Capítulo 6-1

2611 Words
Valerie —¡¿Qué?! ¿Ahora trabajas con el tipo-supersexi? —gritó mi amiga Emily desde mi cama mientras yo buscaba algo que ponerme para la cena de esta noche. La llamé justo después de trabajar y le conté cómo me contrataron en el acto, y ella quería llevarme a cenar para celebrar. —¿Y él hizo de héroe y te arregló la mano? Nos conocimos en la universidad. Emily buscaba un poco de ayuda con sus estudios y ofreció una pequeña remuneración por ello. Necesitaba el dinero, así que acepté el trabajo y unas semanas después éramos inseparables. Ella era animadora y una fiestera total, pero conectamos. Ella y mi amiga Jessica eran polos opuestos, y yo estaba en el medio. Emily estaba perfectamente bronceada y era alta y curvilínea, con brillantes ojos azules y hermoso cabello castaño. Secretamente, sentía envidia. Al menos tener unos centímetros extras sería agradable. —Sí, no me sorprende. Debería ser mi suerte que el único encuentro de una noche que tengo termine siendo mi jefe. —Rodé los ojos. —No veo el problema. Dijiste que fue el mejor sexo que habías tenido. Demonios, no parabas de hablar de él e incluso volviste al club todas las noches durante una semana esperando verlo, después de jurar que no querías una relación —se rió Emily. —Lo sé, ¡por eso es un problema! –exclamé, sacando una camiseta al azar de mi armario y cerrando la puerta —. ¿Cómo se supone que voy a trabajar con él si no puedo dejar de imaginarlo desnudo y encima de mí? Me encontré soñando despierta sobre nuestra noche juntos más de una vez hoy, ¡un día de estos me descubrirá babeando! Y para colmo, parece ser un tipo sencillo y normal. —No es tu estilo definitivamente —resopló Emily. —Quién sabe, tal vez él siente lo mismo. —No, para ya. No puedo pensar así. Él es mi jefe —dije sin convicción. —Ya han pasado cosas más extrañas, cariño. Eres joven, él es un tipo con bastante apetito por lo que me has contado. Ve a por ello. ¿Qué es lo peor que podría pasar? —¡Podría perder mi trabajo! —exclamé indignada. —¡Entonces consigues otro! —gritó Emily riendo. —No, no va a pasar —dije mientras me cambiaba de la ropa prestada del trabajo y me ponía unos vaqueros y una camiseta —. Bien, ya estoy lista, vámonos. —Por fin, me muero de hambre —dijo Emily, saltando de la cama. Fuimos en su coche a un pequeño restaurante mexicano a pocos minutos de mi casa. Pensé en Derek durante todo el tiempo. Emily se estaba molestando por mi falta de atención, pero apenas podía evitarlo. El solo pensar en él me hacía tensar el vientre. Llegamos al restaurante y nos sentaron rápidamente. El camarero nos trajo una cesta de nachos y salsa que devoramos sin vergüenza. —Esto está buenísimo —susurré con la boca llena de nachos. —Delicioso —coincidió Emily. —¡Hola desconocidos! —Carter dijo guiñando un ojo, parado al final de nuestro asiento. —¿Carter? ¿Qué haces aquí? —dije tapándome la boca, que estaba llena de nachos. Tragué rápidamente, sintiendo que unos bordes ásperos se abrían camino por mi garganta haciéndome toser. —Carter. —Emily me miró con curiosidad en el rostro. —Acabo de salir del trabajo y pensé en cenar antes de ir a casa. —Se encogió de hombros. —Oh, qué bien —asentí. —Por cierto, soy Emil —dijo, lanzándome otra mirada. —Encantado de conocerte —sonrió Carter. —¿Por qué no te unes a nosotros? Aún no hemos pedido —sugirió Emily. —Oh, no quiero interrumpir… —dijo, levantando las manos en señal de rendición. —Por favor, insisto. Nos encantaría tenerte con nosotros. ¿Verdad, Val? —Únete —asentí de acuerdo. Aunque quería mantenerme lo más alejada posible de mi pasado, hablábamos de Carter. Él era mi mejor amigo en su momento. —Bien, está bien —dijo. Me moví en el asiento para que pudiera sentarse a mi lado. Rápidamente se acomodó y empezó a comer de los nachos y la salsa. —Así que ¿cómo se conocieron? —preguntó Emily. —Fuimos amigos desde pequeños, vivía a unas puertas de mi casa —dije de forma objetiva. —Pensé que éramos algo más que eso —dijo Carter, un poco sorprendido. —Tú querías que fuéramos algo más que eso —lo corregí firmemente. —Hola, ¿me toman la orden? —intervino la camarera en el momento perfecto. No quería revivir el pasado una vez más. Pedimos nuestros platos y ella se marchó. —Así que Carter, cuéntame sobre ti —dijo Emily antes de tomar un sorbo de agua. —No hay mucho que contar. Estoy estudiando para ser abogado. Tengo un apartamento a pocas cuadras de aquí. Soltero. —Se encogió de hombros. —¿Abogado, eh? —gruñí. — Eh, ¿Soltero? —dijo Emily, mirándome nuevamente. —Sí. ¿Y tú? —Estoy estudiando para ser analista de datos. Me quedan dos semestres. Vivo en medio de una casa bifamiliar y acabo de terminar mi primer día en mi nuevo trabajo —encogí los hombros. —Sí, ¿cómo te fue?  —Fue... interesante. —Asentí. Emily contuvo una risa. —Esperemos que tu jefe no sea demasiado idiota —resopló Carter. Emily no pudo contenerse esta vez y empezó a reír. —Entonces, Carter, ¿qué haces en tu tiempo libre?— preguntó Emily. —No trepar árboles, eso es seguro. Reí, recordando cuando éramos niños y él se cayó de uno y se rompió el brazo. Nunca volvió a trepar.   —Ja, ja. Muy gracioso. —Rodó los ojos, con un destello de travesura en su mirada. —Me gustan muchas cosas, en este momento el golf es mi principal afición, o deporte más bien. —Encogió los hombros.   —¿Debería llamarte Tiger Woods ahora? —dije en tono serio. Nuestras bromas despreocupadas volvieron a mí incluso después de todos los años separados.   —No, no. Definitivamente no estoy ni cerca de estar en su liga. Pero lo disfruto.   —Valerie, ¿no dijiste que querías aprender —dijo Emily con tono astuto.   —Dije que necesitaba una distracción —la corregí.   —Seguro que a Carter no le importaría ser una buena distracción, podría enseñarte a jugar al golf. ¿No es así, Carter? —dijo Emily, poniéndolo en aprietos.   —Me encantaría. Nos daría la oportunidad de pasar tiempo juntos. —Sonrió.   —Perfecto, ella está libre mañana por la noche a las seis.   —Pensé que íbamos a ver una película entonces? —dije en tono cortante.   —Lo siento, cariño, surgió algo. —Me guiñó un ojo.   —¿Quién pidió el burrito? —La camarera llegó con nuestra comida.   —Yo —dije, apartando mi agua para que el plato cupiera.   —¿Y los tacos? —preguntó ella.   —Aquí están —dijo Carter. No tenemos que salir si no quieres —añadió una vez que su comida estaba frente a él.   —¿Lo dejamos para otro día? Mi nuevo trabajo tiene horarios extraños, no puedo hacer promesas sobre cuándo saldré del trabajo. Además, todavía tengo que estudiar para mi clase.   —Claro, lo entiendo. —Asintió él —. ¿Pero al menos puedo tener tu número?   —Absolutamente. —Suspiré internamente aliviada de que no estuviera presionando más.    La cena transcurrió sin problemas, no hubo momentos incómodos. De hecho, la pasé muy bien. Casi lamento rechazar a Carter, por ahora. Pero lo que dije era cierto. No sabía cuándo saldría del trabajo y todavía tenía a alguien más en mi mente...   - - - - - -   —Buenos días, señor —saludé a Derek.   —Buenos días, Valerie. Por favor llámame Derek —dijo mientras dejaba sus cosas —. Creo que ya nos conocemos lo suficiente como para usar nuestros nombres de pila.   —Buenos días, Derek —me corregí, sintiendo calor en mis mejillas.  —¿Cómo fue el viaje?  —Sin incidentes, justo como me gusta —dijo, dejándose caer en su silla.  —¿Y tú ?   —Lo mismo. Ya tengo el desayuno en camino y un recordatorio de que tienes una reunión telefónica a las 3 pm hoy —dije.   —Gracias —grunó él, filtrando archivos.   —¿Eso será todo por ahora?   —Sí, bueno no. ¿Puedes llamar a este número y decirles que Derek Anderson no podrá asistir?  —Claro. —Asentí y tomé el número.   Me retiré a mi escritorio y hice la llamada, declinando cualquier evento al que Derek hubiera sido invitado. Para cuando terminé, recibí una notificación en mi teléfono informándome que mi pedido había sido entregado en la recepción. Genial, voy a ver a Liz. Suspiré para mí misma y bajé las escaleras a recoger nuestra comida.   —Oye, Liz, acaban de entregar comida para Derek, ¿la tienes?  —¿Derek? ¡Cómo te atreves a usar su nombre de pila! —siseó.   —Sr. Anderson. ¿Has visto la comida del Sr. Anderson? —dije en tono cortante.   —Humanos ignorantes… —Pensé haberla oído murmurar entre dientes —. Aquí —espetó.   —Gracias. —Lo tomé de ella y me apresuré de regreso arriba. El desayuno de hoy era waffles con salchichas y fruta. Estaba emocionada de que Derek me hubiera dicho que tomara algo para mí también. Me encantaba comer. Lamentablemente, mi presupuesto no siempre lo permitía, pero las cosas han cambiado y últimamente estoy en un mejor lugar. Financieramente. Emocionalmente. Mentalmente. Físicamente.   Rápidamente saqué su comida del contenedor de plástico para llevar y la puse en un plato real, tratando de que se vea lo más bonita posible. Menos mal que olía bien, porque realmente no sabía presentar la comida. Dejé la mía en el contenedor porque no me importaba cómo se veía o si estaba en un contenedor o un plato.   —Aquí tienes —dije mientras entraba en la oficina de Derek, que ahora parecía que una bomba había explotado en una fábrica de papel —. Vaya...—murmuré.   —Gracias... puedes ponerla... uf... aquí —dijo, limpiando un lugar apenas suficientemente grande para el plato en su mesa de conferencias.   —Claro... ¿hay algo en lo que pueda ayudarte? —pregunté mientras miraba todas las pilas de papeles sueltos.   —No... me encargo. —Suspiró.   —Bueno entonces... asegúrate de tomar un descanso para comer —dije. Derek sólo gruñó y siguió trabajando.   Finalmente, de vuelta a mi escritorio, me senté y empecé a comer mi propia comida mientras esperaba a que Derek me diera algo más que hacer, o hasta el almuerzo, cuando planeaba ir a buscar hamburguesas a una pequeña tienda local por la calle. Derek dijo que podía usar mi tiempo libre como quisiera, siempre y cuando estuviera lista al instante para él. Con eso en mente, saqué mis libros y empecé a trabajar en una de mis tareas mientras me tomaba mi tiempo para comer.   No estoy segura de qué pasó con el tiempo, pero antes de darme cuenta, casi era la hora del almuerzo. Terminé mi tarea e incluso estudié un poco. Nada mal para una mañana de jueves. Asomé la cabeza en la oficina de Derek. Estaba en el teléfono, así que simplemente agité mis llaves y señalé con el pulgar hacia la salida, haciéndole saber que me iba. Asintió y siguió con su llamada, y sin más objeciones, me fui.Veinte minutos después, volví a la oficina con comida en la mano. Ya había llamado y hecho nuestro pedido esta mañana, así que mi ausencia en la oficina sería mínima. Coloqué el pedido de Derek en un plato antes de dirigirme a su oficina. Esta vez estaba sentado en su escritorio, con el ceño fruncido y las cejas tan juntas que pensé que tenía una sola ceja. —Tengo tu almuerzo —dije, buscando un lugar donde dejarlo. —¿Almuerzo? —Derek preguntó, girando rápidamente la cabeza para mirar el reloj en la pared —. Mierda —murmuró. Miré alrededor y vi que su desayuno estaba justo donde lo dejé, completamente intacto.  —Sí, y aparentemente no has comido —agregué. Arrastré una silla con ruedas hasta su escritorio y moví algunas carpetas que tenía apiladas. Derek empezó a protestar, pero le lancé una mirada. Parte de mi trabajo era ayudarlo con la gestión del tiempo, así como con la alimentación, y claramente fallé en ambos aspectos hoy. Pero eso estaba a punto de cambiar. Coloqué la comida frente a él, le quité la carpeta de la mano y le entregué una botella de agua. Rápidamente volví a mi escritorio y agarré mi propia comida. Me senté al otro lado del escritorio de Derek y comencé a almorzar, lo cual lo incentivó a comer también. Misión cumplida. —Gracias —dijo Derek entre bocados. —Mhm —murmuré con la boca llena. Un minuto después, sonó su teléfono y lo agarré antes de que él pudiera hacerlo. —Anderson Trading Company, habla Valerie. ¿En qué puedo ayudarlo? —dije con voz animada. Era la compañía de cables confirmando su cita para mañana, algo que ya tenía en el calendario. Derek parecía querer arrebatarme el teléfono de las manos, pero en cambio siguió comiendo —. Sí, aún estamos en camino para mañana, nos vemos entonces —dije, colgando el teléfono. —Gracias de nuevo —gruñó Derek. —Solo hago mi trabajo —sonreí y seguí comiendo. Mayormente comimos en silencio, pero no era un silencio malo. Era un momento relajado en el que me sentía cómoda contigo. Era agradable. Derek devoró su almuerzo, incluso le di la mitad de mi hamburguesa ya que aún estaba bastante llena del desayuno. Limpio su plato, lo que me hizo pensar que la próxima vez debería conseguirle más comida. —Eso estuvo perfecto—dijo una vez que terminamos. —Perfecto,¿eh? —reí mientras recogía nuestra basura. —Ahora, ¿en qué puedo ayudarte aquí? Y no digas 'nada'. Es obvio que tienes un problema serio. Derek parecía estar luchando internamente antes de finalmente rendirse. Fue a su puerta de la oficina y la cerró antes de suspirar y mirar el desorden.  —Metí la pata. —¿Oh? —Me reí ligeramente, sin saber si era algo grave o no —. ¿Qué pasó? —No lo sé. Esto abarca todo lo de la última década de uno de mis clientes. Mis números no cuadran, pero no sé cuál es el problema, así que no puedo ir y decirles 'oye, nos debes dinero', cuando ni siquiera sé cuál es el problema. El departamento financiero lo revisó varias veces, pero no encontraron nada. He repasado estos informes una y otra vez, pero ni siquiera sé qué significa la mayoría de ellos. Solo espero que algo salte a la vista eventualmente. —Bueno, tal vez no sepa mucho sobre eso, pero estoy dispuesta a ayudarte a revisarlo. —Encogí los hombros. —Vale la pena intentarlo. Te enviaré la carpeta por correo electrónico. Contiene todo lo relacionado con su cuenta. —Me parece bien. Poco sabía yo que cuando Derek dijo todo, se refería a todo. Algunas cosas parecían basura, otras tampoco las entendía. Esto definitivamente iba a mantenerme ocupada. Pero no me importaba, estar ocupada me mantenía distraída de... él.
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