desde la secundaría, me sentía el rey del mundo humillando a los más débiles. Y asi siguió hasta la preparatoria porque sabía que tenia inmunidad por ser quien era. Cuando anunciaron que la escuela implementaría un programa de inclusión para los neos, yo estaba feliz, porque sabía que tendría nuevas víctimas para molestar. Ya fueran chicos o chicas. Había pasado una semana desde el comienzo de las clases, molestaba a algunos chicos, pero no era suficiente. Me fije en una chica de primero, era menuda, bajita y tenía senos un tanto grandes para su pequeño tamaño y su cara de muñeca...Se veía mucho menor de lo que era. Era bonita, no había duda, intente acercarme a ella, una alarma sonó. Y me quede quieto, la deje pasar. Era una neo. La observe más detenidamente y vi que el grupo de bravuconas de segundo ya la tenían de blanco de sus ataques. No hice nada. ¿porqué arruinarles la diversión? Al siguiente día escuche que las chicas planeaban hacerle una maldad a lo "carrie". Me pareció gracioso en un principio, pero yo también quería divertirme con ella. Desde que la ví por primera vez, comencé a tener extraños sueños que me despertaban con la polla dura en las madrugadas. Eso no me había pasado antes, y me intrigaba, ¿Porqué ella? ¿Será por lo pequeña que parece? Yo mismo me reproche eso. Sonaba como un maldito pedófilo. Traía eso en mente, cuando escuche a una chica del grupo de "Troncha toro"(la líder de las bravuconas) decir que ya era hora de la "operación carrie" Y como si el diablo me hubiera susurrado un plan al oído, comencé a seguir a la chica, no sabía su nombre. Así que la acose y le empecé a decir cosas estúpidas por todo el pasillo. Cosas como "tienes unas tetas muy grandes" "deberías de hacerme un oral" y ese tipo de cosas. No se porque lo hice, pero de alguna manera, quería frustrar los planes de las bobaliconas. Ella solo me ignoraba, comencé a notar que todos nos observaban, si no actuaba rápido, todos dudarían de mi reputación. Y mi ego era demasiado grande para dejarlo pasar. La jale del cabello y la metí a un armario tapándole la boca con mi mano. — ¿Te crees muy lista mutante?— Le dije mientras acercaba mi boca a su oído, podía sentir su cuerpo estremecerse y eso me excitó — Haré de tu vida un infierno si no te vuelves mi mascota ¿me oíste?— El tono de mi voz sonó realmente amenazador, pude sentir como temblaba, sus ojos estaban dilatados, parecía un cachorro asustado y entonces vi como sus ojos y su cabello cambiaban de color. La miré fascinado y la apreté más contra la pared. — Vaya, pero mira¿ Qué tenemos aquí? Tenemos a una camaleónica. Será divertido darte un follón de vez en cuando, con tu cabello cambiante será como cogerse a alguien diferente cada vez.— esbocé una sonrisa maliciosa y ella se puso más nerviosa. Había comenzado a lloriquear y yo seguía tapándole la boca con una mano, mientras que no pude evitar quedarme con las ganas de tocarle un seno. La campana de inicio de clases sonó y tuve que detenerme. — Ni una palabra de esto a nadie, ¿Me oíste? O te irá peor— Decía mientras abría la puerta del armario y salía dejándola sola. Las chicas de troncha toro me miraron al girar la esquina, estaban molestas porque frustre su plan del día. Me acerqué a ellas de forma intimidante y vi como todas tragaban saliva y bajaron la intensidad de sus muecas de odio y desagrado. Me acerqué a su líder y le dije — Amanda, quiero dejarles a todas una cosa bien en claro. Esa chica neo de cabello cambiante desde hoy es mi nueva mascota. ¿Entendiste?— Ella solo rodó los ojos e hizo una mueca. — Te pregunté, ¿Entendiste? — Fuerte y claro guapo. Pero nos arruinaste la diversión a todas. — No te preocupes, aquí tengo algo que las recompensará— Señale hacia abajo en mi pantalón. Había quedado muy excitado al estar con la chica neo y necesitaba con urgencia una ayudita. Ella me miró pícaramente. — Eso no será suficiente cariño. Le mostré una bolsa con marihuana que tenía dentro de mi chaqueta. Ella sonrió grandemente y le hizo señas a sus secuaces. Todos nos fugamos de la escuela para ir a mi guarida. Tendría una orgía ese día con Amanda y sus 4 fieles secuaces. Sinceramente no es que Amanda y las otras chicas ( Amy, Lori, Diana y Ashley) sean guapas. Son del club de judo, así que son chicas altas y musculosas, quizá de cuerpo masculinizado. Pero debo admitir que lo que les falta de belleza les sobra en experiencia, saben hacer las cosas muuuy bien. Nuestro primer encuentro fue curioso. Yo buscaba un lugar para fumar hierba y me adentre en un complejo de edificios abandonados a unas cuadras del instituto. Llevaba sentado en unas escaleras algunos minutos cuando comencé a escuchar ruidos similares a gemidos. Seguí el sonido hasta llegar a un cuarto sin puerta, lleno de grafitis, en el cual había una manta en el suelo y las cinco chicas estaban desnudas dándose placer, unas recostadas sobre sus espaldas y las otras devorándoles la entrepierna. No lo negaré, a pesar de no ser chicas atractivas, el solo hecho de mirarlas ya me la había puesto dura. Me acerque a ellas masturbándome, notaron mi presencia, pero seguían en lo suyo. Una de ellas se levanto y se acerco a mi, se agacho hasta mi cintura y comenzó a introducirse mi Pene en su boca. Terminé rápido, de lo cual se rieron. Pero tuve muchas otras ocasiones para redimirme. Era una relación totalmente s****l entre todas ellas y yo. Si yo tenía ganas, les daba drogas a cambio de sus servicios. Hoy no sería la excepción. ___________ Ya era de madrugada, estaba durmiendo y soñaba con uno de mis encuentros sexuales con una chica rubia de tercero. De pronto el sueño cambio y estaba en una orgía con las "troncha toros" y entonces ella estaba allí. En el sueño, la veía a ella, con su cabello recogido en sus dos bolitas, la soñé con su cabello y sus ojos rosas, la imagine desnuda frente a mi. Era muy bajita, su mirada era tierna y eso me calentaba mucho. Entonces ella se arrodillaba en el suelo, me miraba a los ojos mientras tomaba mi m*****o en su mano y me masturbaba, yo no pude evitar soltar un gemido. Después, ella introducía mi m*****o en su boca, mientras aún me miraba con sus ojitos de colores y su expresión inocente. ¡Carajo! ¡Que excitante era! Y entonces de pronto.... Sonó el despertador y me levante de un salto, agitado. Me quite las sabanas de encima y pude ver que había ensuciado mi ropa interior. Mi respiración aún sonaba agitada. Acababa de tener un sueño húmedo con ella. Habían pasado algunos días desde que tuve el encuentro del armario. Al parecer estaba intentando evitarme a toda costa y eso me molestaba. La busque por todos lados y no había rastro de ella. ¿se abría ido? No lo creo, debe andar por allí. Caminaba rumbo a mi guarida, pero realmente no tenía ganas de hacer nada hoy. Me dirigí hacia mi casa, cuando sentí algo extraño. Como si un olor dulce me hiciera voltear. Al comienzo no vi nada raro, solo una chica que iba a cruzar la calle, volteo a verme y entonces la reconocí. Era ella. Su cabello la delató. Corrió en dirección al callejón donde está mi guarida, pero del otro lado habían demolido en la mañana y había varillas y escombros regados. Maldición, solo quería hablar con ella y ella corría hacía el peligro. Si llegaba a cruzar el callejón podría lastimarse. Le gritaba, pero no me hacía caso. No tuve otra opción, tome un ladrillo del suelo y se lo lance a la cabeza. Acto seguido ella se desplomó en el suelo. Maldición, ¿ Y ahora que hice? Le di la vuelta y acerque mi oído a su nariz, aun respiraba. Sentir el cosquilleo de su respiración en mi oído me erizó la piel. La cargue en brazos y no tuve mas remedio que llevarla a mi guarida hasta que recobrará la conciencia. La acosté en el sofá y la observe. Su cabello se había alborotado, se veía angelical durmiendo. Su cabello se había quedado de color castaño. ¿será el color real de su cabello? Limpie la herida de su cabeza y su cara que se había ensuciado al caer al suelo. Al acercarme a ella pude sentir de nuevo ese olor dulce. ¿Será acaso un perfume o es parte de su "peculiaridad"? No lo sé, pero es embriagador. Sin ser consiente de ello, me encuentro oliendo su cuello directamente, mientras mis manos casi por instinto le han desabrochado los botones de su blusa, su piel blanca y suave me piden ser tocadas. No se lo que me pasa que no me puedo contener, le doy pequeños besos en sus senos al rededor de su sostén. Noto que le he dejado dos marcas y sonrió. — Me perteneces— Susurré Luego de aproximadamente media hora ella despertó. Pasó de la desorientación al miedo en segundos. Gritó y pensé que sería divertido molestarla. — Cogerte inconsciente no parece ser tan divertido— Le dije Dio un grito aterrada, y se miró su parte intima para comprobar que yo no le había hecho nada. — No te hice nada, como te dije. No es divertido si pareces un cadaver.— Le dije mientras fumaba un cigarrillo de marihuana. — Ten, dale una fumada. Te ayudará a sentirte mejor. Al principio me miró confundida, pero supongo que me tenía miedo y obedecería lo que le dijera, después de todo, era un cabrón que le había roto la cabeza. acerco su mano temblorosa hacia mi y acepto el cigarrillo, le dio una fumada y empezó a toser. No pude evitar dar una carcajada. — Debes jalar despacio y guarda el humo en tus pulmones, luego lo exhalas, inténtalo otra vez. Obedeció a lo que dije y eso me gustaba. Para ser una niña que jamás había fumado, se adapto muy rápido. Ya le había dado al menos unas tres fumadas y se veía mucho mas relajada. Incluso sus ojos cambiaron a un n***o que le oscureció hasta la esclerótica. La verdad así me asustó pero disimule muy bien. No se si fue efecto de la droga. Después de mirarme en silencio por un rato me preguntó — ¿Porque me haces esto? ¿Por qué te metes conmigo? — Porque quiero. Porque si. No lo sé, desde que te vi, supe que tu serías mi nueva "mascota", asi que siéntete afortunada, ser mi mascota tiene sus ventajas, pero solo si eres obediente, o de lo contrario te castigaré como hoy— Dije antes de seguir con mi cigarrillo— Ya puedes irte.. Esperaba que pensará que el ladrillazo que le dí, había sido un castigo por desobedecerme. Se que eso es una porquería y una canallada. Pero se veía que era el tipo de chica que por nada del mundo se mezclaría con alguien como yo. — Yo no te he hecho nada. Entiendo si me odias por ser una Neo, pero por favor déjame en paz.— Su voz parecía tranquila pero no lo estaba, su cabello ahora se había puesto gris. Ahora entendía un poco. Cuando mentía o estaba muy nerviosa no podía controlar lo de su cabello. Lo cual a mi me parecía divertido. — Aun no has entendido nada cachorrita. Yo mando en el instituto, yo soy la peor pesadilla de cualquiera, a nadie le gusta llevarme la contraria. Y no te dejare en paz, hasta que me aburra de ti o llegue otra mascota mas interesante. Esta vez dejare pasar tu insolencia, pero cuidado en no obedecerme o sufrirás las consecuencias. Ya lárgate— Le dije un poco molesto Aunque no entendía que me molestaba. Solo se que no la dejaré en paz. Definitivamente la haría mi mascota.
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